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La Ciudad 3 de diciembre de 2018

Rompieron todas las ventanas de una escuela y ahora están sin clases por tiempo indeterminado

La Escuela 45 sufrió un acto de vandalismo este fin de semana, por lo que solicitó al Consejo Escolar actuaciones inmediatas para acondicionar los espacios afectados y restablecer la dinámica habitual previo al cierre del ciclo lectivo.

La Escuela primaria 45, ubicada en el corazón del barrio Florencio Sánchez, suspendió sus clases por tiempo indeterminado tras constatar la rotura de todos los vidrios de diez de sus aulas. Los hechos ocurrieron durante el fin de semana y fueron calificados por las autoridades del establecimiento como meros hechos de vandalismo, dado que verificaron que ningún elemento fue sustraído del lugar.

Grande y desagradable fue la sorpresa que se llevó Karina Cabrera, la directora de la escuela 45, luego de abrir las puertas de la institución ubicada en Florencio Sánchez y Puán este lunes por la mañana. Piedras y ladrillos dispersos en el suelo, junto a los restos de vidrios que quedaron de las ventanas rotas, conformaron el escenario con el que se encontró la mujer y la obligó a dejar en suspenso el cierre del año educativo en un lugar al que asisten diariamente cerca de mil alumnos, entre la matrícula de la primaria y la de la secundaria 62, que se desarrolla en el mismo edificio.

“No se robaron nada”, aseguró a LA CAPITAL Claudia Freije, consejera escolar de Unidad Ciudadana y que actualmente integra la comisión de Seguridad del organismo provincial, quien se contactó con la directora y dijo que ésta advirtió que lo ocurrido solo respondió a un acto de “vandalismo” y “maldad”.

“La escuela 45 tiene un sistema de alarmas que fue contratado por la misma institución y que difiere del sistema que se trabaja desde el Consejo Escolar. Esto es algo que suele ocurrir en aquellas escuelas donde, por ejemplo, un padre ofrece otro sistema y éste es el que la dirección termina adoptando. Lo que ocurrió acá, según nos señaló la propia directora, es que existían lugares que no tenían sensores y fue por ahí por donde ingresaron las personas que provocaron los destrozos”, señaló Freije.

En este sentido, la consejera advirtió que en el mes de mayo, cuando estaba teniendo lugar la intervención del Consejo Escolar impulsada por las autoridades provinciales, la directora de la escuela había solicitado la adquisición de sensores para las aulas que no contaban con ellos y la colocación de un cerco con el alambre que los propios padres de la institución habían comprado.

“En ese momento, constatamos de que no se había realizado la compra de lo sensores, por lo que le pedimos que vuelva a elevar un pedido, para que nosotros podamos concretar esa solicitud y adquirir los sensores que faltan en la escuela”, señaló Freije. Y agregó: “Con respecto al cerco, se le solicitó al presidente de la comisión de infraestructura, Bruno Sapere, que se rastree dicho pedido”.

Paralelamente, Freije aseguró que la reparación de las instalaciones rotas, condición lógica para poder restablecer las clases y finalizar el ciclo lectivo en la institución, no dependen de la actuación de los consejeros, “sino de la decisión de la Jefatura Distrital”.

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