Cientos de comercios minoristas de casi todos los rubros reabrieron hoy sus puertas al público después de 50 días. Mar del Plata puso en marcha la denominada “prueba piloto”, que continuará mañana, con estrictas medidas preventivas en cada negocio y controles dispuestos en algunas de las principales zonas comerciales, que además fueron peatonalizadas por decisión del gobierno municipal.

Unos minutos antes de las 9, el horario establecido para abrir los comercios, el municipio comunicó un importante despliegue para la peatonalización de la calle San Juan, entre las avenidas Colón y Luro, y también sobre Güemes, entre Alberti y Roca.

El movimiento en los sectores comerciales fue creciendo con el transcurso de las primeras horas del día. “Acabo de hacer mi primera venta”, comentó sonriente, aunque detrás del barbijo, la empleada de un local de indumentaria de San Juan y Belgrano, pasadas las 10.15.

En la Peatonal San Martín, en Rivadavia y en los dos paseos comerciales peatonalizados se aplicaron estrictos controles: personal de Cultura, el Emder, el Emtur y otras áreas, identificados con chalecos amarillos, insistieron que se aplique y se respete el distanciamiento social en las filas y vidrieras, como así también en el uso de barbijos o tapabocas.

En algunas zonas se dispuso hasta un móvil por cuadra, para cortar el tránsito (hasta las 17, el horario asignado para el cierre de los comercios) y garantizar que se respeten los cuidados antes mencionados, mientras que personal de Inspección General recorrió negocios con el objetivo de constatar el cumplimiento de los 13 puntos establecidos en el protocolo elaborado para esta prueba piloto.

Cabe aclarar a su vez que los controles no se implementaron con la misma intensidad por fuera de los paseos comerciales antes mencionados. Así, en calles céntricas y otras zonas con gran cantidad de negocios, la rigurosidad del control fue menor.

Pero también vale resaltar que durante una recorrida por varios de estos puntos de la ciudad, LA CAPITAL constató en general el debido cumplimiento de los requisitos pedidos para reabrir: barbijos o tapa bocas, cartelería informativa en las vidrieras, doble trapo de piso con lavandina en el ingreso, control de temperatura (solo en algunos casos), alcohol en gel, distanciamiento social y limitación en la cantidad de clientes dentro de los locales.

“Si es esto lo que nos piden para reabrir y trabajar, bienvenido sea. No queremos que el hecho de abrir ponga en riesgo a nadie, solo pretendemos trabajar”, consignó la empleada de un local de zapatos de la calle Rivadavia, rubro que, a diferencia de los comercios de indumentaria, permite probarse el calzado antes de comprar.

La prueba piloto de este fin de semana implica dos días para abrir y vender (algo al menos), retomar el contacto -cuidados mediante- con los clientes y “hacer caja” para paliar el impacto económico de la pandemia.

El resultado de la prueba piloto depende del impacto de la misma. Si se generan contagios de Covid-19, todo volverá para atrás y los negocios continuarán cerrados.

“No me va a temblar la mano para volver para atrás la medida”, advirtió el intendente Guillermo Montenegro al anunciar la reapertura de comercios minoristas y peluquerías. Si no se generan contagios, se repetiría y se ampliaría el “experimento”, algo que los comerciantes esperan ansioso. Resulta clave en este sentido el comportamiento social y el cumplimiento del protocolo.

Qué se vendió

Si bien en general el movimiento fue moderado en la mayoría de los sectores comerciales, la cantidad de gente que salió a comprar creció hacia el mediodía y luego en horas de la tarde.

La amplia mayoría de los comerciantes consultados por LA CAPITAL reconoció haber hecho al menos algunas ventas, aunque claramente muchas menos que un día “normal”, es decir, antes de la cuarentena.

Zapaterías y locales de ropa registraron una demanda “pareja”, con al menos algunas ventas. Algunos reconocieron que esperaban vender menos de lo que finalmente lograron.

Negocios que venden telas, sábanas y acolchados, entre otros productos afines, mostraron una demanda relativamente elevada durante el primer día de esta prueba piloto. Algunos incluso tuvieron largas filas en sus puertas, hacia el medio de la calle.

“La gente vino a comprar ropa de cama y también tela. Tal vez sea para coser o bien para armar tapabocas; mucha gente los está haciendo para vender”, indicó la empleada de un local de ese rubro.

En Güemes, varios comerciantes se mostraron conformes con el movimiento que hubo hoy. Y en simultáneo se advirtió el paso de varios marplatenses portando bolsas con compras recién hechas.

“Entró poca gente pero algo vendí, sin duda esto es mejor que estar cerrado y haciéndote la cabeza en tu casa“, indicó un comerciante de indumentaria masculina de la zona.

También algunos negocios con artículos para el hogar tuvieron varias ventas. “Veníamos vendiendo online y por teléfono, pero no es lo mismo que la gente venga y vea, pregunte y tener ese contacto, que aumenta las chances de concretar la venta”, apuntó un hombre a cargo de un negocio de ese rubro.

Promociones exclusivas

Frente a la necesidad de vender, más de un comerciante optó por resignar cierto margen de ganancia para asegurarse algunas ventas. Y la estrategia, como siempre, son las promociones.

Varios negocios implementaron descuentos de hasta el 30 o el 40% este fin de semana. Algunos lo dispusieron por cantidad de productos, otros por pago en efectivo.

Más de uno aplicó rebajas en sí para buena parte de los artículos frente a la necesidad de sumar ventas.
Las vidrieras de varios negocios aparecieron maquilladas por vistosas promociones. Otras, con el correr de las jornadas, fueron llenándose de plotters con descuentos y ofertas especiales.

“Habíamos mandado a hacer el cartel y nos llegó recién ahora. Llama la atención y de verdad es una buena opción para poder comprar”, dijo el encargado de un negocio de la Peatonal, mientras pegaba en la vidriera el cartel con un 40% de descuento.