Robo del Siglo: a 18 años de un plan casi perfecto
Ocurrió el 13 de enero de 2006 en el Banco Río de Acassuso: una toma de rehenes, 200 policías, un botín de 19 millones de dólares y siete horas de pura tensión con un final que parecía inverosímil.
—Doctor, no están. Se escaparon— dijo el jefe del operativo.
—¿Cómo que no están? Búsquenlos en el techo, en los conductos del aire acondicionado o entre los rehenes— fue la respuesta del fiscal Jorge Ariel Apolo.
—Ya lo hicimos, doctor. Le repito. Se fugaron, desaparecieron— le dijo el comisario al fiscal de Martínez.
Cinco delincuentes armados acababan de escapar por un túnel con un botín de unos 19 millones de dólares del Banco Río de Acassuso en medio de una toma de rehenes y dejando a 200 policías en ridículo.
Fue el robo más audaz de la historia criminal argentina, un golpe que parecía perfecto hasta que una mujer despechada delató a la presunta banda.
Cuando se cortaron las negociaciones, los grupos tácticos de la policía irrumpieron y sólo se encontraron con 21 rehenes -dos ya habían sido liberados-, el tesoro abierto y 145 cajas de seguridad saqueadas.
En el vestuario del personal de limpieza, detrás de un mueble con rueditas había un boquete de 50 por 30 centímetros y 1,80 de profundidad con explosivos, en una pared de concreto que conducía a un túnel descendente de 10 metros que comunicaba con el desagüe pluvial subterráneo.
Mientras los francotiradores del grupo Halcón ponían sus miras en los accesos al banco, los ladrones navegaron en dos gomones por el conducto subterráneo, donde habían construido un dique de madera y metales con tensores de acero y pegamento para nivelar el agua.
Desde el banco fueron hasta una alcantarilla ubicada a 14 cuadras de la entidad, por donde escaparon con el botín en una camioneta blanca que los aguardaba en Tres Sargentos y Libertad de Martínez.
Todo estaba planeado. A las 12.38, “el hombre de traje gris” -Luis Mario “Vittete” Sellanes, líder del grupo-, y el de “camisa blanca” llegaron en un auto robado al garaje del banco.
Pocos minutos después, el “falso médico” con guardapolvo y una escopeta recortada y “el hombre de camisa salmón” con peluca platinada que se hacía llamar “Susana” ingresaron por la puerta del banco, exhibieron sus armas y gritaron “ítodos al piso!”.
“El quinto hombre“, con gorra azul fue el último en llegar y quien obligó al vigilador privado a cerrar la puerta del banco.
Conocían el protocolo de una toma de rehenes y sabían que dilatando las negociaciones iban a tener el tiempo para esperar la apertura del tesoro, destrozar con un martillo neumático las 145 cajas de seguridad que saquearon y para que “el ingeniero” terminara su trabajo abriendo el boquete desde el túnel que había empezado a construirse meses antes desde el canal pluvial.
Pidieron pizzas y gaseosas para los rehenes, le cantaron el feliz cumpleaños a una abogada y para colmo de burlas, dejaron armas de juguete y una nota que decía: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores“.
Parecía el golpe perfecto, pero los ladrones no contaron con dos armas que tuvieron a su disposición los investigadores: el sistema de análisis de comunicaciones VAIC II Telemétrico y una mujer despechada.
Con el VAIC se entrecruzaron las 300.000 líneas de celulares que utilizaron la antena más cercana al Banco Río de Acassuso y descubrieron los teléfonos de los ladrones, pese a que habían cambiado los microchips de sus aparatos para no ser descubiertos.
La mujer despechada aceleró los tiempos. Fue Alicia Di Tulio, hermana de la mítica “Pepita la pistolera“, quien decidió llamar al fiscal Apolo y delatar a su marido Rubén Alberto de la Torre -“el falso médico”-, al enterarse de que estaba a punto de escaparse con el botín y una amante.
Di Tulio dio nombres y detalles del golpe y el primero en ser detenido fue De la Torre, luego Luis Mario Vitette Sellanes, el “ingeniero” Sebastián García Bolster, Julián “el Gordo” Zalloecheverría y Fernando Araujo.
En todos los allanamientos realizados, se recuperaron cinco kilos de joyas, cinco autos y un departamento -comprados por los imputados- y, en efectivo, casi un millón y medio de dólares.
Un robo con una canción y una película
El robo al Banco Río fue tan audaz que los delincuentes generaron empatía en la sociedad, como si se tratara de un acto de justicia poética contra los bancos, una suerte de revancha post corralito y crisis. Es por eso que lejos de ser villanos, la banda tuvo más un aura de antihéroes en el inconsciente colectivo.
En 2010, el líder de la banda, Mario Vitette Sellanes, hizo una canción llamada Solo se llora por amores, una balada con aires de ritmo latino que narra como si fuera una crónica los sucesos ocurridos aquel 13 de enero de 2006 y la posterior investigación de la causa.
“Entraron sin un solo disparo”, “con chumbos de juguete”, “los chorros le cantaban a una rehén el feliz cumpleaños”, “vieron los miembros del grupo Halcón el boquete por donde escaparon en gomones navegando por las alcantarillas” y “despechada una mujer los delató”, son sólo algunas de las frases del tema musical. El estribillo, además, parafrasea la famosa nota que los ladrones dejaron en el banco para burlarse y dice: “Sin armas ni rencores, en un barrio de ricachones, no es más que dinero señores, sólo se llora por amores”.
En 2020 se estrenó la película El Robo del siglo, dirigida por Ariel Winograd y que tuvo a Guillermo Francella en el papel de Vitette Sellanes y a Diego Peretti como Fernando Araujo.
La película, recrea el épico robo y al elenco lo completan Luis Luque, Pablo Rago, Rafael Ferro, Mariano Argento y Johanna Francella. Los matices del hecho tuvieron, en la vida real, un encanto cinematográfico: Fernando Araujo (que interpreta Peretti) fue el cerebro del grupo. Era un artista plástico que fumaba marihuana y que planeó el robo con exactitud matemática y una inquietud casi anarquista: buscaba “el equilibrio natural” al robarle a las entidades financieras.
“Absolutamente fue el robo del siglo, está reconocido en el mundo entero, copiado por algunos, como en el caso de La casa de papel”, había declarado Francella a LA CAPITAL en el estreno en 2020.