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Arte y Espectáculos 21 de junio de 2020

Sin machismos ni estereotipos, la apuesta tanguera de Celeste González

Ya lanzó un video, “cocina” su primer disco y participa en “Mi vida en cuarentena”: las ideas de esta cantante de registro agudo que busca transformar el género. No está sola en la tarea.

“La pibita que canta agudo”. Dice que así la ven en el ambiente tanguero, donde Celeste González empieza a transitar su propio camino. Con 28 años, esta docente de música de Mar del Plata busca consolidar un tango feminista. Desde ese lugar revolucionario para un género históricamente masculino, escribe, canta, interpreta sus canciones y piensa sus espectáculos.

Un flamante video, el sencillo “¿Ya está todo dicho?” de su disco que “se está cocinando” en plena cuarentena se puede ver en Youtube. Lo hizo gracias al apoyo del Instituto Nacional de la Música (Inamu) y participaron artistas que integran el colectivo Movimiento Feminista de Tango.

Además, en breve podrá verse su capítulo de “Mi vida en cuarentena”, un ciclo producido desde la provincia de Buenos Aires que aparecerá por las redes sociales Instagram y Facebook.

En 2018, estrenó “Historias de arrabal contadas por mujeres”, en el que se animó a mostrar sus canciones y en el que, sobre todo, indagó en la vida y en la obra de cancionistas que pasaron sin pena ni gloria para la gran historia oficial del tango. Las descubrió en libros, en la web y hasta en los vinilos que colecciona.

María Luisa Carnelli (era periodista y firmaba con un seudónimo masculino), Maruja Pacheco, Azucena Maizani, Mercedes Simone y hasta Rosita Quiroga (de quien se perdió casi toda su obra) le aportaron canciones, abordajes y sobre todo una mirada amistosa, compañera y hasta sorora hacia otras mujeres. En sus canciones no aparece reflejado el estereotipo de “yegua”, “mina” resentida o “milonguita”.

“En esas letras les dan consejos a otras mujeres más jóvenes amistosamente, de corazón, hablan del desamor pero no desde el resentimiento, sino de manera más dulce”, aporta González, quien también se sintió tocada por la energía de estas cantantes por otro elemento: la voz aguda que tenían y que no disimulaban en sus canciones.

“Me sentí identificada con el registro agudo de esas voces, resonó en mí porque también mi voz suena aniñada y aguda, ellas cantaban así y yo canto en el mismo tono”, dice y observa que famosas como Dolores Solá o Lidia Borda son las referentes de este tono en la actualidad.

A contrapelo, la marplatense no deja pasar por alto que muchas de las cantantes más vigentes buscan masculinizar su voz y emular a la de sus colegas varones, otro gesto que marca el machismo dentro del género. “Yo no me puedo parar en ese lugar”, sentencia, e incluso confiesa que decidió no cantar tangos escritos desde posturas patriarcales.

celeste gonzalez

Tampoco le interesa llegar al público que aplaude esas expresiones de un tango viejo. Más bien busca sacarle la solemnidad y el moho a un estilo que, actualizado y en sintonía con los debates del siglo XXI, bien puede acercarse a otras audiencias y hasta dar testimonio de este nuevo tiempo histórico.

Con esas ideas se acercó a varios colectivos feministas: integra Tango Hembra, que se formó en la ciudad de Buenos Aires, en Mar del Plata es parte del Movimiento Feminista de Tango y del recientemente formado Colectivo de Mujeres Músicas, en el que participan mujeres músicas de diversos estilos.

En estos colectivos, está candente el tema del rol de la mujer en la música y en el tango. Lo mismo que las letras y las palabras en masculino que intentan representar el sentir de hombres, mujeres y diversidades. “Repensamos el repertorio”, aporta y cuenta que en grupo también se cuestionan sobre el uso del lenguaje inclusivo en la poética del tango.

A la hora de la composición, Celeste se manifiesta cercana a hacer un tango que exponga las injusticias que tanto la enojan. Eso mismo cantaba cuando, mucho más chica, se presentaba a cantar en pubs solo acompañada por su guitarra. “Una vez me dijeron que cantaba con una voz dulce cosas que eran todo lo contrario”, explica sobre su estilo personal y sobre el contrapunto que nace entre su decir y el cómo lo dice. “Trato de no imitar a nadie, sino decir lo que siento”.



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