El personal del estadio atlético “Justo Ernesto Román” se llevaron una desagradable sorpresa cuando este sábado abrieron el depósito para retirar parte del equipamiento necesario para llevar adelante el entrenamiento del día y encontraron que el mismo había sido casi vaciado.

La noticia fue difundida por Rubén Aguilera, presidente de la Federación Atlética de la provincia de Buenos Aires, y reconocido periodista de la ciudad, quien aseguró que “nunca habíamos tenido una pérdida semejante”. A través de una sentida carta, el dirigente enumeró una larga lista con todos los elementos sustraídos, al tiempo que pidió que los marplatenses estén atentos ante la posibilidad de que muchos de estos artículos intenten ser revendidos por redes sociales y otros canales de venta.

“Siento un profundo dolor con lo sucedido. La inseguridad a las que cada día nos someten los amigos de lo ajeno atentó esta vez contra una de las catedrales del deporte”, señaló Aguilera.

Según señaló una enumeración tan solo “parcial” de lo robado incluye: “pistola electrónica con sus cables y parlante, balanza electrónica de precisión, handys “Motorola” con cargadores, un anemómetro para la medición de la velocidad del viento, un equipo de medición directa para saltos y lanzamientos,  cinco cronómetros, tres sombrillas, un gazebo de 3×3, cinco capas de lluvia, dos cintas métricas de 50 metros, tonners de impresora, equipos de locución portátiles para eventos de campo“.

“La gran mayoría de lo robado sólo sirve a la gente de nuestro deporte, por lo que es el momento de hacer un llamado a la solidaridad de los marplatenses para abrir los ojos, estar atentos por las redes sociales a avisos de ventas, a los lugares de comercialización de objetos como en las inmediaciones del Casino, la feria de la plaza Rocha, etc”, pidió.

Aguilera señaló que más allá del perjuicio económico, algunas de las cosas robadas “no se compran en la ferretería de la vuelta de casa”, sino que son “costosas y se consiguen únicamente en el exterior”.

“Fue la peor de las noticias en el fin de semana en que volvía la actividad oficial a la pista del Parque Municipal de los Deportes con un torneo homenaje a la dos veces olímpica María de loa Ángeles Peralta. Se ha dado un golpe más a la educación, por cuanto un escenario de este tipo es una escuela de vida”.

Es que según señaló, en el reservorio “miles de personas encontraron en todos estos años un lugar de contención para alejarse de la delincuencia, las drogas y los malos hábitos”.

“Duele este ataque y es triste además porque un hecho como este tipo pudo haberse evitado si como debe ser todos los lugares públicos como este contaran con el personal de seguridad necesario para su salvaguarda”, recriminó.

“Cuando ya se comienzan a ver en el escenario atlético las mejoras en distintos sectores como producto de los trabajos que se están realizando para poner punto final a la falta de mantenimiento este golpe es tremendo por lo que significa para la fiscalización de las competencias que se llevan a cabo durante todo el año. No me queda duda que como en otros momentos aciagos el Atletismo se pondrá de pie y será como lo ha sido desde 1945 un ejemplo de lucha contra la adversidad”, cerró.

Otro golpe al deporte

Además de hacer referencia al estado de abandono en el que está la infraestructura del estadio, algo ya señalado por otros deportistas como la atleta olímpica Belén Casetta, Aguilera aseguró que “nunca habíamos tenido una pérdida semejante”, aunque recordó otros hechos de similar envergadura en el estadio marplatense.

“Hace ya unos cuantos años un incendio intencional en los viejos depósitos derivó en la perdida total de colchonetas de caída, varillas, vallas, etc. En aquella ocasión se tuvo la solidaridad excepcional del conocido locutor Cacho Fontana quien abonó de su bolsillo los gastos que demandaron el volver a contar con todo aquello que el fuego había consumido. Fue un gran gesto de una gran persona”, destacó.

“Otra que recuerdo es cuando ingresaron a la cabina que se encuentra a gran altura en la tribuna donde se guardaba el equipo de cronometraje Omega que se había traído para los Juegos Deportivos Panamericanos del 95. Se llevaron dos cámaras y al ser perseguidos arrojaron las mismas, con tanta mala suerte para el atletismo, que se golpearon e inutilizaron seriamente y desde entonces este equipo no se ha podido volver a usar”, agregó.