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Arte y Espectáculos 30 de octubre de 2022

Roberto Musso y el Cuarteto de Nos: “Soy muy obsesivo con los conceptos”

Antes de presentarse en Gap este viernes, el líder de la banda analizó Lámina Once, su último disco, y la relación de esos temas con los de otras canciones de su amplia discografía.

Cuarteto de Nos.

Temas de Jueves, canciones del último disco conceptual Lámina Once y un repaso por los éxitos más importantes de sus cuarenta años de trayectoria, es algo de lo que el Cuateto de Nos compartirá con el público marplatense este viernes 4 de noviembre en Gap.

Como a muchas otras bandas y artistas, al proyecto liderado por Roberto Musso, el ingeniero y autor de la mayor parte de las letras, la Pandemia les encontró en plena difusión de Jueves, que habían publicado en agosto de 2019. En pleno aislamiento y a pesar de que fue una época “antiinspiracional”, la formación salió en julio de este año con Lámina Once, un trabajo muy detallista en cuanto a conceptos, que logra poner en palabras, sonidos -y también en imágenes- muchos de los sentires de la sociedad latinoamericana. Cuestiones filosóficas, políticas, sociales, se combinan en el material de la pestigiosa banda uruguaya, en una base de rock/pop con pinceladas de rap, cumbia, punk y otros estilos.

“Soy muy lento para componer, soy muy obsesivo con las letras, con los conceptos”, reconoció Roberto Musso, compositor, guitarrista y vocalista del Cuarteto de Nos, en una charla con LA CAPITAL.

Con todo su power, capacidad de análisis, la banda ofrecerá un nuevo show en el que, como confirmó Musso, buscan “tener enganchada a la gente desde el primer momento y hasta el final”. Entre la salud mental, los encasillamientos, la sobreinformación y sobreestimulación, el Alzheimer y la libertad, los temas de Musso y el Cuarteto, son piezas que no solo invitan al pogo, sino también a hacerse preguntas, reflexionar, reconocer y reconocerse.

– Entre la contundencia de la música y las temáticas de las letras de sus canciones se prestan para la catarsis, para liberar, reconocer y reconocerse en determinados personajes. ¿Se los dicen?

– Nosotros viajamos mucho por toda Latinoamérica y cada país obviamente tiene su realidad autóctona, pero hay temas en muchos de nuestros discos y en Lámina Once sobre todo, que son súper universales, me da la impresión. Muchas veces que tocamos canciones que tienen que ver con algunas cuestiones sociales o más filosóficas cada uno que lo lleva para el lado de la política o de la sociedad del país de cada uno. “Doctor Hermes”, por ejemplo, a cada lugar que voy me dicen que lo ven a tal político o preguntan si la hice por tal otro político.

– Lámina Once combina cuestiones muy filosóficas o de sensaciones individuales y también experiencias colectivas.

– Si, fue bastante particular, medio inédita la forma de en que nacieron esas canciones porque era la primera vez -y espero que sea la última- que tenemos que escribir canciones en medio de la cuarentena. Era un momento anti-inspiracional por decirte algo. Me parece interesante eso que vos planteabas, que hay un montón de temas que quizás estaban antes en algunas canciones del Cuarteto, pero que la pandemia hizo que nos explotaran en la cara, a carne viva. Me pareció interesante describir los personajes y las situaciones desde un punto de vista más tangencial a lo que era la pandemia, no como algo desde adentro, sino como un observador desde afuera de lo que está sucediendo. Me parece que por eso también la gente se identifica un montón con los personajes de las canciones. Las estamos tocando en vivo y he visto un montón de gente jóvenes que las grita a viva voz.

– Más allá de la pandemia las canciones hablan de una nostalgia de la diversidad no? Ante esta cosa de encasillarse o de encajar en un molde, ¿puede ser?

– Tal cual, te digo más, ese fue un poco el concepto, el núcleo de temas que van atravesando las 8 canciones, justamente el personaje de Rorschach es una especie de outsider, de rebelde, que dice yo no voy a decir lo que ustedes esperan que yo vea, no veo nada y estoy en todo mi derecho a no ver nada, a que no me clasifiquen. En el caso específico del test, por determinada patología psicológica, pero yo la pensé como mucho más amplia, en todo aspecto. Y en ese personaje que dice yo solo veo manchas, no voy a decir más nada y soy feliz así, por más que se lo nota como segregado. Nos pareció interesante ese paralelismo entre ese test del psiquiatra y artista plástico y un proceso muy interesante como llevó esas manchas a una cuestión casi artística.

– ¿Te llevó mucho de estudio de preparación para hacer las analogías, para inspirarte en relacionar el sistema con las canciones?

– Sí, en realidad siempre soy muy lento para componer, me tomo mucho tiempo y este disco fue igual que los demás. Soy muy obsesivo con las letras, con los conceptos. Que venzan mi autocrítica me lleva unos cuantos meses antes de mostrárselos a los demás y no fue la excepción este disco. Es cierto, hubo canciones que costaron un poco, pero siempre me ha costado bastante, sobre todo en cuanto a pensar de qué quiero escribir, de qué concepto de qué cuestión quiero hablar ahora. Y si es algo que sabemos antes, desde qué ángulo, con qué lenguaje o con qué guión.
Lo bueno que tuvo es que poco a poco se fue armando ese concepto que no era tan obvio cuando iba haciendo las canciones, porque realmente yo nunca pienso en canciones para un disco conceptual, pero se fue amoldando cuando surgió la idea de la canción Rorschach que fue una de las últimas. Ahí cerró todo, el arte de la tapa, las canciones, ese paralelismo entre el test y lo que me gustaba decir en las otras canciones que también me parece que como vos decías el tema de la búsqueda de culpables, eternos culpables como la canción Chivo expiatorio, me parece interesante, como las figuras de Pandora, Judas y ahora Pangolín, el laboratorio chino. Me parece interesante ese ese correlato.

– Esa obsesión ¿tiene que ver con que sentís una responsabilidad como artista con el mensaje que estás dando o es algo más personal?

– Sí, está muy bien la pregunta, porque ‘responsabilidad’ no me gusta mucho como palabra, pero sí como concepto y realmente es así. Yo empecé a hacer canciones cuando tenía 17 años. Obviamente me movilizaban otras cuestiones y es cierto que esa responsabilidad no estaba como una forma de propia autocrítica, pero con el correr de los años y también, te soy sincero, viendo la cantidad de gente joven que nos sigue de todas partes de Latinoamérica sobre todo siento una presión, linda, extra, de querer estar súper autoconvencido primero de que lo que quiero decir no vaya a un lugar donde no quiero, lo cual no quiere decir -y me parece que es una de las cuestiones de las letras del cuarteto- que esas letras no contengan ambigüedad. Esos personajes nuestros son tan contradictorios como somos los seres humanos reales.

– Por lo que decís da la sensación que cuando componés tratas de huir del ‘saber casi nada de casi todo’ que dice la canción.

– (Risas). Es imposible escapar de eso. Es también un leimotiv del disco, la sobre estimulación, la cantidad de información que tenemos, otra cosa que también me hizo paralelismo con el test de Rorschach fue el cómo se nos está exigiendo cada vez más como personas el tener que decidirse por una de las, a veces, dos opciones que nos presenta cada acontecimiento: ¿de qué team sos, de qué lado estás? Lo mismo que decía el personaje ‘no me gusta ninguna de las dos opciones que me están planteando’, me parece totalmente lícito. Justamente esa cantidad de información que tenemos, la psiquis no está capacitada para absorberla de una forma argumentativa y lo del test también tiene algo que ver con como con muy poquitos datos ya te estoy mandando un perfil de tu personalidad.

– Justamente un eje del disco es la salud mental, que también es un tema un poco tabú.

– Sí. Y te digo más, ha sido también uno de los secretos o algo del por qué la gente que nos va a ver lo vive como una catarsis psicológica grupal a todo el show y muchas canciones, como Bipolar, por ejemplo, que tiene más de 10 años pero que fue medio adelantada en cuanto a ese tratamiento, o la de ‘Buen día Benito’ que habla del bullying, o la del Mal de Alzheimer… Me interesó siempre mucho eso, me tocó vivir muchas cosas muy de cerca, y te soy sincero, esa responsabilidad que vos decías, es mayor en esos casos y creo que si no hubiera tenido casos cercanos no las hubiera podido escribir, no me hubiera animado. También sobre los culpables, la paranoia, la soledad, que son temas que la pandemia también les puso más la lupa.

No te miento, la cantidad de pibes que cuando hacemos el meet & great nos dicen, mira, me salvaste la vida, o tal frase me hizo ver la vida de otra manera, me pone la piel de gallina, es algo muy fuerte.

– ¿Llegaron a plantearse, como banda, tener semejante llegada? porque son casi 40 años y a estos temas el público de diversas edades los vive, los atraviesa de alguna manera. ¿por eso la identificación?

– Si, tenemos un público muy heterogéneo de edades que me encanta, pero también de género, de clases sociales. Dicen que el público es un espejo de lo que da el artista en el escenario y el tener ese público tan heterogéneo, tan mixto, es genial. Y esa identificación de un montón de esos personajes, se da por ejemplo en canciones como Me amo, que es del 2000 o 1999 por ahí y es la única que estamos haciendo de la etapa pre ‘Raro’. Cuando la estrenamos siempre venía alguien que me decía ‘yo conozco uno que es igual’ o ‘mi novio es el de me amo’. Ahora que la renovamos y la está escuchando una nueva generación todos me dicen ‘yo soy el de me amo’, tuvo una especie de relectura, ya dejó esa ironía de que es el de al lado y pasó a ser uno mismo, me parece genial. para un estudio sociológico.

– ¿Por qué hacen pocas canciones de la primera etapa de la banda?

– Cuando empezamos a girar fuera de Uruguay y Argentina en 2007, las canciones más viejas, las más noventeras no llamaban tanto la atención. Había un bache de entendimiento porque capaz que tenían un lenguaje más regional o más autóctono. Y Me amo era una que veíamos que se emparentaba más con esta nueva etapa de canciones y hoy es uno de los puntos altos del show.

– En su historia también fueron de los precursores en rapear. ¿Cómo ves auge actual del rap, cómo lo sentís?

– Tenés razón, tenemos canciones que son rap puro y duro, del 89, 90, al estilo del hip hop mexicano y de Los Ángeles que hizo bastante influencia acá. Hoy veo un montón de pibes haciendo rap que me encantan. Me llena de orgullo cuando alguno me dice que tienen como referencia al Cuarteto. A Wos, que me parece de lo más brillante, le llamó la atención como yo podía rapear con mi banda de Rock. Quizás chicos más chicos, porque no te miento, la cantidad de público adolescente y preadolescente que nos va a ver es increíble, ven al cuarteto como una cosa más rara.

– ¿Tiene que ver lo “raro” con que empezaron de manera totalmente analógica en cuanto a recursos?

– La gente sabe que somos una banda de cercanía, siempre nos ha hecho crecer el vivo. Por más que sean canciones en las que obviamente los elementos digitales que han venido con la tecnología los usamos muchísimo en el estudio, pero siempre teniendo en cuenta que todas esas canciones las vamos a tener que defender en el show en vivo, eso sigue siendo igual.

– Más allá de la música, la manera de expresar las ideas en las canciones, la comunicación es muy importante para ustedes. De hecho están con un podcast. ¿Otra manera de relacionarse y de compartir y de analizar lo que hacen con el cuarteto y con los temas que les interesan o les preocupan?

– Lo del podcast fue una muy buena idea. Si había un disco sobre el cual hablar o hincarle el diente a hablar de los temas de las canciones, este era el indicado. Salió esa idea de hacer un un podcast, 8 episodios, uno de cada canción y cuando empezamos a ver con quién hacerlas quedó un elenco, un equipo interesantísimo con un par de profesores grado cinco de Filosofía de la Universidad de Ciencias, con gente de artes visuales, cada canción disparaba para algún lugar diferente y son charlas súper interesantes que también me sirvieron a mi para ver cómo desde su óptica ve la canción otra cabeza.

– ¿Te sentís cómodo en ese perfil de expresarte y de contar tus ideas más allá de las canciones?

– Está muy bien lo que me preguntás creo que son válidas las dos cosas y en este caso para mi, para el Cuartero, están buenas las dos opciones. Una decir ‘la canción es esto y no voy a hablar más nada’ o el otro: desarrollarla, desentrañarla como una madeja. Me sentí súper cómodo hablando, me encantaban esas charlas porque también ellos veían como con una canción pop o pop rock con lo que fuera, se pueden tocar temas tan profundos. Me dieron mucho placer esas charlas en profundidad, lo cual no quiere decir que el próximo disco, sea instrumental, y no hablemos de los temas

– Así arrancó todo, instrumental.

– Si, porque teníamos 15, 16 años cuando empezamos, no nos animábamos a cantar las letras que hacíamos, hasta que al final fuimos tomando el coraje para musicalizarlas.



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