Dante Panzeri nunca pierde vigencia. Aun cuando la modernidad se quiere llevar puesto hasta al fútbol. Este juego sigue siendo Dinámica de lo Impensado. Aun también a la máxima dinámica. A velocidad crucero, puede aflorar y ganar el talento.

El Fútbol de Verano más devaluado de la historia dio paso rápidamente a un partido bien de primera como casi no se pueden disfrutar en Argentina, por el fuerte duelo de hinchadas, con la concurrencia masiva de hinchas de Racing en el Minella y el respaldo de siempre de Aldosivi.

Y los protagonistas estuvieron a la altura del impresionante clima de las tribunas. Y lo imprevisible le dio emoción a la noche.

El gran capital de este Aldosivi es su orden posicional y a eso apostaba en la previa para que no lo desborde la jerarquía de Racing. Pero a los 4 minutos se le derrumbó la posibilidad de hacer prevalecer esa virtud. El blooper de Pocrnjic provocó el gol de Augusto Solari. El orden, la presencia, el dominio territorial y de la pelota pasó a ser todo de Racing.

Una vez más jugó lo impensado. Pero al servicio de ello estuvo la calidad del futbolista. En este caso la de Federico Gino, que tuvo timming para cortar la salida de Racing y ductilidad en la misma jugada para meter un pase gol para Cristian Chávez, quien definió con la jerarquía que requería la circunstancia.

A la máxima intensidad se trató bien la pelota y se jugó bien al fútbol. Lo que hizo Gino en una misma jugada fue el compendio de dinámica y destreza que representó claramente el partido.

Otra vez fuera de contexto, cuando Aldosivi había equilibrado todo, Delfino entendió que la mano en alto de Villalba impactó en la pelota y Racing volvió a ponerse en ventaja. Tuvo otra vez la mano de lo impensado. Un guiño del Gran Dante. Pero al final apareció la calidad y la jerarquía del debutante Darío Cvitanich, uno de los mejores delanteros de Argentina, como para demostrar que el jugador, aun a la máxima dinámica, sigue siendo la medida de todas las cosas.