La abuela del parricida de Mar del Plata recibió el alta médica después de permanecer una semana internada en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), producto de la brutal agresión que le propinó su propio nieto, Saian Uriel Tapia (18), en su vivienda ubicada a metros del ingreso al barrio Pinos de Anchorena.

Rosa Lezama sufrió cortes en distintas partes del cuerpo pero logró sobrevivir a pesar de la gravedad del episodio, en el su esposo, José Tapia, y su hija Corina, abuelo y madre del joven -respectivamente-, fueron asesinados.

Tal como lo había informado LA CAPITAL días atrás, la mujer se encontraba en buen estado de salud y era cuestión de días que abandonara el nosocomio. Finalmente, lo hizo en las últimas horas y próximamente deberá declarar ante el fiscal del caso, Alejandro Pellegrinelli, quien aguarda para conocer su versión de lo ocurrido.

Por su parte, las hijas de José Tapia y Rosa Lezama, y hermanas de Corina, designaron como abogado particular a Maximiliano Orsini, y se presentaron como querellantes en la causa en la que el imputado es su propio familiar. Es que, de acuerdo a la información que recabó el letrado en las últimas horas, Saian Uriel Tapia podría haber actuado bajo una especie de premeditación y no en forma repentina y sorpresiva, tal como se sospecha desde que se conoció la noticia del parricidio.

Orsini solicitará en los próximos días nuevos peritajes psicológicos al acusado, que continúa alojado en el área de Salud mental del HIGA, para determinar si sufrió un brote psicótico al momento del hecho o si en realidad se encuentra apto y consciente para entender lo que ocurrió.

El parricidio de Corina y José Tapia se produjo el miércoles 14 de septiembre pasado en una vivienda de Matheu al 4600, donde Saian Uriel Tapia (hijo y nieto de las víctimas, respectivamente) tomó un cuchillo y atacó a las víctimas a puñaladas en el marco de una presunta discusión. Su madre murió en el lugar, su abuelo poco después de ser trasladado al hospital y su abuela, tal como se indicó antes, sobrevivió.

Desde un comienzo, se sospechó que el accionar del joven se había producido en el marco de un brote psicótico provocado por el consumo de estupefacientes, ya que en el último tiempo había aumentado su adicción a la marihuana y a la cocaína, conforme indicaron los familiares. Luego de que la policía lo detuviera en los techos del inmueble, mientras intentaba escaparse, el fiscal Pellegrinelli lo imputó por el doble crimen y las graves lesiones que le provocó a la mujer mayor, y ordenó su alojamiento en el área de Salud mental del HIGA.