Soledad Silveyra brindó una entrevista con Pablo Sirvén para su ciclo Hablemos de otra cosa (LN+), donde contó una dura historia familiar y momentos de su infancia.

La querida actriz se refirió a la dura vida de su madre, adicta a las pastillas y al alcohol y que una vez al mes, según sus palabras, intentaba cortarse las venas. “Me hice cargo de mi hermano Máximo porque mamá no podía educarnos y él era 10 años menor que yo. Nunca me voy a olvidar, cuando muere mi hermano de VIH, me dice Ana María Picchio ‘vos estás así porque a vos no se te murió un hermano, se te murió un hijo’, y creo que fue así”, aseguró la exjurado del Bailando y agregó que criada por su abuela por los problemas psiquiátricos de su madre y el abandono de su padre cuando tenía 5 años.

Solita también reveló las dudas en torno a la muerte de su madre, que se suicidó a los 50 años: También Solita habló de las dudas sobre cómo murió su madre, que se suicidó a los 50 años: “Mi mamá y mi hermano se fueron a La Rioja. Mi hermano era bisexual, tenía tanto novias mujeres como parejas varones. Yo nunca entendí la bisexualidad, pero bueno, obviamente respeto a todo el mundo. Se lo llevaron allá porque mi mamá no pudo soportar que su hijo fuera homosexual, después él oficialmente lo declaró”, relató.

En un pueblito de Anillaco sucedió la tragedia que marcó a la actriz y sobre la que hoy sigue teniendo dudas:”Parece que hubo una discusión donde mamá saca un arma y dispara contra mi hermano, él sale corriendo y se tira en una zanja. Ella pensando que había matado al hijo, da vuelta el arma y se pega un tiro”, contó.

“Hay otra versión que me llegó y dice que no fue así, sino que mi abuela cuando ve que mamá le dispara a su hijo, mi abuela le dispara en la espalda a mi mamá. Este comentario me llevó mucho tiempo porque no sabía qué hacer: investigar, quedarme con lo que me dijo mi hermano y mi abuela toda la vida, porque ya no tengo ninguno vivo, los tres se me fueron. Fue un momento realmente muy traumático”, aseguró.

“Me costó mucho volver a buscarla. Tuve que esperar a que mi abuela muriera para ponerla juntas porque ella amaba a su hija, a pesar de todas las macanas que podría haber hecho mamá. La amaba y la defendía. Hacía todo por su hija y eso lo entendí siempre”, finalizó Soledad Silveyra.