MIRAMAR (Corresponsal).- Mañana se conmemora el “Día Internacional del Reciclaje” y es una interesante oportunidad para tomar conciencia sobre este tema tan sensible pero sobre todo destacar la labor de aquellos que a través de un trabajo loable realizan una trascendente separación para ganarse la vida, proteger el medioambiente y que distintos residuos puedan ser reutilizados.

Ana Jara (57), es una de las voces representativas de la Cooperativa de Recicladores de Miramar y hace 18 años que se dedica a esta actividad de la cual se siente orgullosa aunque admite, “requiere de un enorme esfuerzo”.

Con una enorme humildad, esta luchadora de la vida que vive en una propiedad situada en la calle 44 entre 19 y 21, donde funciona el depósito residual, recibió a LA CAPITAL para hacer conocer la realidad de quienes viven de lo que otros descartan.

El sitio es bastante grande y existe una clasificación bastante ordenada con plásticos, cartones, papeles, vidrios, chapas, fierros y otros elementos que recogen y depositan allí para una posterior venta las cerca de 200 familias que generan sus ingresos económicos gracias a este trabajo.

Muy detalladamente, Ana nos interiorizó el procedimiento que llevan a cabo los recogedores de residuos diariamente mientras su hijo Lucas que cumple tareas en el taller protegido “Dando se Recibe”, observa atentamente y sorprendido por la visita de este medio.

“Al principio comencé la tarea de separación en el basural de las calles 80 y 1 que después fue cerrado y lo trasladaron a Santa Irene. Con el paso de los años pudimos formar la cooperativa y organizarnos mejor, comenzamos con 16 integrantes y luego se fueron sumando hasta superar los 200 debido a que no se consigue otro trabajo”, indicó.

Condiciones laborales

Las condiciones laborales no son las mejores ya que el predio carece de un lugar para resguardarse cuando las condiciones climáticas no son las mejores. “Es complicado pero gracias a esto pude criar a mis tres hijos – dos de ellos ya tienen otras actividades -, y seguiré reciclando para traer el pan todos los días a mi casa. Para pedir en Desarrollo Humano que te den una mano hay distintos requisitos que muchas veces no se pueden cumplir”, manifestó Ana.

“En el basural hay que esperar los camiones municipales o autos particulares durante todo el día para juntar una buena cantidad de cosas y vender en la semana”, se sinceró la referente de los cooperativistas, con evidente emoción y algunas lágrimas en sus ojos.

“Necesitamos la planta clasificadora y el galpón para poder trabajar mejor, fue una promesa del municipio que esperemos puedan cumplirla lo más rápido posible, concluyó.