“Que se mejore prontito”, mensajes de aliento escritos por mucamas para pacientes con Covid
Trabajadoras del Hospital Houssay escriben cartas, chistes, juegos y adivinanzas a los adultos mayores que atraviesan la enfermedad. Pequeños gestos de cariño fortalecen el factor emocional para interrumpir la soledad del aislamiento.
Desde hace algunos días, el desayuno, la merienda y la cena que reciben los pacientes Covid del Hospital Houssay no llegan solos. Pequeños mensajes de aliento, chistes, adivinanzas, juegos y dedicatorias individuales que elaboran las mucamas acompañan la hora de la comida pero fundamentalmente interrumpen la soledad que implica atravesar la enfermedad en la cama de un hospital y fortalecen en gran medida el factor emocional para enfrentar cada día.
“Querida Juana, esperamos que se mejore prontito”; “Querido Salerno, que tenga una buena noche y mañana despierte mejor”; “Delia, hoy te dejamos una adivinanza”, dicen tan solo algunos de los tantos individuales de papel escritos con lapicera y firmados por “las mucamas de la tarde” del Houssay.
La idea, simple y cálida, surgió hace unos días en el área de pacientes con coronavirus de establecimiento de salud que depende de PAMI en Mar del Plata.
Las mucamas Alexia, Laura, Silvana, Nancy y Anahí, entre muchas otras que a diario ponen su esfuerzo, la pusieron en marcha en forma improvisada pero se convirtió en un gesto tan noble como necesario todos los días.
Los pacientes internados con coronavirus en el Houssay son adultos mayores. La mayoría de ellos no maneja redes sociales ni teléfonos inteligentes, por lo que en muchos casos estos mensajes son el primer y a veces el único saludo del día.
“Esto surgió del grupo de mucamas de la tarde. Empezaron con notitas, sopas de letras, les hacían videollamadas con los familiares y vieron que los pacientes esperaban ese chiste, esa adivinanza todos los días, así que la idea se multiplicó”, contó a LA CAPITAL Gabriela, jefa de Hotelería del nosocomio.
Las trabajadores notaron que los pacientes no solo sonríen al encontrar esos mensajes, sino que muchos de ellos se los guardan al recibir el alta, quizás como el recuerdo más nítido y esperanzador de su paso por el hospital. El agradecimiento “es constante”, afirman.
Algunos de estos mensajes escritos a mano sobre los individuales terminan con el pedido “comé todo”, una indicación de cuidado que viene después del juego, la adivinanza o el “buen día” para remarcar la voluntad del paciente a la hora de reponer fuerzas y seguir haciendo frente a la enfermedad.
El aspecto emocional, no solo entre los pacientes Covid sino en cualquier persona enferma, “es vital para salir adelante”, sostienen las mucamas. Y esos simples gestos contribuyen a diario a mejorar el autoestima, dibujar una sonrisa y empezar o sobrellevar el día con un estímulo más.
Pacientes y familiares agradecen a diario a las mucamas por este cálido compromiso con los pacientes, a quienes las trabajadoras deciden no llamar fríamente por su apellido, sino por su nombre o apodo, para afianzar el vínculo y volver más ameno al paso por el hospital, en busca desdibujar la pandemia al menos por unos instantes.
Los familiares, a su vez, empezaron a aportar y donar hojas, lápices, revistas con sudokus o sopas de letras al hospital.
La idea surgió, trascendió a través de los medios y crece. Hoy, las trabajadoras siguen pensando innovadoras y pequeñas nuevas ideas para reforzar su tarea y acompañar la evolución de los pacientes.
La iniciativa deja en evidencia el amor y el compromiso con el que trabaja el personal de salud de calidad para amortiguar el impacto del coronavirus y busca contribuir, desde la calidez, a la recuperación de cada paciente.