Por Marcelo Solari

Es creer o reventar. Quilmes se siente feliz en Once Unidos. Y también su gente. Es algo difícil de explicar, pero desde el comienzo, en esa cancha donde el aliento del público se siente mucho más cerca, el “tricolor” se sintió como en casa. Jugó su mejor partido hasta aquí en la Liga Argentina de Básquetbol, venció a Petrolero Argentino de Plaza Huincul, por 91 a 71 y se acomodó tercero en las posiciones de la Conferencia Sur.

Durante más de la mitad del cuarto inicial los dos equipos encontraron dificultades para jugar sus ofensivas. Y en ese contexto, la paridad resultó manifiesta hasta los 7 minutos: 12-11.

Para el tramo final del cuarto, Quilmes -que había defendido bien- encontró además margen para correr un par de réplicas. Ganó confianza y también versatilidad con el ingreso de Agustín Lecona, en coincidencia con un buen pasaje de Jeffrey Merchant y la solidez colectiva. En ese parcial de 3 minutos, el “tricolor” anotó casi la misma cantidad de puntos que en los 7 minutos anteriores (23-19).

La buena efectividad ayudó al local ante un adversario que no cometió pérdidas en todo el primer cuarto.

Quilmes sostuvo el margen amparado en su correcta gestión defensiva en los primeros minutos del segundo segmento.

La intensidad atrás minimizó la incidencia de Rodrigo Goncalves da Souza y de todo el juego interior del adversario.

Y apenas superados los 5 minutos, Quilmes provocó el primer quiebre importante. Todo nació en un contraataque que fue bien frenado por Petrolero. Hubo que recalcular la jugada, que fue de lado a lado y terminó con pase extra para el triple de Juan Esteban De la Fuente (37-28).

A partir de allí, y pese al tiempo muerto de Patricio Denegri, Petrolero perdió la paciencia y también el orden. Atacó mal, apresurado, se reiteró en lanzamientos exteriores con baja eficacia (3/13 triples) y Quillmes se sintió cómodo.

Prevaleció en el rebote, corrió con más frecuencia, presionó con continujidad y le complicó la vida a los neuquinos.

El local profundizó su dominio en el tercer parcial. Se mantuvo firme defensivamente, si bien ajustó algo más sobre el perímetro y otorgó alguna mínima libertad a los grandes de Petrolero. Pero por sobre todo, estuvo prolífico adelante. Se pasó muy bien la pelota, tuvo gol abundante en varias manos, con otra lección de básquet inteligente y oportuno de Maximiliano Maciel.

La amplia brecha favorable (la máxima llegó a ser de 30 puntos, 75-45) permitió algunas licencias. Y las administró bien Quilmes, ya que el entrenador Manuel Gelpi le dio lugar a todos y los que más juegan tuvieron un conveniente descanso. Obviamente, como faltaba tanto por recorrer, la estructura se debilitó y Petrolero acortó bastante (77-62, con poco menos de 5 minutos por delante). Contra una oposición de menor talla y calidad, Nicolás Giménez y Goncalves da Souza sumaron puntos y rebotes. Y aunque la visita mostró espíritu combativo hasta el final, aún con sus limitaciones, nunca llegó a poner en riesgo un triunfo cómodo.

La síntesis

Quilmes 91
A. Merlo 11, J.E. De la Fuente 13, G. Eseverri 4, J. Merchant 12 y A. Reinick 8 (FI). R. Pelorosso 11, D. Skidelsky 2, A. Lecona 9, M. Maciel , J.C. Germano , I. Catani, F. Arraiz (excluido) 0. DT: Manuel Gelpi

Petrolero Argentino 71
L. Machuca 7, L. Gómez Quinteros 8 (x), V. Garello 11, N. Giménez 17 (x) y R. Goncalves da Souza 13 (FI). S. Frola 6, F. Oggero 9, M. Vélez 0, F. Villalba 0, S. Hernández 0, E. Campodónico 0. DT: Pablo Denegri

Estadio: Once Unidos.
Arbitros: Silvio Guzmán, Fabio Alaniz y Franco Ronconi.
Parciales: 23-19, 47-30 y 72-45.