Dos profesionales del derecho de Mar del Plata, Gustavo Crego y Adrián Aita, remitieron una propuesta a título de colaboración al presidente Alberto Fernández con el objeto de ampliar e incorporar en el Procrear las unidades de departamentos de edificios en construcción.

Según indicaron, “los mercados inmobiliarios van mutando y adaptándose, según sean los medios o corrientes de financiación o crédito que se van produciendo”.

Recordaron que en 2019 en Mar del Plata se presentaron planos para obra nueva en edificios por 128.171 metros cuadrados de superficies cubiertas, mientras que en 2020, aun con la pandemia, se llevan presentados 25.516 metros cuadrados de superficies cubiertas del mismo concepto.

“Si entendemos que en estas superficies totales computan departamentos de un ambiente (30/40 metros), de dos ambientes (50/70 metros), de tres ambientes (80/140 metros) y de más metros (que son los menos, pues el mercado demanda más cantidad para los de menos metros), haciendo una mera cuenta podemos establecer la cantidad de departamentos que se están construyendo”, resaltaron los profesionales en la nota al Presidente.

“Así visto, se puede leer que una gran parte de las personas que se encuentran en búsqueda de su primera vivienda o de la adquisición de su única vivienda se vuelcan a la adquisición de unidades que se encuentran en construcción (compra en pozo)”, destacaron.

“Estas personas –agregaron– actualmente no cuentan en el mercado con la posibilidad de adquirir estas unidades con el apoyo crediticio de alguna entidad bancaria, por la sencilla razón que toda entidad bancaría requiere para el otorgamiento del crédito la garantía hipotecaria sobre el bien adquirido, y el bien adquirido acá aún no ha nacido jurídicamente, es una unidad funcional por nacer”.

Por eso, Crego y Aita plantean la creación de una línea de crédito para la compra de viviendas en construcción o pendiente la afectación a propiedad horizontal con el objetivo de “ampliar el ámbito de solución de adquisición de vivienda” y poner en marcha “no sólo al mercado de la construcción de viviendas individuales, sino además promoviendo la construcción de propiedad horizontal”.

Existirían dos variantes. “La primera estaría dada por aquellos clientes-compradores que pueden acceder al crédito y a la compra de una unidad en construcción y que puedan además de seguir costeando el alquiler o la manutención de su vivienda actual (con los padres o familiares) hacer frente a las cuotas del crédito”, describe.

Por su parte, la segunda estaría dada “por aquellos clientes-compradores que pueden acceder al crédito pero que deben mudarse a la unidad que adquieren porque no pueden soportar el costo de la manutención de su vivienda y de las cuotas”. Estos “estarían volcados a aquellos edificios que si bien están terminados o casi totalmente terminados y se puede entregar la posesión, no se pueden escriturar debido a que la finalización de planos, registración y finales de obra tardan de doce a quince meses”.