Cultura

Seguidillas

por Marcelo Manuel Oviedo

En una soga vieja

la ropa blanca

se mueve como un títere

que no descansa.

Pero a veces el viento

de la terraza

se olvida que está ella

mirando el alba.

En tanto la camisa

de manga larga

se ha dormido en la soga

como la sábana.

Y en la casa de enfrente

la ropa oscura

desea que esté cerca

por fin la luna.

Pero el viento tampoco

vio que perdura

en la soga vecina

la blusa púrpura. En uno y otro caso

nadie lo duda

que el viento se encapricha

desde la altura.

Cuando cae la noche

nadie sospecha

que repara en la soga

solo una estrella.

Al menos por ahora

la noche entera

tiene un tono de azul

de la acuarela.

Mientras tanto la ropa

parece nueva

es más blanca y más púrpura

en la azotea.

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