El reclamo de los comerciantes minoristas de productos no esenciales llegó hoy a las vidrieras de la calle Güemes: con grandes carteles de color rojo con la inscripción “Queremos trabajar”, una de los centros comerciales a cielo abierto más importantes de la ciudad se sumó a las protestas por la imposibilidad de abrir sus negocios.

Mientras un grupo de comerciantes se manifestaban frente al Centro de Operaciones y Monitoreo, varios de los locales dispuestos en la zona Güemes “actualizaban” esta mañana sus vidrieras con el reclamo del sector. La mayoría de ellos corresponden al rubro de venta de indumentaria, el más afectado luego que el gobierno bonaerense decidiera no autorizar gran parte de los comercios del sector minorista.

Calles semi vacías, comercios cerrados, maniquíes sin ropa. La imagen difiere mucho de la vivida hace dos semanas, cuando la prueba piloto del 9 y 10 mayo despertó la esperanza en el sector comercial de que una reapertura era posible en la ciudad.

Si bien el intendente Guillermo Montenegro se había mostrado molesto con los grupos de personas que habían salido a pasear o se sentaron en la vía pública a consumir alimentos (esta situación fue advertidad justamente en la calle Güemes), también destacó el cumplimiento de los comerciantes al momento de aplicar los protocolos sanitarios, algo que consideraba esencial para determinar el éxito o no de la experiencia.

Con modificaciones en los protocolos a raíz de los “errores” registrados, el Municipio elevó el pedido a la Provincia, que terminó este lunes siendo en parte rechazado por el gobernador Axel Kicillof.

Según se establece en el comunicado publicado por Gobernación, la decisión de mantener algunas prohibiciones en los municipios de más de 500 mil habitantes se tomó para “evitar aglomeraciones poblacionales en centros comerciales a cielo abierto o calles céntricas”, además de basarse en “la alta capacidad de contagio de algunos servicios personales por la cercanía entre quien presta el servicio y el usuario”.

Así fue que en Mar del Plata siguen no habilitados los servicios de alojamiento; venta minorista de productos textiles; prendas y accesorios de vestir; calzado; juguetes; artículos de esparcimiento y deportes. Estas actividades, en cambio, solo podrán hacer venta telefónica o por canales electrónicos con entrega a domicilio.

Desde conocida la medida, crece en la ciudad las protestas de referentes del sector, que aseguran que la situación es “insostenible” además de “injusta”, dado que aseguran que, con protocolos sanitarios específicos, la actividad podría reactivarse.

El propio intendente Guillermo Montenegro aseguró ayer, minutos después de una tensa protesta de comerciantes frente al Municipio, que insistirá con el pedido de reapertura a la Provincia porque “están dadas las condiciones” para esa flexibilización.