Se puede adelgazar comiendo postres
Auxy Ordóñez cuenta su experiencia en el libro "Postres saludables". En sus recetas utiliza harinas alternativas, sustituye la manteca por aceite y cambia las calorías "vacías".
La hondureña Auxy Ordóñez perdió 17 kilos en dos años sin renunciar a su “perdición”: los postres. Compartió sus recetas en las redes sociales, un blog y YouTube y logró miles de seguidores, que ahora pueden ampliarse con la publicación del libro Postres saludables.
Esta joven licenciada en Marketing y aficionada a la cocina, ahora radicada en Barcelona, demuestra que “se pueden tomar postres de forma nutritiva” sustituyendo ingredientes de la repostería tradicional como la mantequilla, el azúcar blanco y la harina de trigo refinada, por lo que muchos de ellos son aptos para celíacos e intolerantes a la lactosa.
En sus recetas, explicó en la presentación del libro que edita Cúpula en España, usa harina de avena, de arroz, de frutos secos y pastas de garbanzos o alubias; cambia las “calorías vacías” del azúcar blanco por panela (azúcar de caña sin refinar, “más digestiva”), estevia, “apta para diabéticos y que ya usaban los indios guaraníes hace 1.500 años”, miel o sirope de arce.
En vez de mantequilla utiliza aceite de oliva o de coco, su favorito por ser “antioxidante, anticolesterol y estimulador del metabolismo” y porque “es el que más tiempo se mantiene estable a altas temperaturas”.
Prefiere los ingredientes ecológicos, huye de la bollería (pastelería) industrial “que se hace a gran escala, con productos de bajo costo, donde lo más importante no es el consumidor sino el beneficio económico”, y recomienda siempre leer la etiqueta de los alimentos que compramos para saber realmente qué comemos.
También recurre a los moldes de silicona, que no necesitan ser engrasados con mantequilla y son fáciles de desmoldar.
“Me privo de tomar una tarta o un helado caseros pero me tomo una salsa de tomate industrial que tiene muchísima azúcar y, por tanto, más calorías” que los postres, explica.
Como el tiramisú Martine, el coulant de chocolate, el crumble de almendras y fresas, la tarta de zanahoria, el bizcocho de manzana y frutos secos o los “duffins”, una mezcla de donut y muffin que ha inventado.
“La vida hay que disfrutarla con cosas que nos hagan felices, por eso no hay que renunciar a los postres, exquisitos y cien por cien libres de culpa”, dice quien mejoró sus hábitos alimenticios pero no siguió “una de esas dietas estrictas que exigen un gran sacrificio tanto físico como emocional, muy difícil de asumir”.
También introdujo el ejercicio físico en su rutina diaria y, no sólo ha conseguido adelgazar, sino que ahora siente que brilla “con luz propia” sin renunciar a su “punto débil”: los dulces.