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Opinión 16 de marzo de 2021

Punto de inflexión

por Marcelo Artime

La pandemia puede generar dos visiones. Pensar que todo será maravilloso una vez que termine y se volverá a esa misma normalidad añorada ahora, o analizar desde este pésimo escenario que realidades dejó al descubierto para tratar de revertirlas. Para esto último es necesario una fuerte autocrítica sobre lo que nos pasa como ciudad. También es posible que en la lógica de adelantar escenarios futuros como pasa en muchos aspectos de esta situación inédita, podamos ver que los que nos pasa es lo que en realidad iba a suceder indefectiblemente en poco tiempo más. ¿La temporada que viene será similar a la del 2019 – 2020 y la Pandemia será un oscuro recuerdo o será una continuidad agónica de la actual con simplemente algunas mejorías lógicas ? Puede ser posible que la pandemia haya acelerado tendencias que en realidad ya se habían visualizado como escenarios de mediano plazo.

Además hemos naturalizado algunas cosas en los últimos tiempos. Sin el ánimo de facturas políticas ni reproches pero la realidad es que Mar de Plata ya no tiene más Fiesta del Mar, no hemos generado nuevos atractivos turísticos prácticamente en los últimos 10 años, no tenemos mas Fútbol de Verano, se han dejado de hacer o se han llevado a expresiones mínimas los desfiles de moda veraniegos que en alguna oportunidad fueron hasta tres en distintos lugares, el Festival de Cine ha dejado de ser un evento internacional y los marplatenses ya casi no sabemos cuando se hace. Ciudades como Carlos Paz nos compite de igual a igual en temporadas teatrales y otras ciudades como Rosario o Córdoba nos supera en la cantidad de Congresos y Convenciones.

Este es el primer verano de la historia de la ciudad que aparece un título impensado: Mar del Plata segundo destino elegido por los turistas después del Partido de la Costa. Solo esta realidad es suficiente para replantearnos seriamente hacia donde vamos. Cuantas cosas han pasado desde esas temporadas brillantes de los 50 o 60 , o hasta los 70 donde se sentía que durante la temporada la capital del país era Mar del Plata. Donde hasta se escribieron canciones de distintos géneros y autores evocando a la ciudad mas querida y añorada por todas las argentinas y argentinos. El Marplatense era el tren mas moderno de la Argentina y la Secretaria de Turismo municipal pedía camas para los turistas que ya no conseguían donde hospedarse. Y la Guardia del Mar era tan famosa como el Regimiento de Granaderos de San Martín.

El 1 a 1 hizo que los argentinos conociéramos otras realidades, otras calidades de servicios turísticos e infraestructuras, otros climas y otros mares. También hizo que nuestros sweaters empezaran a competir con productos importados y unos años mas tarde la globalización mágicamente logro que nuestros alfajores insignia ya se consiguieran en cualquier lugar que no fuera solo Mar del Plata.

Las cosas han cambiado y la foto de la Bristol repleta o la Peatonal intransitable de gente que eran un símbolo de la Capital de Todos los Argentinos es posible que hoy causen espanto ante un publico que valoriza mas la naturaleza, sueña con playas semidesiertas y para colmo este verano necesita distanciamiento social. Hoy el Turismo de Masas es mala palabra para la mayoría. Y lo que antes era atractivo hoy ya no lo es. Y lo que antes era un lugar casi abandonado o desierto hoy es una maravilla natural.

Hay cuestiones inmodificables. Estamos en el Atlántico Sur y no hay balnearios famosos en el mundo por su mar y playas en estas latitudes. El crecimiento en oferta y posicionamiento de otros lugares de la Costa Atlántica es indudable. Una ciudad de casi un millón de habitantes dista mucho de una villa balnearia donde se llega a la playa caminando y la inseguridad no es un problema. Y muchas provincias argentinas han hecho esfuerzos de inversión y marketing impresionantes para generar nuevos lugares que figuren en el radar del futuro turista lo cual le pega en la linea de flotación a nuestra capital del turismo nacional. Termas de Río Hondo, Calafate, Valle de Uco, Cafayate, San Juan, Gualeguaychú, San Luis y muchos otros lugares aparecen como opciones antes desconocidas. El fútbol de verano se juega en las provincias del norte y las rutas aéreas favorecen estos fenómenos. Sin hablar de Brasil o Miami.

Es por todo esto que, creo humildemente que nuestra querida Mar del Plata, necesita una visión mas amplia, mas regional en lo que al turismo se refiere. La Pandemia puede ser un aviso todavía a tiempo. No es cierto que a todos los destinos turísticos les haya ido tan mal como a nosotros. A veces ofrecemos una foto vieja. Miremos a las provincias argentinas que se inventan como producto turístico. Las ciudades capitales no son el atractivo por si mismas mas allá de algún museo o gastronomía urbana en la cual tenemos una oferta muy buena. Porque ya todas las ciudades tienen peatonales y para colmo los comercios cada vez son mas los mismos. Son puntos de partida para recorridos regionales con ofertas gastronómicas, culturales y naturales. Ya nadie quiere hacer lo mismo durante una semana. La variedad de oferta parece la fórmula. Necesitamos urgentemente renovar la oferta y los nuevos productos están cerca. La Albufera de Mar Chiquita , única en el país y de las cuatro del mundo y como si fuera poco futuro Parque Nacional, El Museo Fangio de Balcarce, los nuevos emprendimientos que nacen el Chapadmalal, el Cordón Frutihorticola, el Turismo Rural de la zona y la bodega, las playas amplias de la zona sur, la hermosa ciudad de Tandil, posibilidades enormes de ampliar la pesca embarcada, todo a menos de una hora y media de transporte para ir y volver en el día. Y seguramente los especialistas podrán crear miles de productos mas.

No es tiempo de culpas, a lo mejor son retrocesos como sociedad y la necesidad de una mirada de conjunto y colaborativa. No sera tarea de un solo gobierno . Pero, sin duda, no hay mucho mas tiempo para comenzar.