Quilmes de esta ciudad visitará esta noche nuevamente a San Lorenzo, esta vez a partir de las 20, en la segunda final de la Conferencia Sur de la Liga Nacional de básquetbol. El elenco marplatense pierde 1-0 la eliminatoria a partir del 65-78 del último lunes.
La presentación “tricolor” provocó sensaciones encontradas: bronca por el resultado, tranquilidad por haber tenido un rendimiento acorde a las circunstancias y tristeza por una nueva lesión de Diego Cavaco.

El alero marplatense apenas duró un poco más de dos minutos y medio en cancha y tuvo que salir, resentido del problema físico que lo había marginado de toda la post temporada: un desgarro en la inserción del isquiotibial.

Ayer en Buenos Aires el plantel tuvo día libre y aún Cavaco no se había realizado estudios. Pero lo cierto es que se perderá el partido de esta noche y el resto de la temporada.

La noticia cayó mal dado el gran esfuerzo que había realizado el jugador surgido en Kimberley para poder jugar los play-offs.
El cuerpo técnico quilmeño se enfoca por estas horas en trabajar sobre los detalles que no permitieron que Quilmes se acerque todavía más a San Lorenzo.

La coincidencia generalizada fue que la diferencia de trece puntos fue mentirosa. A falta de dos minutos era de apenas cinco y el equipo marplatense tenía la pelota para achicarla todavía más.

El equipo marplatense hizo un gran trabajo defensivo, sobre todo en los últimos quince minutos del complemento. Impidiendo movimientos cómodos cerca del canasto. Sin embargo, no menos cierto es que se benefició de una noche ineficaz de los locales con sus tiros abiertos.

El problema, como casi siempre ante San Lorenzo y en el Polideportivo “Roberto Pando”, pasó por el ataque. El equipo marplatense, en tres partidos disputados esta temporada, no pudo pasar de 65 puntos. Anotó esa cantidad en los dos últimos enfrentamientos. En el primero le fue peor todavía: 61.

No sólo no lo lastima interior. De hecho, a pocos equipos lastima cerca del canasto. El problema es que no lo hiere en contraataque y con lanzamientos exteriores, como a todos los rivales.

San Lorenzo se enfocó en los balances defensivos y provocó muchos fallos en los disparos abiertos “tricolores”. Quilmes podría elegir mejor los disparos. Pero el precio que pagaría por esa prudencia sería resignar la posibilidad de correr. Y ante un equipo superior en altura no hay muchas otras posibilidades de sorprenderlo que intentar tomarlo a contrapierna.

Podría, asimismo, poner más presión en la defensa perimetral para intentar lograr cortes en la primera línea que le permitan contraatacar con menos oposición. Pero extender la defensa al perímetro resultaría en debilitarse aún más cerca del canasto.

En definitiva, siempre aparece la famosa “manta corta”. No hay forma ideal de enfrentar a un equipo como el de Lamas. Siempre que se le niegue algo, se le ofrecerá otra cosa. En definitiva, se trata de una apuesta. Acertar con la elección y esperar que no se ensañe con la mejilla descubierta. Y hacer bien los deberes propios. Parece y es mucho. Pero siempre habrá crédito para un equipo que se ha reído de la palabra imposible.

Los equipos

San Lorenzo

Nicolás Aguirre, Alex Pérez, Marcos Mata, Gabriel Deck y Jerome Meyinsse. DT: Julio Lamas.

Quilmes

Luca Vildoza, Eric Flor, Enzo Ruiz, Ivory Clark e Iván Basualdo. DT: Javier Bianchelli.

Estadio: Polideportivo “Roberto Pando”.
Arbitros: Daniel Rodrigo-Fernando Sampietro-Leonardo Zalazar.
Hora: 20.