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Interés general 16 de noviembre de 2016

Según un estudio, casi la mitad de los niños de 17 barrios sufren malnutrición

Lo realizaron el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana e Innoba. Pesaron y midieron a 503 chicos y adolescentes de 0 a 19 años de más de 20 comedores y merenderos.

Un 45% de los niños y adolescentes de entre 0 y 19 años que concurren a más de 20 comedores y merenderos locales sufren malnutrición, concluyó un estudio del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) e Investigación Para una Nueva Buenos Aires (Innoba).

El primer relevamiento nutricional entre niños, niñas y adolescentes que concurren a los comedores del Movimiento Barrios de Pie en 17 barrios de Mar del Plata y Batán fue confeccionado entre los meses de septiembre y octubre.

Consistió en pesar y mediar a 503 niños y adolescentes  de 0 a 19 año. En los lactantes de 0 a 2 años, el 45% presentó malnutrición. De ellos, un 4% se encuentran con indicadores de déficit alimentario que contemplan situaciones de bajo peso y riesgo de bajo peso, mientras que un 41% padecen obesidad o sobrepeso. El cuadro se agrava si se considera que se detectaron altos porcentajes de los lactantes con baja talla (16%).

En la primera infancia, de 2 a 6 años, se detectaron los datos más alarmantes del relevamiento, con un 50% de malnutrición: 4% de niños con bajo peso o riesgo de bajo peso, 32% con sobrepeso, 14% con obesidad y 6% de baja talla para la edad. “Es notoria la preeminencia del sobrepeso y obesidad, que se conjuga en muchos casos con la baja talla, para limitar preocupantemente la salud integral de estos niños”, apunta el estudio.

En la segunda infancia, de 6 a 12 años, la malnutrición es del 42%. De ellos un 2% se encuentran en riesgo de bajo peso y bajo peso, 17% con sobrepeso y 23% con obesidad. “Alarmantes resultan los índices de obesidad y sobrepeso ya que se trata de niños y niñas escolarizados que, en su mayoría, acuden a comedores escolares”, señala el informe.

Por su parte, en los adolescentes de 12 a 19 años se registra un 44,3% de malnutrición: un 4% en riesgo de bajo peso, 28% con sobrepeso, 12% con obesidad y 5% en situación de baja talla.

El estudio se suma al trabajo que desarrollan los institutos y la organización social en 20 distritos del conurbano bonaerense, y cuyo último informe fue presentado al Papa Francisco por el dirigente Daniel Menéndez, de Barrios de Pie.

“Los altos índices detectados de prevalencia del sobrepeso y obesidad exigen en forma prioritaria de políticas preventivas y detección precoz para incidir en los factores modificables, no genéticos, que preserven la salud de los niños y eviten complicaciones futuras a corto plazo como son diabetes, aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, dislipemia, baja autoestima y problemas psicosociales, entre otras. Preocupan mucho los casos de baja talla (16% de los lactantes y un 6% en primera infancia), ya que dan cuenta de una problemática de malnutrición crónica, por la permanencia prolongada en una situación socio-económica desfavorable”, dijo el director del Isepci en Mar del Plata, Rodrigo Blanco.

Blanco afirmó que los resultados “arrojan una doble preocupación: en primer lugar, la alimentación del grupo familiar en cantidad y calidad adecuada ocupa un aspecto a resolver, ya que las dificultades para acceder a la canasta básica de alimentos aparecen en la cotidianeidad, como una cruda realidad, y  según refieren las madres han visto disminuido significativamente el consumo de lácteos, frutas y carnes debido al constante aumento de los precios. La dieta familiar está constituida principalmente por hidratos de carbono y grasas, en detrimento de las proteínas necesarias, lo que marca fundamentalmente la alimentación de niños ubicados en la lactancia y primera infancia, que comparten la misma alimentación que los adultos”.

Por último, el director del Isepci agregó: “Ante esta situación resulta significativo analizar cuál es la incidencia de los comedores escolares en  la alimentación de estos niños,  ya que casi en su totalidad se encuentran escolarizados, y la presencia de todas las variantes de la malnutrición nos interpelan sobre la inadecuada ingesta de nutrientes que estarían recibiendo en el ámbito escolar y que son insustituibles y necesarios para su crecimiento y desarrollo”.