Por Juan Miguel Alvarez

San José lo jugó como una final. Y apabulló a un Once Unidos que disputó el partido más relajado y puso en riesgo la ventaja deportiva para el primer cruce. El equipo de Damián Herold logró una goleada 5 a 0 en cancha de Al Ver Verás y obtuvo el pasaporte para los octavos de final del torneo Apertura de la LMF.
Los estímulos eran distintos. Y se notó en la cancha. San José salió a jugar concentrado, sin regalar nada, con la chance de la clasificación. Once Unidos, con ese objetivo ya alcanzado, estuvo mucho más timorato.
Esa fue la diferencia en una primera mitad en la que no sobró juego. El local se impuso en el mediocampo, pero careció de profundidad en los metros finales. Los de Aníbal Nicora mostraron algo de su fútbol por un corto lapso después de los 25 minutos.
Fue Fabián Insaurralde el que terminó con la monotonía. El delantero armó una buena jugada por derecha y cambió para el otro costado para la llegada de Diego Arroyo, a quien se le fue un poco largo el control con el pecho pero siguió su carrera y definió bárbaro por sobre Germán Aranda.
En el segundo tiempo a Once Unidos se le vino la noche. Cristian Nicora se fue expulsado por doble amarilla y Juan Cabanchik sacó provecho de ese tiro libre con una pegada excepcional. Pocos minutos más tarde Camargo perdió la pelota y Arroyo le cedió el gol con el arco vacío al propio Cabanchik, quien enseguida salió muy aplaudido.
San José nunca perdió la motivación. Y a eso le sumó inspiración. Fue por más ante un Once Unidos cada vez más entregado y desequibrado. Así, los hermanos Insaurralde pudieron anotarse en el marcador, primero el ingresado Lucas y después Fabián, quien completó con éxito una muy buena jugada colectiva.
San José se fue a puro festejo de la cancha de Al Ver Verás, lleno de confianza. Once Unidos tendrá que volver enfocarse.