Se registró una leve baja en el índice de embarazo adolescente en Mar del Plata
De los 4461 partos que hubo en el Materno Infantil el año pasado, un 18% fue de menores de 19 años. En 2017 la cifra era del 19%. Apuntan al impacto de la Educación Sexual Integral en todos los ámbitos.
El 18% de los 4461 partos asistidos en el Materno Infantil durante 2018 correspondió a madres menores de los 19 años. El dato, que cobra relevancia en el marco de la Semana de la Prevención del embarazo Adolescente no planificado en Argentina, impulsado por la Fundación de Estudios e Investigación de la Mujer (Feim) con apoyo de Unicef, muestra una leve baja en relación a 2017, en el que se había registrado un índice del 19%.
En diálogo con LA CAPITAL, la directora asociada de la institución Carina Conde analizó los números relevados por el departamento de estadísticas del hospital, y si bien destacó que el índice “se mantiene o bajó levemente, no va en aumento, que es importante para no volver a cifras anteriores”.
Es que en la institución ubicada en Castelli 2450 advierten que desde hace años experimentan una tendencia a la baja en los números de embarazos adolescentes. Según figura en los registros oficiales, en el año 2000, los partos asistidos de mujeres entre los 15 y 19 años representaban el 20% del total, mientras en 2008 se alcanzó el pico de los últimos veinte años, con un 23%. En tanto, el promedio entre 2013 y 2016 se mantuvo en 22%.
Materno infantil.
Sin embargo, en 2017, los partos de mujeres menores de 19 años representó un 19% del total de 4.628 partos que fueron asistidos ese año en el Materno Infantil. Es decir, hubo 879 partos de madres adolescentes. Pese a que la franja etaria utilizada para el análisis estadístico va desde los 10 a los 19 años, el mayor porcentaje de ese total (18,5%) correspondió a aquellas pacientes de entre 15 y 19 años, mientras que el resto (0,5%), a menores de 15 pero mayores de 13 años. Son nulos los casos de embarazo de niñas de 10, 11 y 12 años.
El relevamiento correspondiente al 2018, en tanto, concluyó que el número total de embarazos adolescentes tuvo una baja de un poco menos de un punto porcentual, alcanzado ese año un 18.2% respecto del total. Es decir, 804 partos, setenta menos que el año anterior. Además, Conde aclaró que el año pasado los embarazos estuvieron concentrados en la franja 15 y 19 años, dado que solo registraron dos pacientes de 13 años.
Sin embargo, el registro del año pasado lleva también a otra importante aclaración: en la estadística son incluidas las embarazadas de hasta 19 años inclusive. Es decir, aquellas que tengan al momento del parte hasta 19 años y 364 días de vida. ¿Por qué ese es un dato que desde el hospital buscan destacar? Es que la inclusión o no de los 19 años (existen estudios que sólo toman los 19 años como límite e ingresan las embarazadas de hasta 18 años y 364 días), tiene su impacto en los números finales.
“Si solo tomamos hasta los 18 años inclusive, tenemos un total de 539 partos asistidos de adolescentes. Pero si sumamos al cálculo a las de 19, se suman 265 casos más, haciendo pasar el porcentaje de un 12% al 18.2% que contabilizamos”, señaló.
Números a nivel nacional
¿Pero qué dicen los números nacionales? Según el Feim, en Argentina cada seis minutos una adolescente entra a una sala de parto. Son en total 258 nacimientos por día de mujeres entre 10 y 19 años, de los cuales el 70% no fueron planificados. De esa cifra, siete corresponden a niñas menores de 15 años.
Los datos oficiales también indican que cerca del 14% de los nacimientos que se producen en el país son de adolescentes y una de cada cuatro adolescentes ya habían tenido al menos un hijo. En provincias del Norte, como Chaco, Formosa o Misiones, este porcentaje es aún mayor; uno de cada cinco nacimientos corresponde a niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años.
Este fue el panorama que llevó a que Feim, junto al apoyo de Unicef y otras organizaciones no gubernamentales vinculadas a la temática, se unieran para impulsar la Semana de la Prevención del embarazo Adolescente no planificado en Argentina, que se inició el pasado sábado 21 y se extenderá hasta 28 de septiembre, bajo el lema #PuedoDecidir. La iniciativa busca realizar diferentes tipos de acciones para concientizar sobre los métodos anticonceptivos y desterrar algunos mitos correspondientes a la sexualidad.
El impacto de la educación sexual
Así las cosas, y pese a que la baja es leve, la directora del Materno Infantil destacó que la tendencia a la baja que en los últimos años comenzó a percibirse en el nosocomio está vinculada al refuerzo de los programas de Educación Sexual Integral en los niveles educativos.
“Cada vez está más instaurado el tema de la educación sexual en las escuela y va cobrando más importancia, algo que es positivo. Desde el área de salud podemos ofrecer información, pero para eso se tienen que acercar y no es la misma llegada que se tiene cuando se hace desde las aulas”, señaló.
De todas maneras, Conde destacó que el esfuerzo de estos programas educativos están vinculados a bajar los índices de los embarazos no planificados. La aclaración llega porque, si bien asegura que no son la mayoría, existen casos de menores de edad que deciden quedar embarazadas junto a sus parejas y ese proceso forma parte de un proyecto de vida que eligen para ellas y sus familias. “Lo importante es que tengan información previa”, destacó.
Conde también se mostró convencida de que el impacto por la apertura del debate en lo vinculado a la educación sexual en el país es algo que se verá con más fuerza en los próximos años. “Se va a ver el impacto y, de hecho, ya se refleja, desde hace algunos años, en el no aumento. Va a llevar tiempo, pero yo creo y espero que con los años el impacto sea mucho mayor”.
Para analizar la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral en todos los niveles escolares, uno de los principales reclamos que tuvieron lugar el año pasado a la luz del debate en el Congreso Nacional por la aprobación del aborto en Argentina, LA CAPITAL dialogó con Agustina Cepeda, integrante del grupo de estudio sobre Familia, Género y Subjetividades, de la Facultad de Humanidades, y enmarcado dentro del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS).
Según señaló la especialista, la inclusión curricular de la ESI en las escuelas “no es transversal, homogénea o sistematizada”, lo que genera serias complicaciones en lo que respecta al cumplimiento de la normativa, que pese a estar vigente desde 2006 ha tenido un débil paso por los establecimientos educativos del país.
¿Pero qué quiere decir esto? Según Cepeda, “en el programa nacional de la ESI no existe ningún órgano, ente o inspección que monitoree la efectiva aplicación de la ley en la educación inicial, primaria y secundaria”. “Es por eso que hoy la implementación de la ESI depende en gran parte de la voluntad de quienes dirigen las escuelas y el personal docente que quiera incorporarlo curricularmente”, explicó.
“La aplicación tampoco es sistemática, y esto se da porque hay algunos vicios en torno a la implementación de la ESI que está vinculada a dar los contenidos como una serie de temas novedosos y diversos que se desarrollan en jornadas de sensibilización o en talleres, que apuntan obviamente a la construcción de la agenda dentro de la comunidad educativa pero que no trabajan transversalmente el contenido, que es lo que nos interesa a quienes militamos la ESI desde los espacios de formación”, explicó.
Es por eso que, pese a reconocer que existe una mayor presencia del tema en las aulas, Cepeda aseguró que “hasta que no se modifique la construcción epistémica de la enseñanza en las escuelas, la ESI seguirá siendo tomada como jornadas de sensibilización que muchas veces empiezan y terminan en esa jornada”.
“Esto por supuesto que despierta interés, pero en la escuela tenemos que trabajar transversalmente, sistemáticamente y homogéneamente. Para eso, se necesitan políticas de estado que no solo se enuncien, sino que también monitoreen la correcta aplicación, sobre todo en lo que respecta a la transversalización de los contenidos”, explicó.
Cepeda remarcó que temas como “embarazo”, “paternidad” y “puerperio” son contenido que deberían darse en las escuelas de manera inmediata. “Son contenidos que están en el diseño curricular de la provincia de Buenos Aires y que están en los lineamientos curriculares de la ESI y que no se abordan desde ninguno de los espacios que están en condiciones de hacerlo y que tienen que ver con las áreas de las ciencias naturales y sociales, que están en condiciones de abordar eso para la educación secundaria superior y no lo hacen”, concluyó.
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