por Costanza Addiechi

Escribir sobre los monumentos escultóricos me pone en situaciones como ésta en donde por un lado me conmueve poder hablar de historia y de belleza, un privilegio en momentos donde parecieran temas de épocas pasadas o de países lejanos, y por el otro me enfrenta al vandalismo, al daño que el desconocimiento le hace a nuestro patrimonio. La escultura de la que vamos a hablar hoy se llama “El Triunfo de la Luz“, la han visto seguramente infinidad de veces sin saber su nombre. Está en la laza San Martín, frente a la Catedral, en la manzana que roza la calle San Luis.

Una fuente que originalmente fue de mármol de Carrara y bronce. Su base de mármol representa una valva marina sostenida por tres sirenas aladas. Sobre ella se apoyaba la figura en bronce de una mujer esbelta, que con sus brazos alzados sostenía una esfera. A ambos lados la acompañaban dos querubines, fundidos en el mismo material, que se inclinaban hacia el centro de la obra.

Pero hablar de “El Triunfo de la Luz” es hablar de su autor, el italiano Ferdinando Vichi, y de Florencia, su ciudad natal. Ferdinando nace en 1875 y luego de formarse en la Academia de Bellas Artes se destaca por su gran habilidad técnica en el trabajo del mármol y alabastro. Así se convierte en uno de los mayores representantes de la producción escultórica florentina de fines del siglo XIX y junto a otro gran artista, conocido por nosotros como Cesare Lapini, autor del monumento a “Cristóbal Colón”, esculpen para la Galleria Bazzanti.

Desde esta histórica galería salieron para nuestra ciudad las obras en mármol que formaron parte del paseo General Paz y la Explanada Sur, y que aquí analizamos. Fundada en 1822 como un estudio por Pietro y Niccoló Bazzanti, padre e hijo, convirtiéndola años más tarde y hasta hoy, en el sitio especializado en arte antiguo y neoclásico de la capital toscana.

“El Triunfo de la Luz” tal como se la ve actualmente en la plaza San Martín.

Tenía tan sólo 22 años cuando fui por primera vez a la ciudad de Florencia, lugar que me inspiró a recorrer el camino de la restauración que hoy transito, y fue allí donde una vidriera colmada de bellísimas esculturas me detuvo para impactarme. Me emociona descubrir que esa galería que de tan joven llamó mi atención, fuera la que abastecía artísticamente los jardines públicos de nuestra ciudad, por lo que “El Triunfo de la Luz” adquiere un valor mucho mayor, el de su origen.

Un mármol traído de las canteras de Carrara, un escultor florentino reconocido por ser uno de los más talentosos del siglo XIX y una galería que desde hace casi 200 años proporciona belleza al mundo.

Hoy en la plaza San Martín sólo queda esa base en mármol que es una escultura en sí misma pero ya sabemos que está incompleta y que sus tres piezas de bronce fueron sustraídas. A lo largo de los años hemos visto en la ciudad como hechos de vandalismo dañan el patrimonio en modo irreversible. Los monumentos son nuestros y tenemos que cuidarlos entre todos, protegiendo así las bellísimas historias que narran estas obras de principios del 1900.

En la próxima publicación visitaremos el frente del Palacio Municipal donde se encuentra el busto al General Juan Martín de Pueyrredon.

(*): Directora coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos MGP