por Ramiro Melucci

“Qué bueno volver a verlos”, comenta Daniel Scioli a los periodistas que lo esperaban en el Hermitage Hotel. Llega con Marcos Di Palma, distendido y sonriente. El ex gobernador recorrió en menos de un mes 32 municipios, pero asegura no estar cansado. “A mí me apasiona trabajar, más cuando siento que la gente necesita que se la escuche, que se comprendan los problemas que tiene”, dice mientras se acomoda para las fotos el saco beige que combina con una camisa blanca y un pantalón de jean. “Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para defender al trabajo, la industria nacional, el mercado interno, a los jubilados. Cuando uno está cerca de los problemas y escucha más de lo que habla, puede tener un diagnóstico muy claro y la percepción directa de los que están al frente de un comercio, una industria o de los trabajadores que están en una fábrica”, agrega a manera de argumento.

– A casi 17 meses de iniciada la gestión de Mauricio Macri, ¿cómo evalúa la marcha del Gobierno?

– Son ya 500 días de gobierno. Ya hay una evaluación que se puede hacer y una tendencia de las cosas. Veo que este cambio, que mucha gente con buena fe buscó, hoy en la práctica es un retroceso. Veo cómo van fracasando en los objetivos que tenían para bajar la inflación, para luchar contra el narcotráfico, para bajar la pobreza, para atraer a las inversiones y para unir a los argentinos. Las mayores grietas se dan en una sociedad cuando hay mayores desigualdades y cuando la diferencia entre ricos y pobres es más grande. La transferencia de recursos que hubo a sectores concentrados de la economía ha sido muy grande. Por eso tenía ganas de estar en Mar del Plata. Para que los marplatenses sepan que cuentan conmigo siempre, que yo no puedo ser indiferente a los problemas. Y recordarán que esto lo advertí, lo dije y pasó. Pero eso es el pasado. Ahora hay que mirar el futuro.

– ¿Y qué es lo que más lo preocupa ahora?

– Lo que me preocupa ahora, y quiero también advertir, es lo que puede ser la segunda etapa del ajuste, que puede ser muy dura. No porque el Gobierno tenga malas intenciones (para) que la gente la pase mal, sino por las consecuencias de las políticas y decisiones que se fueron tomando en estos 500 días de gobierno.

– Pero el Gobierno dice que lo peor ya pasó y la economía se está recuperando.

– No es lo que yo percibo visitando fábricas, hablando con comerciantes. Iba a ser (la recuperación) en el primer semestre, no fue el segundo, no fue el tercero. Hay que ir a las causas profundas.

– ¿Cuáles son?

– Cuando el salario queda debajo de la inflación, cuando te aumentan las tarifas y a la vez empezás a importar lo que habíamos empezado a fabricar acá, sufre el aparato productivo y se retrocede. Sin ir más lejos, aumentó la importación textil 130 por ciento. Es obvio que va a bajar la producción local. Los indicadores de la construcción, de los supermercados, la caída del 9% de la industria… Yo entiendo el esfuerzo del Gobierno para que la gente sienta que lo peor del ajuste ya pasó. Pero hace pocas horas un funcionario importante de Economía, en Washington, decía que este año no iban a ajustar más porque tenemos las elecciones, pero que después de las elecciones van a seguir ajustando para bajar el déficit fiscal. Dijeron que van a profundizar el programa económico. Y profundizar el programa económico es profundizar el ajuste. Y yo quiero, frente a esto, ser claro para plantear una alternativa.

– En ese contexto crítico, en Cambiemos emerge una figura con buena imagen como la gobernadora María Eugenia Vidal. ¿Cómo lo explica?

– Porque el gran debate está dado por las políticas nacionales. Es decir, cuando se desindustrializa el país, la que sufre particularmente es la provincia de Buenos Aires. Acá está el 40 por ciento de las industrias. Cuando hay un millón y medio más de pobres, el 40% es de acá. Ese es el impacto negativo que tienen las políticas nacionales en la provincia de Buenos Aires.

– ¿Y hay alguna forma de explicar la buena imagen de Vidal en ese contexto?

– Seguramente por lo que su personalidad genera. Inspira expectativas. Y bueno, el desafío de ella es, obviamente, que en esa expectativa que hay ella pueda dar respuestas, que la gente sienta que puede vivir mejor. Yo no percibo que la gente esté viviendo mejor a como vivía antes.

– ¿Hubiera encarado de manera distinta el conflicto con los docentes?

– En vísperas de que pueda haber un acuerdo, quiero ser muy prudente. Yo estuve en ese lugar y yo sé lo que es, así que no es una cuestión de estar opinando y comentando. Se buscan hacer los mayores esfuerzos de ambos lados, encauzados en un diálogo institucional que lleve esto a buen puerto.

– El ministro del Interior dijo que la ex presidenta le representa un problema al peronismo porque no permite la renovación. ¿Usted cómo piensa la reestructuración del peronismo?

– Bastantes problemas tiene el Gobierno como para estar también ocupándose de los problemas que puede haber en nuestro espacio político, que como todo espacio político puede tener sus distintas situaciones, pero resolverlo será un tema nuestro.

– ¿Cristina y Randazzo tienen que estar en la discusión interna del peronismo?

– Más que las individualidades, creo que son las políticas lo primero que hay que definir. Hay que definir muy claramente qué proponemos a la sociedad, cómo aportamos soluciones para que la gente pueda volver a vivir mejor.

– Las recorridas como las que usted está haciendo por la provincia parecen tener un tinte proselitista. ¿Va a ser candidato en estas elecciones?

– Lo primero que tengo que tener, como en cada responsabilidad a la que me expuse ante el voto popular, es un diagnóstico claro. Y estar convencido de que puedo hacer un buen trabajo. En base a eso, será la gente misma la que vaya construyendo esa percepción y generando esa demanda. Pero, más allá de estar o no en una candidatura, no dejo de estar interesado en lo que pasa en el país, al que sigo de cerca con preocupación. Y particularmente a esta ciudad, que yo quiero tanto y donde sabemos que hay mucha gente que la está pasando mal. Entonces, el tema es ver cómo se puede ayudar para que las cosas estén mejor.

– ¿Qué análisis hace de la situación política y económica de Mar del Plata?

– Mar del Plata siempre sufre cuando las políticas nacionales desprotegen a la industria, baja la posibilidad de planificar unas merecidas vacaciones o (se desprotegen) sectores como el textil, la pesca y la construcción. Se han revertido políticas, como la de los fines de semana largos. En esta ciudad siempre buscamos apuntalar el empleo con ferias, congresos, convenciones, eventos culturales, deportivos. Esto es fundamental.

– Carrió dice que está luchando contra la corrupción y se muestra orgullosa de que tanto usted como Aberto Pérez sean investigados por la Justicia. ¿Qué siente cuando escucha estos comentarios?

–Son cuestiones que se deben aclarar en los ámbitos correspondientes. Y el ámbito correspondiente es el Poder Judicial, así que no tengo más nada para comentar.