Reflexiones sobre la salud intercultural
Sobre la necesidad urgente de recordar que la atención de la salud debe ser en función de la dignidad de las personas y reflexionar sobre una medicina donde la interculturalidad esté presente.
Por Verónica Meo Laos*
En una cuenta pública de Instagram, orientada a la enfermería, puede verse un posteo en el que aparece la foto de un enfermero inclinado junto a una diminuta hamaca paraguaya hecha de algo parecido a una sábana de hospital anudada a los aparatos de terapia intensiva, donde un bebé conectado a tubos parece estar dormido (**). El enfermero de la imagen está mirando a la cámara y deja entrever una sonrisa a pesar de ser una escena estremecedora. Debajo, el texto devela el misterio: en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica del Hospital Gaspar Vianna en Belém-capital del estado brasileño de Pará- el bebé de origen indígena que reposa entubado en la imagen pudo dormirse solo después de que Fabio Marques Ferreira, Técnico de Enfermería, lo pusiera dentro una hamaca hecha por él, que imita la forma en que los pueblos indígenas descansan de acuerdo con sus prácticas culturales ancestrales. Una vez que el enfermero lo colocó dentro, el bebé dejó de llorar y pudo dormirse.
La situación interpela a la audiencia sobre varios aspectos. En primer lugar, acerca de la necesidad urgente de recordar que la atención de la salud debe ser en función de la dignidad de las personas. En efecto, procurar la humanización de la salud debe ser el objetivo que guíe la labor cotidiana en las organizaciones sanitarias tanto privadas como públicas. Y, en segundo término, invita a la reflexión sobre una medicina donde la interculturalidad esté presente.
Marcia Mocellin-Raymundo, investigadora del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que una atención de la salud que contemple la interculturalidad no alude exclusivamente a culturas indígenas o pueblos originarios, sino a toda la gama cultural involucrada en la atención, desde trabajadores a pacientes. La medicina es intercultural porque en todo proceso de atención se establecen intercambios entre culturas diferentes que requieren de negociaciones entre sí para arribar a entendimientos recíprocos y satisfactorios entre el personal de salud y los pacientes.
La salud intercultural no rechaza la medicina occidental, sino que, en lugar de priorizar una biomedicina de corte exclusivamente cientificista, contempla otra en conjunción con saberes ancestrales, abierta a aprovechar el conocimiento y las prácticas vinculadas con las distintas culturas, de manera interactiva y respetuosa.
Por todo esto, el gesto individual planteado por la imagen del enfermero brasileño al lado de la hamaca improvisada con sábanas es un gesto de nobleza y, a la vez, una lección que recuerda el hecho de que el cuidado de la salud debe estar dirigido no solo al paciente individual desde la esfera biológica sino a la persona humana en su totalidad, a su familia, su comunidad y su historia.
Es necesaria una medicina abierta a comprender tanto las diversas culturas involucradas en el proceso de atención como a proporcionar elementos socio antropológicos capaces de apreciar el fenómeno de salud y enfermedad desde su dimensión biológica, social y cultural en un escenario pluricultural y diverso propio de las sociedades contemporáneas.
*Profesora de la Licenciatura en Psicología de UADE Costa Argentina
** La imagen fue publicada en la cuenta “Yo amo la enfermería”.