Junto a sus tres compañeros de elenco Fabio Aste, Fernanda Provenzano y Adrián Lazare, Silvia Kutika trajo el género del terror psicológico a la temporada de verano. Fue con “El cuatro de Verónica”, de Ira Levin con dirección de Virginia Magnago. La propuesta les valió dos premios Estrella de Mar: Mejor Drama y Mejor actriz de Drama a Kutika, quién compartió nominación en ese rubro con su compañera Provenzano.

La obra, una joya del género, que no solo cuenta la historia de unos viejitos que tientan a una joven para ir a ver la foto de una joven fallecida muy parecida a ella, sino que traza una fuerte crítica social y se sumerge en la más profunda oscuridad de los seres humanos, tendrá sus últimas dos funciones este lunes y martes en la sala Melany (San Luis 1750).

Antes de despedirse, la actriz repasó con LA CAPITAL algunos de sus últimos trabajos, entre los que se encuentran el personaje “La Polaca” en ATAV 2, que está por estrenarse.

No es habitual que Silvia Kutika haga temporada en Mar del Plata. Tampoco que se embarque en muchas giras, porque “soy muy pegota, extraño mucho a mi familia”.

Pero Mar del Plata tiene, en parte, algo que ver en el giro que tomó su vida, de estudiante de Ciencias Biológicas -orientación botánica- a modelo publicitaria y actriz, primero de Calabromas y luego de cine, telenovelas y teatro.

Kutika recordó que si bien su familia vacacionaba en Córdoba, un año, cuando Silvia tenía 21 o 22, su padre escuchó de los concursos de la revista Siete Días y hacia aquí vinieron, “a buscar al fotógrafo y periodista, porque era así, te presentabas, te sacaban la foto y listo, cambio fuera”. Sin embargo, “me vi metida en toda una maraña, llegué hasta la final, salí primera princesa y eso trajo tapas de revistas y empecé a hacer algunas publicidades, a trabajar, que era lo que yo quería para ayudar un poco en casa” rememoró en una charla con LA CAPITAL.

Después llegó el llamado de parte de Calabró, que la había visto en algunas de sus producciones publicitarias. “Me llamó su secretario -al teléfono de un vecino, porque nosotros no teníamos- para que vaya a leer un libreto de Calabromas. Era para un personaje muy chiquitito, pero me quedé bastante tiempo. Después apareció la posibilidad de dar una prueba para una película que se llamó ‘Sentimental’, que dirigió Sergio Renán y ahí nos preparó Franklin Caicedo y quedé seleccionada. A partir de ahí empecé a estudiar teatro con Franklin y después con Lito Cruz y empezaron a salir más trabajos, uno tras otro y la carrera de Biología me quedó ahí relegada” recordó.

La actuación le abrió el paso al mundo de las telenovelas, el teatro, luego más cine y, en los últimos tiempos series, miniseries y de nuevo telenovelas.

Limbo para Disney, la miniserie Nada con Luis Brandoni y Robert De Niro, una participación en la película de Julio Chávez “Cuando la miro” que la tiene “muy orgullosa, porque es una película encantadora y muy tremenda porque es sobre la relación de un hijo con su mamá que son las relaciones más complejas”.

Además de la segunda parte de Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV) en la que retoma el rol que popularizó Eugenia “La China” Suárez, “La Polaca”.

“Estamos esperando que estrene, en marzo o abril o cuando los directivos decidan. Me pareció también otro desafío, mostrar cómo sería de más grande, estudiar el acento, me pareció muy genial porque el personaje sigue con con el tema de la trata de chicas. Es un personaje super interesante” describió.

-Un punto de contacto con “Vidas Robadas”. ¿Cuánto de elección y cuánto de oportunidad hubo en los roles que has podido hacer?

-Al principio, con el entusiasmo, cosa que aparecía cosa que no me ponía a pensar mucho. Era el querer hacer y aprender, el disfrute de estar y de hacer. Con el tiempo empecé a ser un poco más selectiva y también me llegaban propuestas que eran más interesantes. Es como una cadena, creo. A lo mejor es una energía que uno tira. Me pasó durante mucho tiempo que yo era prejuiciosa con las novelas, me preguntaba para qué sirve, cuál es la finalidad, socialmente, culturalmente. En Vidas Robadas hice un personaje que era tremendo, más toda la trama de la trata. A raíz de esa novela me di cuenta del valor y la importancia, porque se visibilizó un tema que hasta ese momento estaba muy escondido, muy tapado. Y aunque es una ficción, fue como un llamado de atención, se abrió el tema a la sociedad. Y paralelamente mucha gente me dijo que pasando por un mal momento, tal o cual novela la acompañaba o que “nos hiciste alegrar o llorar”.

Silvia Kutika: “Esta obra busca, todo el tiempo, romperle la cabeza al espectador”

Al fin y al cabo la ficción es emocionar, es un llamado de atención, una mirada más profunda de lo que nos pasa como sociedad, como personas, es esto de mostrar costados oscuros que no queremos ver, pero que están y es entretenernos, es divertirnos, reírnos, es compartir. Antes las novelas eran un momento precioso porque era la reunión de la familia. Ojalá le encontremos la vuelta ahora a la ficción para que podamos recuperar esos momentos de familia, frente a la tele y de discutir, intercambiar opiniones y con ficción hecha en casa.