Santiago Muñiz, en la fase final de su rehabilitación
El surfista marplatense se recupera de una lesión en su rodilla y cuenta los días que faltan para volver a competir. "Me siento respaldado desde los dos países y eso es algo muy lindo".
Por Marcelo Solari
La recuperación ha llevado más tiempo del esperado. Y la abstinencia de poder surfear amplifica la ansiedad de Santiago Muñiz. El destacado surfista argentino tiene un edema en el condrio femoral de la rodilla derecha y hace 50 días que no puede “correr” una ola.
“Los médicos me han dicho que se debe a varios factores: por tanto tiempo de surfear, por la posición que tengo sobre la tabla y también por entrenar mucho en lo físico, que te va mejorando pero al mismo tiempo va provocando micro lesiones. Este edema, con kinesiología y reposo es una lesión que se recupera bien. Hay que darle tiempo, tener paciencia y no ser ansioso y meterse al agua”, cuenta en el inicio de su diálogo con LA CAPITAL.
El marplatense ya sabe lo que es coronarse campeón en los ISA World Surfing Games (en Panamá 2015). Y ahora sueña con poder hacerlo algún día en la WSL, la primera división del surf internacional profesional.
Sabido es, también, que el menor de los Muñiz tomó la decisión contraria a la de su hermano Alejo, quien se inclinó por representar a Brasil, y compite por Argentina. Estas son sus sensaciones y vivencias:
-¿Hubo algo especial que te hizo tomar esa decisión?
-Fue muy difícil. Era muy chico en esa época, yo tendría 14 años. Tanto a mi hermano como a mí nos habían invitado a formar parte de las dos selecciones y había que decidir. Mi papá nos dijo a los dos que teníamos que hacer lo que sintiéramos en el corazón.
Yo no sabía qué hacer y al mismo tiempo sabía que no podía fallarle a ninguno de los dos lugares. Me acuerdo de que me dieron dos días para contestar y estuve pensando muchísimo sin poder decidir hasta que me definí. Soy argentino, mi sangre es argentina y mi familia es argentina. Vivo en Brasil desde chico, fui criado allá y estudié allá pero soy argentino y ese fue el motivo más fuerte para mi elección. Mi hermano Alejo ya estaba naturalizado brasileño y se sintió más cómodo representando a Brasil. Obviamente también decidió con el corazón y sus sentimientos.
-¿Tuvieron que decidir al mismo tiempo?
-No, la situación de mi hermano fue antes y a mí me tocó un tiempo después. Siempre le digo a mi papá que fue la mejor decisión que tomé en mi vida, porque no hay nada como representar al país donde naciste y en donde están tus raíces. Fueron momentos de muchos nervios, de algunas dudas, pero ahora estoy muy contento. Y mi papá saltaba de alegría.
-Antes de decidirte, ¿lo consultabas con alguien? ¿Çon la familia? ¿Con algún amigo?
-Sinceramente yo estaba muy preocupado por cómo me iban a tratar mis amigos o en la escuela, qué me iban a decir, si me iban a seguir hablando. Pero la verdad es que todos mis amigos que apoyaron un montón. Los siento más hermanos que amigos porque me dijeron que independientemente de la decisión que yo tomara, antes estaba nuestra amistad. Tanto mis amigos de acá como de allá estuvieron siempre conmigo. Me siento respaldado desde los dos países y eso es algo muy lindo.
-La mayoría de los surfistas aseguran que más que un deporte, es un estilo de vida. Entre todas las cosas buenas que tiene el surf, ¿cuál es la mejor?
-El contacto con la naturaleza es algo único, impresionante. Es verdad que el surfista tiene una filosofía de vida distinta, como si fuera otra religión. La Naturaleza nos enseña a cuidar de ella misma, a ser más educados, a ceder el turno de una ola cuando hay una mujer o una persona mayor, a ayudar a los niños. Como es un deporte imprevisible, porque cada día las olas están distintas, siempre tenés una sorpresa. Eso lo hace tan especial porque siempre hay algo nuevo. La felicidad que te da el mar es un gran motivo de satisfacción personal.
-Otra de las cosas buenas que tiene es que te permite viajar y conocer el mundo. ¿Cuáles son los mejores lugares para surfear?
-Hay muchos lugares con olas buenas. Muchos. Creo que Indonesia y Hawaii están entre los cinco mejores lugares, sin dudas. Son sitios muy lindos y las olas son impresionantes. Pero a mí, en donde más me gusta estar es en Mar del Plata y en Bombinhas. Seguro que no están las mejores olas del mundo, pero estar cerca de la familia y los amigos no tiene precio.
-Utilizaste la palabra “impresionantes”. ¿Alguna vez tuviste miedo de tener que enfrentar semejantes olas?
-Sí, sí, muchísimo. Tengo mucho miedo de la ola grande. Creo que todo los surfistas le tienen miedo y respeto a ese tipo de olas. Pero lo que pasa es que la adrenalina que se genera es como un vicio y eso es lo que alimenta la motivación de cada uno por querer surfearlas. Por más que conozcas el riesgo y que estás exponiendo el físico, las ganas de saber qué va a pasar son más fuertes que la prudencia. Es un deporte arriesgado, no hay a dónde escapar y siempre hay que estar positivo y con una buena preparación física para enfrentar esos desafíos.
-Hay unas cuantas etapas del circuito internacional que se realizan en aguas cálidas, donde puede haber tiburones u otros peligros. ¿En esos casos hay una vigilancia especial o también es cuestión de suerte?
-Generalmente entre nosotros nos jodemos: “levantá los pies” o “sacá las manos del agua”, pero lo cierto es que estamos expuestos a esos riesgos. En Sudáfrica, Hawaii o Australia surfeamos en zonas donde hay tiburones peligrosos. Hay que tratar de no pensar tanto en eso o creer que no te va a pasar nunca. Siempre está ese tema presente entre nosotros porque en muchas playas en las que competimos hay carteles que alertan sobre la presencia de tiburones y de hecho se han registrado ataques. Es muy importante saber en qué momento meterse o no al agua. Hay que tratar de evitar hacerlo a la mañana temprano solo, sin compañías, o quedarse solo a la caída de la tarde. En lo posible, hay que surfear donde haya bastante gente y así se reducen las probabilidades de que suceda algo.
-¿Tuviste que enfrentar algún episodio de esa clase?
-El momento más difícil fue el año pasado en Costa Rica, cuando se nos apareció un cocodrilo en el agua. Yo lo vi cuando ya se estaba hundiendo, pero mi amigo brasileño, Thales Araujo, lo vio desde muy cerca y me dijo que era enorme. Pasó a un metro de donde estábamos nosotros. Fue un momento terrible, porque como encima el agua es marrón yo no sabía si se había ido o si iba a aparecer de nuevo.
-¡Pero el cocodrilo vive en agua dulce!
-Sí, exactamente. Pero ahí en Costa Rica, en época de lluvia los ríos de desbordan y en las desembocaduras los cocodrilos pasan de un río a otro por el mar. Y se encontraban con nosotros. Fue un momento de desesperación. No sabíamos qué nos podía pasar. Era como una película. Ya habían cancelado el torneo dos días antes porque habían detectado un cocodrilo en la playa. Y entonces pensamos que ese día nos tocaba a nosotros. Enseguida suspendieron el heat, vinieron las motos de agua, la ambulancia, gente de la organización. Pero al otro día tuvimos que volver a meternos al agua en el mismo lugar. No queda otra que ser muy fuerte mentalmente para tratar de que esas casos no te afecten.
-Vas a seguir con la rehabilitación hasta fin de mes y a volver al circuito. ¿Cuáles son tus objetivos deportivos para este año?
-Primero espero recuperarme bien de la rodilla y después empezar a competir en los torneos lo más rápido posible. El objetivo, como siempre, es poder quedar entre los diez primeros del ranking WQS, que me permitiría pasar a competir en el WSL (la elite del surf mundial). El comienzo del año fue muy bueno, de los mejores en cuanto a resultados, aunque ahora tuve que parar por la lesión. La idea es poder llegar a Hawaii ya clasificado o clasificar ahí. En los últimos dos año estuve muy cerquita de quedar entre los diez. Hay que seguir batallando porque en algún momento se va a dar.
-¿Tu gran sueño es ser parte de la WSL (World Surfing League)?
-Sí, no sólo participar, sino que sueño con ser campeón mundial ahí, ya que se corre en las olas más lindas de todo el mundo, con un nivel de surfistas increíble y también con más puntos y premios.
-¿Pudiste hablar con los chicos del seleccionado después del Mundial ISA en Biarritz en el que no se lograron buenos resultados?
-Hasta ahora no pude hablar con los chicos. Es más, muchos ni siquiera volvieron porque se fueron de viaje a otros lugares aprovechando que estaban en Francia. Infelizamente no pudieron obtener los resultados esperados. Son cosas que pasan. La competencia es así. Yo traté de seguir el torneo como podía pero por la rutina de la rehabilitación se me hacía un poco difícil. Yo creo que ellos deben estar tranquilos porque fueron a dar lo mejor de cada uno. El tema del resultado es una consecuencia de varios factores y en este momento no se dio.