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Policiales 11 de enero de 2018

“Que la muerte de mi hija no sea en vano”

Los padres de Emma, la nena de 2 años que murió aplastada por el derrumbe de un acantilado, fueron hasta el lugar de la tragedia para colocar un cartel con un listón negro y el nombre de la víctima.

Un cartel con un listón negro que reza “Emma Perazzo Sottile. 8/1/2018” fue colocado este jueves a la mañana sobre el acantilado que se derrumbó, aplastó y mató el pasado lunes a la nena de 2 años y 8 meses que había ido hasta la playa Las Delicias, en la zona de Camet, junto a sus padres.

“No hay una estrella amarilla porque no fue un accidente de tránsito”, dijo el papá de Emma, Javier Perazzo, a pocos metros del cartel que se colocó en memoria de su hija y en donde dejaron un ramo de flores.

El cartel con el nombre de Emma se encuentra a unos 200 metros de una de las señalizaciones colocadas el miércoles por el Municipio -por orden de la justicia- que indican que hay riesgo de derrumbe.

“Ese cartel que debería haber estado antes”, lamentó Perazzo y agregó: “Ahora que la muerte de mi hija no sea en vano. Que haya carteles y una campaña de concientización, eso nos dejaría tranquilos”.

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Para el padre de Emma, más allá de que la muerte de su hija haya sido una “tragedia impredecible”, deberían “haber responsables”.

“Fue una tragedia impredecible hasta cierto punto. Siempre hay cosas para hacer. Yo pienso que si en vez de haber sentado a la nena a la sombra porque había sol, primero nos metíamos al agua para que tocara el agua, eso se caía y nosotros nos íbamos, ni nos sentábamos ahí”, lamentó Perazzo mientras piensa una y otra vez en lo que sucedió ese lunes.

“Son cosas del destino, pero uno al destino también lo va marcando y le puede achicar el rango de fatalidad o riesgo con recaudos: no había carteles y la cantidad de guardavidas no era la correspondiente”, contó el papá de la nena, quien al llegar al lugar de la muerte de su hija abrazó al guardavidas que el lunes corrió desesperadamente 600 metros para ayudarlo a rescatar a la nena que había quedado sepultada por el derrumbe del acantilado.

“La idea es que esto sirva, que no quede como un hecho aislado. Cada verano hay una tragedia y siempre las desidias son en los lugares públicos, como la playa”, remarcó Javier Perazzo y agregó: “Que mi hija no sea un nombre, un apellido y nada más”.

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