En el día 30 de mayo, el Sr. Agustín Marangoni me dedicó una extensa nota en este diario titulada “La derecha, el colegio, y el discurso contra el aborto legal”, en la cual poco y nada de lo dicho se corresponde con la verdad objetiva.

Pero de las muchas mentiras allí vertidas, solo me interesa aclarar una de ellas, por cuya gravedad y sensibilidad me veo obligado a replicar:

El cronista afirma que el que suscribe fue denunciado por una ex pareja “en 2008 por abusar sexualmente de la hija de ambos”, sin agregar nada más y por ende, sugiriendo al lector con deliberada mala fe que yo soy pedófilo o portador de alguna aberración análoga. Ante el embuste periodístico, aclaro por la presente que si bien hace diez años fui víctima de una falsa denuncia, fue la mismísima justicia la que confirmó la inexistencia de delito, jamás estuve procesado, y fui sobreseído de tan injusta acusación por el voto unánime de los magistrados intervinientes en absolutamente todas las instancias judiciales transitadas, sobreseimientos dados y ratificados en el siguiente orden cronológico:

El 10 de septiembre de 2014 fui sobreseído por acuerdo del Ministerio Público Fiscal de Mar del Plata (firmado por la Fiscal Andrea Gómez y el Fiscal General Adjunto Marcos Pagella).

Posteriormente, la denunciante apeló la resolución exculpatoria, pero la misma fue ratificada por la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones de dicha jurisdicción (diciembre de 2014), con los votos unánimes de los doctores Adrián Angulo, Marcelo Madina y Walter Jorge Dominella.

Ante otra insistente apelación, la Cámara de Casación con asiento en La Plata, el 26 de mayo de 2015 ratificó todos los términos de lo ya resuelto (también por voto unánime a través de la Sala 1).

Y finalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires el miércoles 7 de septiembre del 2016, nuevamente por voto unánime de los jueces intervinientes, volvió a ratificar las sentencias anteriores en todos los términos señalados, con el voto de los doctores Héctor Negri, Eduardo Julio Pettigiani, Daniel Soria, Eduardo Néstor de Lazzari, Hilda Kogan y el secretario Daniel Astornino.

Del resto de la nota de Marangoni no interesa ni vale la pena discutirla en lo más mínimo: si el cronista distorsiona burdamente el único renglón de su crónica que merece ser tratado con especial cuidado y seriedad, nótese entonces el rigor con que se trata los demás temas abordados, todos signados por el chisme de consorcio o la anécdota subalterna. Por ende, sólo pretendo en estas líneas aclarar una sola de las falsedades expuestas, habidas cuentas de la injuria grave sugerida en la misma.