Emilio Giménez anotó el doble del triunfo. Demian Schleider/Prensa Quilmes

Por Sebastián Arana

Quilmes logró un sufrido y muy valioso 64-62 sobre Racing de Chivilcoy para seguir huyendo del fondo de la tabla de posiciones de la Liga Argentina de Básquet. El equipo marplatense, una vez más, luchó más de lo que jugó. Su gran mérito fue su capacidad de reacción cuando parecía perdido sobre el cierre del tercer cuarto.

Apenas el equilibrio mantuvo interesante la pulseada en la primera mitad. Por un lado, una vez más en el Polideportivo, Quilmes abolló el aro desde lejos (2/11 en los veinte minutos iniciales) y tuvo que recurrir a su casi siempre buena contracción defensiva y a una noche ofensiva iluminada de sus internos. Entre Acuña, Verbauwede y el pibe Marino anotaron 29 de los 33 puntos “tricolores” de la primera parte. Salvo un tiro de tres puntos del segundo, todos conseguidos cerca del aro o con tiros libres.

Esa producción de los “grandes” maquilló la desastrosa producción del perímetro en la etapa. Cequeira anotó apenas un tiro libre, aunque sumó cinco asistencias a la causa. Giménez, sólo un triple. Fernández y Ruiz, nada. Con ese panorama, irse al descanso perdiendo por un punto fue un “negoción” para los dirigidos por Luis Fernández.

Racing movió mejor la bola, tuvo más variantes, dominó el rebote y tuvo porcentajes normales de tres puntos. Y amagó escaparse dos veces cuando Assum encadenó dos triples seguidos en el primer cuarto y, más tarde, cuando Peralta ajustó la mira en el segundo. A los chivilcoyanos, sin embargo, les costó anotar desde posiciones cercanas (7/24) y fracasaron estruendosamente desde la línea de libres con dos aciertos sobre nueve intentos. El 34-33 que se llevaron al entretiempo grafica tanto la paridad como la cantidad de errores.

Los platillos de la balanza se inclinaron en el tercer cuarto. Claramente en favor de la visita. Los problemas ofensivos quilmeños, lejos de solucionarse, se agudizaron. Ni superó el déficit de tiro exterior, ni los internos anotaron. Racing, pese a que no le sobró tanto, le sacó mucho rédito a un feliz pasaje de tiro exterior y, además, detectó con inteligencia las ventajas defensivas que dio Ruiz para convertir algunos “goles” fáciles. El equipo de Diego D’Ambrosio se llevó una buena ventaja (56-43) al último descanso al tiempo que la popular quilmeña pedía más “huevos”.

El problema era de juego y no de actitud. Sin embargo, dentro de tanta chatura, un par de “bombas” podían empujar mucho y Quilmes las metió en el inicio del cuarto final para ponerle presión a un Racing definitivamente errático. Mérito de una defensa que otra vez se hizo muy fuerte. La brecha se redujo y un triple de Giménez a menos de dos minutos puso al local apenas dos puntos abajo (60-62).

Salguero y Sotelo, de mal arbitraje, jugaron lo suyo en el cierre. A falta de treinta segundos no cobraron una clara falta de Lisandro Fernández y, tras cartón, pitaron una antideportiva dudosa de Ortiz contra el cañadense, quien igualó con dos libres. Tras la reposición, falló Cequeira, pero Giménez voló desde atrás, tomó el rebote y señaló el 64-42 ante el delirio de los hinchas “tricolores”. Una última buena defensa consumó el vuelco y el dramático triunfo local.

Síntesis

Quilmes 64

L. Cequeira 2, L. Fernández 12, E. Giménez 11, A. Ecker 7 y R. Acuña 15 (FI); J. Ruiz 0, T. Verbauwede 13 y A. Marino 4. DT: Luis Fernández.

Racing (Chivilcoy) 62

A. Barrales 5, S. Assum 16, J. C. Conte Grand 2, J. Peralta 16 (x) y E. Stucky 3 (x) (FI); L. Ortiz 10, T. Allende 4, F. De Miguel 6 y N. Alvite 0. DT: Diego D’Ambrosio.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Cristian Salguero y Matìas Sotelo.
Parciales: 13-14, 33-34 y 43-56.