BALCARCE (Corresponsal).- Un nuevo taller organizado por el grupo “Talleres de las Sierras” se llevó a cabo con el objeto de seguir analizando las plantas invasoras que dañan los cultivos del sudeste bonaerense y de esa forma poder combatirlas.

El nucleamiento reúne a productores rurales con investigadores y docentes de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Conicet e INTA. La apertura progresiva de actividades en la pandemia permitió llevar a cabo el encuentro en forma presencial en el campo “La Serrana”, ubicado en las cercanías de Batán.

“La mayor parte de las especies invasoras son exóticas, es decir, que no evolucionaron en el lugar, por lo que carecen de enemigos naturales que las controlen”, comentó María Julia Kristensen.

La investigadora y docente en la Universidad Nacional de La Plata y del Centro de la Provincia de Buenos Aires abordó las causas por las que una especie se convierte en invasora. En ese marco, aclaró que en la provincia de Buenos Aires sólo el 20% de las especies vegetales son exóticas.

En tanto, Vivana Comparatore, investigadora y docente jubilada de la Universidad Nacional de Mar del Plata, abordó la problemática de una de las especies que más preocupa a los productores rurales: la zarzamora (Rubus ulmifolius). “Esta especie se ha expandido notablemente en los campos y sus densas matas impiden el acceso de maquinaria o ganado”, indicó.

Comparatore mostró la experiencia de control que se hizo en la Reserva Natural Laguna de los Padres. “Aplicamos distintos tratamientos mecánicos y químicos, y el que nos dio mejor resultado fue la remoción de la zarzamora con cinco pasadas de una retroniveladora”, comentó.

Sin embargo, aclaró que esos terrenos fueron colonizados luego por malezas en lugar de especies nativas de interés, por lo que “resulta importante tener un plan de restauración que ayude a recuperar la vegetación original”.

Acacias

El productor agroecológico de Sierras de los Padres, Esteban González Zugasti, contó sus

esfuerzos para controlar la “acacia australiana” y que no avance sobre el pastizal natural. “La acacia es originaria de Australia y en los últimos años ha avanzado mucho en las sierras, especialmente después de disturbios grandes como incendios”, comentó.

Zugasti enumeró las estrategias que no dieron resultado y que recomienda no seguir. “Al principio pensábamos que con solo cortar los árboles podríamos solucionarlo, pero vimos que eso favorece la germinación de las semillas y las expansión a través de estolones desde las raíces, así que fue peor”, explicó.

Por lo tanto, determinó que la estrategia de control más efectiva fue la aplicación de un herbicida tópico en el tocón del árbol recién cortado, sin contaminar ni el suelo ni la vegetación circundante.

Coincidieron los presentes en recuperar el pastizal nativo, que es importante tanto para la producción ganadera como para la conservación de la biodiversidad. “En el pastizal tenés más de 300 especies de plantas, y con esas vienen otras de aves e insectos que sólo las tenemos en esta zona”, explicó.

La jornada a campo se complementó con una recorrida donde se vieron zonas con invasión de especies leñosas, así como espacios de pastizal natural y lotes destinados a producción orgánica.