La Delio Valdez, la orquesta de cumbia que se posicionó con su ya famoso “Cumbión”, la fiesta que los lleva por todo el país proponiendo lo mejor de la música subtropical y la celebración, vuelve a Mar del Plata y a GAP (este sábado desde las 23 en Constitución 5780).

Una vez más, junto al Dj Sonido Parrandero y, con la banda marplatense Panal como invitada, prometen una noche con “lo mejor de todo lo que fuimos aprendiendo este año”.

Es que el 2019 fue un año de mucho trabajo y crecimiento profesional para la multitudinaria formación. Fue de premios y nuevo material propio, muy bien recibido por el público. “Maduraron el sonido y la identidad de La Delio”, analiza Santiago Moldoval, uno de los fundadores de la orquesta que, desde los inicios, se maneja de manera independiente y cooperativa.

En la charla con LA CAPITAL, también reflexiona que “el momento es muy delicado socialmente y lo percibimos en cada ciudad a la que llegamos, porque la gente esta esperando el cumbión con mucha necesidad y entusiasmo, como un espacio donde encontrase y desahogarse”.

La Delio cuenta con una formación que tiene sección rítmica de seis músicos (Pedro Rodríguez voz, timbal con bombo y tambora; Sebastián Agüero tumbadoras; Tomás Arístide güiro y/o maracón, Marcos “Pollo” Díaz en bongó y tambor alegre, Manuel Cibrián voz y guitarra, León Podolsky bajo eléctrico), una sección de siete vientos (Agustina Massara, Pablo Broide saxofón alto y tenor, Santiago Moldovan clarinete, Milton Rodriguez y Damián Chavarría trombones, Pablo Vazquez Reyna y Agustín Zuanigh trompetas).

En cada presentación se suman cantantes invitades, actualmente LDV cuenta con las voces de Ivonne Guzmán (Colombia) y Black Rodríguez Méndez (Argentina), junto a la participación especial de Tilsa Llerena (Perú).

-El cumbión en el verano ya es un clásico ¿Qué preparan para este sábado? ¿Sorpresas, invitados?

-Año a año tratamos de ir vistiendo nuestro show, el 2019 fue un año muy intenso para la Delio, cumplimos 10 años, ganamos un Gardel, grabamos nuestro primer disco en vivo y tocamos en el teatro Gran Rex un show que fue un gran desafío para nosotros, un show que duró 3 horas y que tenía una gran puesta de escenografía, luces, coreografía, actores, etc. Tratamos siempre de ir creciendo y mejorando. Un poco de todo eso es lo que les llevaremos a Mar del Plata.

-¿Cómo evalúan la repercusión de “Inocente”?

-La verdad que es una gran alegría cómo el público se ha identificado con las canciones de sonido subtropical, Inocente era para nosotros desde que preparábamos el disco uno de los platos fuertes, es una canción popular y bien argentina, con una letra que puede ser interpretada de muchas maneras.

-La orquesta es fusión, pero con una fuerte impronta de la cumbia latinoamericana. ¿Cómo se fue delineando el concepto, su identidad propia?

-Creo que es un poco una consecuencia del paso del tiempo y cómo se han ido dando las cosas. En un proyecto independiente y autogestionado hay que estar permanentemente activo y atento a estar creciendo y mejorando. Nosotros comenzamos tocando como un grupo de amigos que aman la cumbia y soñaban con hacer una fiesta propia con las características que hoy tiene el cumbión, pero también muchos de los músicos de la Delio provienen de otros palos, el rock, el reggae, el ska, el jazz o incluso la música clásica. Al principio solo hacíamos covers de grandes cumbias latinoamericanas, con el paso del tiempo fuimos aprendiendo a tocar el estilo.

-Proponen baile, fiesta y disfrute desde el escenario, pero a la vez, compromiso social desde su actitud. ¿Lo toman como un deber o un sentir?

-Es algo natural que está desde los inicios de la banda, las primeras fechas de la Delio fueron en cárceles, centros de jubilados, psiquiátricos, marchas, tomas universitarias, etc. Nosotros como músicos somos parte de esta sociedad y de este país y nos afectan las mismas cosas que a todo el mundo cuando sentimos que algo nos convoca o nos interpela simplemente ponemos lo que podemos aportar y sabemos a hacer a disposición. El momento es muy delicado socialmente y lo percibimos en cada ciudad a la que llegamos, porque la gente está esperando el cumbión con mucha necesidad y entusiasmo, como un espacio donde encontrarse y desahogarse, donde por un rato se disuelven todas las diferencias y solo somos cuerpos que bailan y giran al ritmo de la cumbia. Somos recontrafelices y conscientes del privilegio que es poder dedicarnos a esto.