El camino de San Francisco no está deteriorado. Está destruido. La fatalidad es inminente en cada tramo: el deplorable estado generalizado pone en permanente riesgo la vida de vecinos, alumnos, docentes, productores hortícolas, quinteros y camioneros que a diario deben atravesar este trayecto abandonado y sin mantenimiento que hace años dejó de ser un “camino vecinal” y se transformó en una transitada circunvalación que conecta a la ruta 226 con la ruta 88, pero a la vez permite adentrarse en los campos del cordón frutihortícola, aunque solo realizando riesgosas maniobras al filo de la desgracia.

Los 15 kilómetros de esta importante vía de circunvalación requieren una repavimentación urgente. Los vecinos de la zona, hartos de romper sus vehículos al transitar el camino con un temor constante, se organizaron para hacer este reclamo y exigen al municipio que intervenga de inmediato.

El Camino de San Francisco no solo une a ambas rutas y las conecta con los sectores productivos, sino que también vincula a escuelas con las comunidades radicadas en la zona y a su vez funciona como una vía de acceso directa a la comunidad terapéutica Posada del Inti y el complejo penitenciario de Batán. Sin embargo atravesar el camino implica un peligro absoluto ante el deplorable estado que hace tiempo presenta.

“Se construyó en 1972 y fue durante la intendencia de Elio Aprile que se repavimentó -en parte- por última vez”, recordó María Esther, una histórica vecina del barrio Santa Paula que acompañó a LA CAPITAL en el recorrido. “Fui promotora del asfalto y hoy lo veo despedazado. Los viejos italianos trabajaron para esto y verlo en las actuales condiciones nos duele”, admitió.

En las últimas dos décadas el tránsito en este camino se multiplicó a la par del desarrollo económico de la zona. El permanente ingreso de pesados camiones que ingresan hasta la zona de quintas en busca de la amplia producción frutihortícola continúa rompiendo cada tramo de la circunvalación entre ambas rutas, pero el trayecto que conduce hacia el interior del cordón productivo hasta el paraje Los Ortiz es el que en peores condiciones se encuentra.

Tierra adentro

El peligro es absoluto. Autos, camionetas y camiones realizan constantes maniobras de zigzag para esquivar los profundos cráteres que hunden la tierra. La zona está poblada de campos, quintas e invernaderos, que desde el camino se divisan a través de frondosos pastizales en medio de hondos zanjones a los costados, donde más de una vez han terminado volcados vehículos.

Yuyos de casi un metro de alto brotan en el medio del camino, con tramos donde la tierra resquebrajada vuelve física y mecánicamente imposible el paso de cualquier tipo de vehículo. “El que no conoce termina enterrado, con el tren delantero roto. No está señalizado en ningún lado. Hay curvas peligrosísimas sin ninguna demarcación. Los camiones hacen zigzag y te dejan afuera del camino”, describió un productor que a diario arriesga su vehículo y su vida al transitar por allí.

“Antes era todo campo, pero la circulación creció muchísimo y se transita permanentemente. Sin embargo del 2000 en adelante no se volvió a hacer nada, más allá de tapar algunos pozos con arreglos que no duran”, expresó otro de los productores.

Los vecinos de Santa Paula están preocupados y exigen la “urgente pavimentación y repavimentación de todo el camino” para disminuir el riesgo y favorecer el sostenimiento y desarrollo de la amplia producción de la zona, ya que la peligrosidad del abandonado sendero excluye a muchos y desconecta del circuito a parte de quienes trabajan la tierra.

Más que un camino

El Camino de San Francisco favorece el acceso a todas las dependencias del complejo penitenciario de Batán: la alcaidía N°44, la unidad N°15, el Centro Cerrado de Menores y la unidad femenina N°50. Por all pasan los móviles que trasladan a los internos y al personal y los colectivos, motos y autos que transportan a los familiares para concretar las visitas.

A su vez permite conectar a las comunidades con los establecimientos educativos que funcionan en la zona, como la Escuela N°51, a la que asiste gran parte de los hijos de los quinteros que trabajan en este sector. También los docentes atraviesan este camino con un riesgo inminente.

Por otro lado, en el antiguo predio de Aldeas Infantiles hace ya un tiempo funciona la comunidad terapéutica Posada del Inti, donde a través de un enfoque multidisciplinario se trabaja junto a personas con problemas de adicciones. Pero además, desde el 2018 las instalaciones brindan hospedaje y contención a personas en situación de calle.

El trayecto es atravesado permanentemente por camiones que entran y salen cargados. Muchos, aquellos que por ejemplo parten desde Otamendi o Batán con destino a Tandil, en lugar de seguir por Champagnat toman este atajo pero el peso no hace más que contribuir a hundir más la tierra y el pavimento, que requieren un arreglo urgente antes de que sea tarde y la fatalidad vuelva a golpear la puerta del Camino de San Francisco.

– “Es notable el deterioro”

El concejal radical Mario Rodríguez presentó en diciembre un proyecto para solicitarle al Ejecutivo que repare y repavimente el Camino de San Francisco.

En el expediente, remarcó la importancia de esta calle y la articulación que genera para los sectores productivos, las escuelas, la comunidad de Posada del Inti y el complejo penitenciario de Batán.

“Es notable el deterioro en todo el trayecto”, advirtió Rodríguez al recordar que fue durante la intendencia de Elio Aprile, en 1998, cuando el municipio repavimentó el camino en el marco del Plan de Obras Mar del Plata 2000. De allí en adelante, poco se ha hecho para mantenerlo.

En el proyecto a través del cual el edil solicitó al Ejecutivo que se arregle el camino, remarcó que “es imprescindible la reparación ya que tiene tramos totalmente intransitables, con el fin de priorizar la actividad económica de la zona, así como el tránsito de quienes circulan por la región”.