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Opinión 19 de marzo de 2016

Quizás Arroyo le tenga que agradecer al juez

Por Marcos Sauce

Es un grupo muy chico, que desde el primer momento intentó convencer al intendente Carlos Arroyo que debía enfrentar “una guerra”. Y al mismo tiempo que ingresaban al despacho principal portando las teorías más conspirativas contra enemigos inexistentes, quemaban la principal bandera que el intendente le quiere imprimir a su gestión que es la honestidad y la transparencia. En menos de tres meses, varios hechos “turbios” convergen en el mismo sector, y los protagonistas son siempre los mismos.

Si se trazara una especie de arbol genealógico, con por ejemplo la causa de las estafas en el astillero Río Santiago, las autorizaciones para publicidades callejeras violando el Código de Publicidad, la licitación para la limpieza del Emtur ganada por una empresa de software que nada tiene que ver con esa actividad, el llamado a concurso para asesoramiento creativo de Turismo, por una suma más que importante de dinero en medio de la emergencia económica y otros hechos más, aparecerían varios nombres aunque uno en todos los casos. Es el del ex titular de Turismo, ex hombre fuerte del gobierno, Emiliano Giri, quien a poco de iniciarse la gestión de Arroyo no dudaba en afirmar en su equipo que sería el próximo intendente de la ciudad. Hasta José “Pepe” Scioli lo creyó en algún momento.

En tres meses solamente de gestión, comenzaba a armarse una estructura paralela generadora de dinero. Hay muchos nombres, muchas relaciones y hasta publicistas varios, algunos de los cuales son nombrados en la causa del astillero, como Roberto Fiocca o Fabrizo Zampatti.

Mientras tanto, aparecen más apellidos relacionados con licitaciones o en funciones. “Los maristas”, como les gusta autodefinirse a muchos de ellos, se convirtieron en el equipo de Giri, con el apoyo de algun periodista aportando estrategias en busca de pautas publicitarias y otros negocios.

Ex jefe de campaña, prácticamente el arquitecto de la candidatura a intendente de Arroyo -desde el PRO, el partido que lo “abandonó” a la luz de que ningún dirigente se pronunció públicamente a su favor- Giri supo cubrir puestos claves en el gabinete del intendente. Cultura, Turismo y Deportes fueron los objetivos, sin olvidar el Consorcio Portuario o Punta Mogotes. “Se manejaron con torpeza y fivolidad”, dicen desde el mismo riñón del gobierno de Arroyo, quienes día a día descubren nuevos hechos por lo menos polémicos. Y queda probado una vez más que los “heridos” aprovechan estas horas para aportar pruebas, documentos, y hasta mensajes de whatsapp. Una especie de “yo quiero salvarme”, olvidando a sus mentores.

“El intendente confió mucho en Emiliano y le cuesta creer que sea verdad lo que se está denunciando en los diarios y en los portales”, admite otro hombre con acceso diario al despacho del jefe comunal.

La lupa en las designaciones

El jefe comunal es un hombre que tiene una virtud que es la de escuchar a todos. En estas horas muchos de los que se sentaron frente a él le recomendaron que ponga la lupa en cada una de las designaciones de Giri.

Quizás sea su reemplazante, quien recién va a asumir “cuando terminen de explotar todas las bombras que dejó” el funcionario renunciante, -lo cual sería en no menos de diez días según se supo ayer- quien podrá agradecer a varios funcionarios los servicios prestados en estos tres primeros meses, para comenzar a oxigenar la gestión.
Paradojas de la realidad. En el umbral de los primeros 100 dìas de gobierno, la justicia, al procesar a Emiliano Giri, parece despejarle el camino al intendente para refundar su gobierno. Para poder enarbolar la bandera de la honestidad y la transparencia. Para poder gobernar para los marplatenses y batanenses con los mejores hombres y mujeres en su gobierno, pensando en solucionar los problemas de los vecinos.