La Justicia de Garantías rechazó el pedido de prisión preventiva contra Martín Juárez, quien es reconocido como un delincuente de frondosos antecedentes y que había sido detenido semanas atrás por participar del asesinato de un convicto, porque la prueba incriminatoria en su contra es de extrema debilidad.

No obstante, Juárez permanecerá alojado en la cárcel de Batán al serle revocado el arresto domiciliario con el cual cumplía una condena por robos calificados.

El crimen de Marcelo Acosta, un preso que también gozaba de arresto domiciliario, ocurrió el 12 de agosto del año pasado y quien confesó ser el autor material es Diego Armando “Mono” Juárez, hermano de Martín. Esa tarde Acosta recibió un disparo en la cabeza en un sector del barrio Santa Rita a raíz de interceder en una disputa entre un par de familiares y el “Mono” Juárez.

Para la fiscal María Florencia Salas, y en base a numerosos testimonios, Acosta fue asesinado por el “Mono” Juárez, quien llegó al lugar en el automóvil de Cristian Sverljuga, también detenido en este proceso judicial. Sin embargo, respecto a Martín Juárez solo había un testigo que lo ubicaba como el conductor del VW Vento. Este testigo es nada menos el hijo de Acosta, el cual observó a pocos metros de distancia cómo Diego Juárez fusilaba a su padre.

Sin embargo, el adolescente, que declaró siempre en compañía de su madre, tuvo algunas diferencias sustanciales al momento de hacerlo en la fiscalía en comparación con lo expresado inicialmente frente a la DDI Mar del Plata. Aunque en ambos casos dijo que “Martincito” era quién el creía que manejaba, sus dichos tuvieron algunas contradicciones que debilitaron la certeza. Mucho más aún cuando las cámaras de seguridad ubicada frente a la vivienda de los Juárez muestra llegar en horas temprano al Vento y luego salir hacia el lugar del hecho, identificando el video solo a Diego Juárez.

Ante esta endeblez probatoria, la jueza de garantías Lucrecia Bustos  decidió rechazar el pedido de prisión preventiva contra Martín Juárez que había solicitado la fiscal María Florencia Salas.  De todos modos, no autorizó a hacerse inmediatamente efectiva la libertad porque Juárez, al estar prófugo de agosto  a marzo, incumplió el arresto domiciliario que tenía por la condena recibida de 6 años y 6 meses de prisión por robos.

El asesinato de Acosta ocurrió aquel 12 de agosto en Namuncurá al 900 hasta donde llegaron Diego Juárez y Sverljuga. Acosta había salido minutos antes con su hijo adolescente hasta un kiosco, ya anoticiado de que Diego Juárez había tenido problemas con una hermana suya por el robo de un teléfono celular y la compra-venta de drogas.

Acosta había asegurado que él hablaría con Juárez y se solucionaría todo. Vale entender el contexto: Juárez es un delincuente con condenas por robos y otros delitos; Acosta estaba en ese momento incumpliendo su arresto domiciliario por un condena por secuestro extorsivo.

En medio de esa charla y con el adolescente a unos metros de distancia, Juárez -lo admitió- disparó contra Acosta en la cabeza y lo mató. En el automóvil VW Vento esperaba Sverljuga y, en un principio, Martín Juárez. La reciente resolución de la Justicia de Garantías derrumba casi por completo la participación de Martín Juárez, a menos que se genere nueva prueba en su contra, algo ya bastante complejo a esta altura de la investigación.