El dominio de Lanús fue abrumador. De principio a fin. Quilmes poco y nada pudo hacer, y el primer partido del play-off entre ambos se resolvió por mucha mayor diferencia que la prevista. Al “Granate”, en un estadio “Antonio Rotili” que presentó un marco imponente, le salió todo. En contrapartida con el “tricolor”, que nunca pudo encontrar el rumbo. Lanús se impuso por 80 a 50, con absoluta autoridad, y llenó de incertidumbre al conjunto marplatense.

Quilmes padeció una derrota dolorosa. Por lo abultado del resultado y también por la superioridad física y desde el juego que estableció el conjunto de Sebastián Saborido.

El segundo capítulo de esta historia por los cuartos de final del Torneo Clausura de la Liga Argentina de Básquetbol, será este sábado, también desde las 20.30 en el “Rotili”.

De entrada, nomás, se intuía que la noche venía torcida para la formación quilmeña. Lanús se adelantó 7-0 y la visita demoró poco más de tres minutos para anotar sus primeros puntos. Y el apartado ofensivo fue un suplicio durante toda la noche.

Ante la mejor defensa del torneo, Quilmes no tuvo respuestas. Las mayores responsabilidades las asumió Juan Esteban De la Fuente con escasa efectividad, mientras el local hacía valer su juego físico.

La defensa áspera e intensa apagó al habitualmente preciso tridente de los marplatenses que, de todas maneras, lograron hacer pie atrás y, al menos, evitaron que el adversario continuara escapándose.

Claro que al anotar apenas 6 puntos en todo el cuarto, las perspectivas de progreso eran pobres. Acaso el único momento feliz de Quilmes ocurrió al promediar el segundo cuarto. Allí se encendió “Juane” (8 puntos en el segmento) y su equipo metió una ráfaga de 10-0. Pero duró un suspiro. Lanús recobró enseguida el control y con otra ráfaga indomable volvió a escaparse antes del entretiempo.

El 2/16 en triples del conjunto de Juan Cruz Izarra era toda una radiografía de la impotencia y de los nubarrones que se formaban sobre su horizonte de posibilidades.

Una vez que la diferencia superó los 20 puntos, ya avanzado el tercer cuarto (52-28), Andrés Lugli se cargó el equipo al hombro y lideró una tibia reacción que nuevamente fue sofocada en un abrir y cerrar de ojos.

Ese, probablemente, haya sido el mayor mérito de Lanús. No permitir nunca que Quilmes se sintiera confortable en el partido. Lo hostigó, lo incomodó, lo atropelló y lo sometió. Terminó con show de sus pibes y su público radiante de alegría. La brecha entre uno y otro resultó abismal. Pero si es cierto que no hay un juego de play-off igual a otro, allí puede radicar la esperanza más genuina de un Quilmes decepcionante.

Síntesis:

Lanús 80

A. Alonso 10, M. Alonso 10, J. Ríos 14, J.C. Scacchi 9 y S. Chaine 10 (FI). G. Atencio Yearwood 6, M. Gago 3, A. Moreno 6, M. Franchino 7, A. Sacchi 0, J. Páez 0, F. Helale 5. DT: Sebastián Saborido.

Quilmes 50

A. Lugli 10, J. Ruiz 5, J.E. De la Fuente 10, A. Chervo 2 y T. Brown 8 (FI). T. Verbauwede 4, M. Herrero 5, A. Ecker 3, M. Dominé 3. DT: Juan Cruz Izarra.

Estadio: “Antonio Rotili”, de Lanús.
Árbitros: Leonardo Zalazar y Franco Anselmo.
Parciales: 13-6, 35-21 y 62-35.