A más de dos años de iniciado el proceso licitatorio, la renovación de la Playa Bristol Popular, quizás el balneario más icónico de la ciudad, se hace esperar y es una cuenta pendiente del gobierno municipal.

En agosto de 2022, el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad el pliego de bases para otorgar en concesión el uso y explotación de la Unidad Turística Fiscal (UTF), con el objetivo de ponerla en valor. Las tareas deberían realizarse considerando las “condiciones físicas, ambientales y paisajísticas” del lugar. 

Quien se quedara con la concesión debería conferir al sitio “un mayor aprovechamiento del espacio, a través de mejoras en la accesibilidad y la prestación de servicios, sin perder el carácter de espacio público”.

El Ejecutivo apuntó a un desarrollo de la UTF que respetara “el perfil adoptado por el sector”, donde, “además de las actividades tradicionales de una playa para bañistas”, se llevaran a cabo “acciones recreativas”.

Las nuevas intervenciones se plantearon bajo el formato de playa pública equipada, con servicios como alquiler de sombrillas por día; gastronomía; sanitarios públicos accesibles; actividades deportivas; alquiler de lockers; venta ambulante; y duchas externas.

A grandes rasgos, en el pliego se estableció como elementos a recuperar “la provisión de servicios y espacios públicos, reparos, iluminación, equipamiento e infraestructura”. Y, como valor agregado, garantizar “la seguridad personal y de los bienes” en la playa. 

A su vez, se ordenó la “revisión de los accesos peatonales y el sistema de circulación”. Por lo que el futuro concesionario estaría obligado a mejorar estas instalaciones “a través de alternativas circulatorias accesibles y ajustadas a la normativa”.

Con estas prioridades, en el expediente se planteó como objetivo “consolidar la identidad de la UTF, a través de la provisión de servicios básicos”. Y promover “la articulación entre la ciudad y el sector a intervenir a partir de propuestas de actividades y servicios afines a las demandas del sector”.

Plano de la Bristol, con las mejoras indicadas en el pliego de bases.

Sin embargo, ya iniciada la temporada 2024/2025, los planes del gobierno por ahora no avanzaron en la UTF, que abarca unos 30.000 metros cuadrados y se ubica en Boulevard Marítimo Peralta Ramos entre Luro y Rivadavia.

La última comunicación pública y oficial sobre el tema fue el 31 de octubre de 2022, cuando se realizó la apertura de sobres de la licitación. En aquel entonces, el Emtur (Ente Municipal de Turismo) informó que se presentó una sola empresa, que propuso una inversión en obras e infraestructura de $53.767.500.

Bernardo Martín, el presidente del ente, aseguró que la compulsa fue un “hecho histórico”, y añadió: “La finalidad de esta concesión sobre un sector tan tradicional de la ciudad es generar inversión y equipamiento acorde a los tiempos que vivimos, con baños y restaurantes de calidad y sombra móvil. Es una obra muy importante y que la ciudad necesitaba”.

A pesar del anuncio, el Ejecutivo aún no adjudicó la concesión de la Playa Bristol Popular, por lo que el sector se mantiene sin la renovación anhelada, además de continuar con una situación administrativa precaria.

Luego de llevarse a cabo un concurso de precios, la Bristol fue otorgada para su uso y explotación a Ítalo Ravasio en la temporada 1995/1996. En 1997, se realizó una nueva compulsa en la que el municipio otra vez adjudicó al empresario. 

Desde 1999 hasta la actualidad, el concesionario contó con sucesivas habilitaciones precarias por parte de las distintas administraciones locales.

En detalle, tras la última licitación de 2022 y ante las dilaciones en la nueva adjudicación, el gobierno municipal le renovó el permiso precario al privado en las últimas tres temporadas: 2022/2023, 2023/2024 y 2024/2025 (aún debe convalidarlo el Concejo Deliberante).

LA CAPITAL intentó comunicarse con funcionarios del Ejecutivo para saber los pasos a seguir en la UTF, pero no hubo respuesta.