Por Héctor Hugo Cardozo
Desde Moscú, Rusia
Especial para LA CAPITAL

Marcha la caravana. Una marea rusa que todo lo invade. Cantan como nunca cantaron, se abrazan hermanados como nunca se abrazaron, van embriagados de felicidad y cerveza. Hace un rato, en la definición por penales la selección local dio el “batacazo” del Mundial; se cargó a España, uno de los grandes candidatos, 1 a 1 en los 90 y el suplementario, 4 a 2 en la definición con tiros desde el punto del penal.

Rarezas del fútbol. Alemania, afuera, Portugal afuera, los últimos campeones del mundo y de Europa y ahora España, la favorita entre los favoritos. ¿Justa o injusta su eliminación? Ese es otro tema, pero de todo lo qué pasó mientras la pelota anduvo en el verde césped, para bien o para mal del espectáculo, el peso recae sobre la selección española dirigida por un advenedizo con traje de entrenador, Fernando Hierro.

España jugó a lo que quiso. A tener la pelota, a hacer de la circulación de la redonda un culto. La tuvo, la manejó, la distribuyó Isco, por derecha por izquierda, tirándose atrás. España fue casi casi Deportivo Isco. Y curiosamente Isco apenas si encontró un socio cuando Hierro hizo entrar a Iniesta. La verdad, un despropósito que Iniesta haya estado sentado mirando, porque cuando entró no solamente cuidó e hizo circular el balón, sino que tocó y fue a buscar y suyo fue uno de los dos disparos que exigieron en serio a Akinfeev.

Fue un desarrollo de 120 minutos calcados. España yendo con bastante lentitud, recorriendo la cancha de un lado a otro, pero sin hallar la forma y la fórmula para entrar al área. Fue y fue, por inercia, sin las luces suficientes para quebrar la empecinada, utilitaria y aplicada marca local. Y a saber, la limitada selección rusa expuso tres argumentos: en el primer tiempo, pelotazo al gigante Dzyuba y poco más en ofensiva; acertó un pleno en la inocente mano de Piqué. Y los otros dos, defenderse como podía y descansar en la seguridad de su arquero. Se supo inferior, en realidad no hubo equivalencias técnicas entre uno y otro, pero el pecado, grave de pecado de España, fue tocar, tocar, tocar y profundizar muy pocas veces. Es verdad que jugar en una cancha de 30 por 70 no es fácil para encontrar los huecos. Pero, se repite, los intentos de Isco e Iniesta fueron lo más rescatables. Costa ni transpiró, Asensio no desequilibró, Koke y Silva fueron acompañantes sin llegada y una corrida de Rodrigo casi le da lo que buscó, el triunfo.

Porque está claro que España quiso ganar, Rusia sólo resistir. Ni planteo inteligente ni premio a su consistencia. Empezó resistiendo, se movió resistiendo, con torpezas incluidas y resistió, con fervor, sin pudor, la pelota no era su objetivo. Y en los penales fue más certero. Y con su arquero Igor Akinfeev, que atajó dos. Empujado furiosamente por su público, halló una conquista realmente impensada. Poquito entregó pero mucho embolsó si se compararan posibilidades técnicas, tácticas, estratégicas de un equipo a otro. Fue la victoria quizá demasiado premio para el juego de Rusia, pero España y su inocultable displicencia le dieron la chance. No es culpa de Rusia, eso. En todo caso, los responsables de su eliminación fueron los propios españoles. Un castigo grande para un equipo que propone jugar, atacar, respetar la esencia, pero proponer es también tener eficacia y España no la tuvo. Una pena, el Mundial se quedó sin otro equipo grande. Suele ocurrir, y ocurrió nomás.

La síntesis

Rusia 1 (4)

Akinfeev (8)
M. Fernández (4)
Kutepov (4)
Ignashevich (5)
Kudriashov (6)
Zhirkov (4)
Samedov (5)
Zobnin (5)
Kuziaev (5)
Dzyuba (6)
Golovin (4).
DT: Stanislav Cherchesov.

España 1 (3)

De Gea (5)
Nacho (5)
Piqué (5)
Ramos (6)
Jordi Alba (6)
Koke (5)
Busquets (6)
Silva (5)
Isco (7)
Asensio (4)
Costa (4)
DT: Fernando Hierro

Goles: en el primer tiempo, 12’ Ignashevich en contra; 41’ Dzyba de penal.

Cambios: en el primer tiempo, 45’ Granat (4) por Zhirkov; en el segundo tiempo, 16’ Cheryshev (4) por Samedov; 20’ Smolov (3) por Dzyuba; 22’ Andrés Iniesta (7) por Andrés Silva; 25’ Dani Carvajal (6) por Nacho; 35’ Aspas (5) por Diego Costas; 48’ Erokhin (3) por Kuziaev; en el primer tiempo suplementario, 14’ Rodrigo por Asensio.

Definición con tiros desde el punto del penal: Para Rusia convirtieron Smolov, Ignashevich, Golovin y Cheryshev; para España convirtieron Andrés Iniesta, Piqué, Sergio Ramos; Akinfeev atajó los envíos de Koke y Aspas.

Estadio: Luznhniki, Moscú (excelente).
Arbitro: B. Kuipers, de Holanda (6).