Sin ruidos, un sueño
Triunfo de película de Peñarol sobre Regatas a puertas cerradas. El equipo local corrió siempre de atrás. Pero nunca dejó de luchar. Mejoró su ofensiva en el segundo tiempo y alcanzó un triunfo agónico por 77 a 76 con dos libres de Dabney a falta de 29”.
Ale Diez, de buena producción para el triunfo de Peñarol, busca el pase con un compañero.
por Sebastián Arana
Fue un poco la fábula de la liebre y la tortuga. Regatas Corrientes, que parecía correr mucho más rápido, sacó una gran ventaja y creyó tener el triunfo servido. Peñarol, el más lento, nunca dejó de avanzar hacia adelante y emparejó la carrera. Al final, cuando estaba para cualquiera de los dos, cerró mejor y se impuso 77-76 para seguir tomando aire en su lucha por permanecer en la máxima categoría de la Liga Nacional de Básquetbol.
El equipo de Marcelo Richotti empezó con una buena defensa y provocó varios errores. Pero la pobreza de su ofensiva fue franciscana en el cuarto inicial. Apenas Alejandro Diez aportó algo. No hubo pick and roll. Ni pase extra. Esta vez el tiro externo no reportó solución alguna. Para colmo de males, promediando el cuarto salió Juan Pablo Figueroa a raíz de una contractura.
En consecuencia, a partir de entonces, con el gol de Paolo Quinteros y la fluidez para jugar y anotar de su media cancha, Regatas comenzó a escaparse en el marcador. Ganó 22-12 el cuarto inicial y sacó una máxima de doce (24-12).
En ese momento, Peñarol produjo lo mejor de la primera parte. Atrás y adelante. Con un parcial de 9-0, engrosado por un triple de Monacchi. A falta de seis minutos para el entretiempo, el partido estaba casi nivelado. Con Sims y Quinteros en el banco, Regatas estuvo obnubilado algunos minutos más. No los aprovechó, sin embargo, el equipo de Richotti, con algunos fallos ofensivos poco creíbles.
Cuando Sims regresó para jugar los dos minutos finales del parcial, los correntinos recuperaron la fluidez y estamparon un parcial de 10-2 para irse al descanso 40 a 27 al frente.
Tras el descanso, el equipo dirigido por Gabriel Piccato regresó “dormido” a jugar el tercer cuarto. Peñarol aprovechó para salir a escena. Pudo hacer pie un rato atrás, encontró otras respuestas ofensivas adelante. Tras sendos triples de Pettigrew y Dabney, se situó a un solo punto (45-46) cuando faltaban cuatro minutos para el cierre del parcial.
Richotti, sin embargo, tuvo que cuidar la acumulación de faltas de Dabney. Y Sims le hizo nueve puntos a Valinotti en un abrir y cerrar de ojos. Los correntinos recuperaron casi toda la ventaja. Pero cerraron el parcial con tantas distracciones que Peñarol, un poco más despierto, aprovechó para recortar unos puntos e ingresar en partido (57-64) al cuarto final.
Piccato volvió a hacer descansar a Sims -nada menos que seis minutos- en el inicio del cuarto final y la ofensiva de Regatas volvió a diluirse. Peñarol aprovechó para meter un parcial 10-0 en los primeros dos minutos que lo pusieron contra todo pronóstico al frente.
Sin embargo, tras cartón, anotó dos puntos en cinco minutos. A Regatas, confundido por la buena defensa local, no le fue mucho mejor.
A falta de tres minutos, el partido estaba igualado en 69. Sims ya estaba en cancha. Pero, a esa altura, la pelota pesaba una tonelada. Entonces fue palo a palo. Richotti acertó eligiendo cerrar sin pivotes en cancha para equiparar las velocidades.
Regatas ganaba 76-75 a falta de poco más de 30” y tenía una ofensiva completa. Pero Leo le cacheteó un balón a Sims y Dabney, arrojándose al piso, completó el robo y recibió falta de Troutman. El foráneo anotó los dos libres para poner a Peñarol al frente. En la jugada siguiente Giorgetti -de lo más positivo con 15 puntos y 10 rebotes- defendió bien a Sims, quien falló el tiro, y el equipo correntino volvió a frenar con falta a Dabney. Faltaban 5”. Sin embargo, el base erró los dos libres y le quedó el cierre a Quinteros. Pero el goleador falló el tiro final y fue triunfo “milrayitas”.