Por Marcelo Solari

Quilmes logró el objetivo. Venció como local a Tomás de Rocamora, por 83 a 68, liquidó el play-offs entre ambos (2-0) y avanzó a los cuartos de final del Torneo Clausura de la Liga Argentina de Básquetbol. En esa instancia se cruzará con Lanús, con desventaja de cancha y al mejor de cinco partidos.

A la dificultad que suponía la obligación de ganar como visitante, a Rocamora se le oscureció muy rápido el panorama cuando el colombiano Rayner Torres Julio sumó dos faltas personales en menos de 2 minutos.

Quilmes asumió el control de inmediato, y con un Tirrell Brown implacable adelante, se escapó 15-4 antes de llegar a la mitad del cuarto inicial.

Cuando regresaron del minuto pedido por Cristhian Domínguez, el “tricolor” tuvo un lapso de desconcentración. Y lo pagó con puntos en contra. El ingresado Martín Molina capitalizó las ventajas otorgadas por Brown en defensa y Pedro Lorusso “bancó” la guerra dialéctica con Andrés Lugli (que mereció una seria reprimenda del árbitro Emanuel Sánchez). Rocamora acortó distancias (17-11), pero el local reaccionó a tiempo para recobrar una diferencia más acorde de +10.

De todas maneras, no la pasó bien el conjunto de Luro y Guido en el segundo cuarto. El visitante encontró buen juego a partir del dribbling endemoniado de Pascual Santini y la defensa zonal le reportó dividendos ante un tramo vacío de eficacia de Quilmes. Así, Rocamora pudo desplegar el modo que más le gusta: el del contraataque en velocidad. Y se puso a tiro enseguida: 26-23 en poco más de 2 minutos.

Al “tricolor” le costó desenredar el nudo. Cuando podía anotar con cierta continuidad, no conseguía hacerlo valer porque también recibía puntos sin poder afirmarse en defensa. En ese sentido, el propio Santini, Agustín Cavallín y Francisco Tarnowyk llegaron al gol con cierta consistencia. Claro que esa misma velocidad que intenta imprimir el conjunto entrerriano a veces se convierte en apresuramiento.

Entonces, aparecieron errores y la puerta se abrió a puro “bombazo”. Fueron tres triples seguidos (Brown, Matías Dominé y “Juane” De la Fuente desde más de 8 metros), los cuales sirvieron para restablecer una renta de dos dígitos y recobrar algo de serenidad.

Casi toda la primera mitad del tercer cuarto fue a pura imprecisión. De los dos lados, frente a la complejidad que planteaban dos defensas atentas y activas.
Una vez más, el que resurgió primero fue Quilmes. La variedad de recursos ofensivos de Brown fue el argumento más sólido. Animarse a ser más agresivo y presionar más arriba sobre el traslado rival, fue otro. Y aunque no terminó de someter a su adversario, ingresar al cuarto final con ventaja de 15 puntos no estaba nada mal.

Si bien el margen de seguridad le permitía cierto control al dueño de casa, Rocamora encontró un par de corridas positivas para no entregarse (72-61) al ingresar en los últimos cinco minutos.

De cualquier forma, no hubo sobresaltos. Quilmes administró la ventaja sin resignar esfuerzos atrás, y sustentado en el caudal ofensivo de su temible tridente: Brown (29 puntos), De la Fuente (23) y Lugli (16), quien se quedó en el umbral de otro “triple-doble”, ya que también aportó 13 rebotes y 9 asistencias, además de 5 robos.

Síntesis

Quilmes 83

A. Lugli 16, J. Ruiz 3, J.E. De la Fuente 23, A. Chervo 2 y T. Brown 29 (FI). T. Verbauwede 2, M. Herrero 3, M. Dominé 5, A. Segurola 0, F. Cattini 0. DT: Juan Cruz Izarra.

Rocamora 68

P. Lorusso 0 (x), J. Catalin 11, A. Cavallin 9, F. Tarnowyk 15 y R. Torres Julio 5 (FI). M. Molina 6, J.P. Corbera 3, P. Santini 13, V. Occhi 6, I. Berrios Lobos 0, T. Losada 0. DT: Cristhian Domínguez.

Estadio: Centenario Nuevo “José Martinez”, de Quilmes.
Árbitros: Emanuel Sánchez y Martín Pietromónaco.
Parciales: 26-16, 47-38 y 64-49.