El Secretario de Agricultura de la Nación, Julián Echezarreta, se reunió con representantes de la Federación Nacional de Productores de Papa en Mar del Plata y juntos trataron algunas problemáticas del sector.

Los integrantes paperos Raúl González, Mario Raiteri, Marcelo Espinosa y Paulo Ares participaron del encuentro con Echezarreta y le plantearon diversos problemas que atraviesa la producción de papa en todo el país.

Entre los temas tratados se destacó el difícil acceso a líneas específicas de crédito con tasas bajas y plazos adecuados, “lo que permitiría incorporar tecnología o infraestructura de almacenamiento para poder proveer a los distintos mercados de una papa de mejor calidad todo el año, sin que las cuestiones climáticas sean un obstáculo para ello”, indicaron los representantes de la Federación Nacional de Productores de Papa.

Plantearon además la dolarización de sus insumos (gasoil, fertilizantes, herbicidas, funguicidas, insecticidas) y la venta de su producción en pesos al mercado interno; la diferencia que sigue habiendo de casi el 400% entre el precio que cobra el productor y el que paga el consumidor; y la necesidad de que el sector sea contenido por una ley de fertilizantes.

Sobre la diferencia que existe entre el valor que cobra el productor de papa y el que paga el consumidor, que alcanza el 400 por ciento, mencionaron el caso del mercado fresco que “se produce sin agregar valor o industrializar el producto, siendo la logística, distribución e intermediación los responsables de crear esta distorsión”.

En tanto se mencionó la necesidad de que el sector sea contenido por una ley de fertilizantes como la propuesta presentada por el ministro de Agricultura, Luis Basterra, en el Congreso de la Nación “debido al gran consumo que se requiere durante todo el cultivo”.

Una ley de alquileres que garantice la rotación de cultivos para conservar la calidad y condiciones productivas de las tierras; y la colaboración para agilizar cuestiones burocráticas para que la papa argentina llegue a mercados externos en forma de fresco (para países vecinos) e industrializada o como semilla (a mercados más distantes), fueron otras de las solicitudes. “En estos dos últimos casos sería exportarla con valor agregado”, resumieron.