Por Marcelo Solari

La previa asomaba complicado por la indisposción estomacal de Ariel Eslava que privaba a Quilmes de un interno frente a un rival que esgrimía al temible Justin Williams. Sin embargo, Quilmes hizo gala de su enorme fortaleza colectiva y su presente ganador como local y venció a Ciclista Olímpico de La Banda, por 84 a 80, por una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol. El conjunto marplatense suma cinco triunfos seguidos (todos como local) y se ilusiona con apoderarse de un lugar en los play-offs.

El primer cuarto fue un típico juego de rachas, en el cual ambos se devolvieron parciales contundentes una y otra vez. Se repartieron varios aciertos y, también, unos cuantos errores (10 pérdidas de los bandeños y 6 de los locales en los primeros 10 minutos).

Quilmes tuvo un buen arranque, con presión sobre el balón y se escapó 7-1.

Cuando Olímpico parecía poner orden con su juego (7-6), apareció una ráfaga tremenda del equipo de Javier Bianchelli (11-0 en poco más de dos minutos) para escaparse 18-6.

Los marplatenses tenían todo controlado, con una enorme gestión defensiva, corriendo el contraataque y elegiendo muy bien los tiros a tomar. Las modificaciones de nombres introducidas por el entrenador Fernando Duró en efectivas hasta que un cambio a defensa zonal le dio un poco de aire a los santiagueños, que estamparon una corrida de 8-0 para acercarse a 18-14 y generar cierta preocupación en las filas del local.

Pero cuando todo hacía suponer que podía nacer otro escenario, el cierre de Quilmes tuvo forma de otra andanada de recuperaciones y ataque rápido (6-0).

Lejos de administrar con pasividad esa ventaja, el local continuió martillando con insistencia, amparado en el alto nivel de Iván Basualdo y Tracy Robinson sumado a la alta eficacia colectiva desde el perímetro (34-20).

El único inconveniente fue la tercera falta personal de Ivory Clark en la mitad del segundo cuarto. De cualquier manera, el dominio del local continuó acentuándose frente a un adversario que se equivocó demasiado en ofensiva y careció de la solidez de otras noches en defensa.

Quilmes le discutió el rebote, fue mucho más sólido atrás, tuvo mejores porcentajes y una imagen colectiva superior para llevarse una valiosa ventaja de 45-30 al descanso largo.

Con Mauro Cosolito como mejor argumento ofensivo, los bandeños lograron frenar la ofensiva del local, pero bastante poco pudo hacer del otro lado. Y para delirio del pueblo quilmeño, sobre el final de ese tercer cuarto se le abrió el aro a Luca Vildoza, quien anotó los últimos 11 puntos de su equipo en el parcial (66-45). En la jugada previa a la bocina que indicó el final del segmento, el base marplatense cerró su unipersonal con una jugada que hizo estremecer al estadio. El ex Peñarol Kyle Lamonte intentó disimular su floja noche con una volcada luego de la cual se quedó cara a cara con Vildoza. El pibe no se amilanó. Lo llevó para todos lados, le hizo un nudo y clausuró el cuarto con triplazo.

Estaba todo dado como para que Quilmes terminara a toda orquesta. Estuvo 24 puntos arriba (69-45). Claro que el partido tenía preparada alguna sorpresa. En un desarrollo insólito (44 pérdidas de balón entre ambos equipos), quien explotó en el último cuarto fue Federico Van Lacke. El escolta anotó con continuidad y también marcó el camino en defensa.

Quilmes se quedó sin chispa, le costó mucho anotar y Olímpico comenzó a acercarse peligrosamente hasta situarse 80-76 a menos de dos minutos del epílogo. Ni siquiera un par de enormes rebotes ofensivos de Ivory Clark le dieron oxígeno al local porque no consiguió anotar. Pero como el reloj seguía corriendo, Olímpico tuvo que cortar con faltas y desde la línea, primero Eric Flor y luego Vildoza garantizaron el éxito.