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Policiales 15 de marzo de 2024

Procesan a empresario de la carne por lavado y lo embargan por 8.000 millones

Marcelo Guerra (50) está acusado de haber ingresado al circuito formal cientos de millones de pesos obtenidos de manera ilícita. La Justicia le trabó un embargo de más de 8.300 millones de pesos y una caución personal de 20.000.000. Titular del frigorífico Silro, es hijo de Roque Guerra, condenado en los '90 por haber evadido impuestos por una suma cercana a los 80.000.000 de dólares.

Un importante empresario de la carne fue procesado por lavado de activos  y la Justicia Federal le trabó un embargo de $ 8.386.291.090 y una caución personal de $ 20.000.000 para que no fuera a la cárcel en esta etapa de la investigación.

Se trata de Marcelo Guerra (50), titular de Silro S.A. y conocido también por sus participación como piloto de carreras, quien fue imputado por el delito de “lavado de activos agravado por la habitualidad” en una compleja causa firmada por el juez federal Santiago Inchausti.

El imputado es el hijo de Roque Guerra, quien ya condenado por haber realizado maniobras de evasión fiscal y defraudación en la década del 90 por una suma que rondaría los ochenta millones de dólares.

La denuncia inicial la formuló el fiscal a cargo de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), Carlos Gonella, quien advirtió que la cuenta bancaria de Marcelo Guerra en el  Banco Santander Río S.A. durante el período comprendido entre el 01/02/2011 y el 23/06/2011, habría reportado depósitos en efectivo por un total de $ 1.265.193, sin aportar documentación suficiente para respaldar el origen de esos fondos.

El monto de esas operaciones realizadas por Guerra en 2011, según consta en la causa, actualizado a marzo de 2024 rondaría los 341.000.000 pesos.

Al iniciar una investigación patrimonial, la Procelac determinó que Guerra -también desde las cuentas de una empresa llamada Ganadera Maraco- presentó acreditaciones de depósitos por $ 112.013.454, compraventa de moneda extranjera por $ 19.410.494, compra de vehículos por $ 281.868.462 y un inmueble por $ 83.636.000.

Estos movimientos patrimoniales no tenían acreditación del origen lícito de los fondos, además de que Guerra, siempre según la investigación, presentaba una “precaria” situación fiscal en la que había declarado de manera sostenida en el tiempo ingresos gravados cero. Ante esta situación ya ha sido llamado a declarar, sin embargo se ha negado.

La situación fiscal “precaria” de Guerra queda en evidencia ya que, si bien figura como titular de un frigorífico y tiene cuentas que movían millones de pesos en diferentes bancos, el imputado por “lavado de activos” se encontraba inscripto en la actividad “servicios de publicidad” y “servicios npc“, que incluye “actividades de astrología y espiritismo, las realizadas con fines sociales como agencias matrimoniales, de investigaciones genealógicas, de contratación de acompañantes, la actividad de lustrabotas, acomodadores de autos, etc”.

Todos esos millones de pesos y bienes a su nombre puestos en el circuito comercial formal, para los investigadores está demostrado que provienen de ingresos generados de manera ilícita, “procedente de la gran evasión fiscal por la que se investigó y condenó a su padre, pero además de ello por sus vínculos con el narcotráfico”, según el procesamiento firmado por el juez Santiago Inchausti.


En el nombre de padre


Roque Guerra estuvo involucrado en una causa de los años 90 por asociación ilícita, defraudación al Estado, falsificación de documento público y evasión impositiva por un monto de 80.000.000 de pesos, en años del “1 a 1” eso equivaldría a 80.000.000 de dólares.

La causa fue elevada a juicio en 2010 y Guerra fue condenado finalmente a 4 años y 2 meses de prisión por ser partícipe necesario de una asociación ilícita, cuya finalidad era la de defraudar al fisco mediante el empleo de una variada gama de ardides.

Además Roque Guerra se encuentra en curso de investigación por la presunta comisión del delito de evasión fiscal simple desde la firma Ganadera Maraco S.A., tendiente a dar apariencia de origen lícito a bienes obtenidos a partir de las ganancias espurias.

Según surge de una denuncia formulada por la AFIP, Roque Guerra sería el responsable del frigorífico Silro, pero “no se habría puesto frente por no poder hacerlo atento encontrarse inhibido”, por lo que la sociedad Silro S.A. se encuentra integrada por su hijo Marcelo Guerra.

Para los investigadores, Marcelo Guerra, al estar al frente de la sociedad Silro S.A. tendría que tener una situación fiscal congruente, presentando ante AFIP las correspondientes declaraciones juradas, lo cual no realizó.


Un patrimonio millonario con “cero ingresos”


Según la información a la que accedió LA CAPITAL, Guerra tiene una actividad declarar que arroja como resultado cero ingresos, por lo que no se encontraría justificado el origen de los fondos necesarios para solventar sus millonarios gastos personales. Solo declara ingresos exentos que aun así no son suficientes para sustentar su nivel de erogaciones.

El imputado ha adquirido seis autos y una moto, cinco de ellos cero kilómetros y el restante patentado por la concesionaria en el año de su compra. De estos vehículos, tres pueden ser considerados de alta gama: un BMW 120D, un BMW X6, un BMW X1 y moto es una modelo GS800.

Estos vehículos fueron adquiridos por Guerra entre el 2007 y el 2014, cuyos valores, actualizados, serían de $ 36.073.500. 

Además, en 2006 adquirió un inmueble en Alem al 4400 con entrada también por Azcuénaga al 200 que está valuado en cerca de 500.000 dólares.

En relación a estos bienes, los investigadores concluyen que estuvieron involucrados en maniobras de lavado, con las que Guerra habría introducido dinero de actividades que según las declaradas por él -servicio
de publicidad y NCP-no guardan correlación con su capacidad económica para poder acceder a ellos.


Vínculos con el narcotráfico


Para los investigadores, Marcelo Guerra podría haber colaborado para lavar dinero proveniente del narcotráfico, ya que mantuvo relación directa con parte del entorno de confianza más cercano de Sergio “Cocón” Sala, aquél mítico personaje de la droga en Mar del Plata que fue condenado en 2023 por lavado de activos.

Sala recibió la pena acordada de seis años de prisión por lavado de activos agravado por ser realizado con habitualidad en el marco de una organización destinada a cometer delitos de esa naturaleza. Cabe recordar que había sido detenido en 2019, en el marco del Operativo Poseidón, en el que se habían secuestrado más de 200 vehículos utilizados para lavar dinero del narcotráfico.

Según surgen de transcripciones de teléfonos, Marcelo Guerra mantuvo conversaciones con dos hombres que están o estuvieron procesados por ser personas relacionadas a Sala. Para la Justicia Federal, Guerra realizó cambios de cheques en reiteradas ocasiones.

“Según se desprende de las conversaciones agregadas tenían contacto directo con el investigado Marcelo Guerra, habrían realizado junto con él maniobras de lavado de activos procedentes del narcotráfico a través de operaciones bancarias de descuento de cheques”, entendieron los investigadores en la causa.

Finalmente, los investigadores concluyen que el origen ilícito de los fondos en los que se sustenta el movimiento de Marcelo Guerra, quien a través del tiempo ha operado en el sistema bancario con la dinámica del depósito y cobro de cheques de manera constante y sostenida, sería proveniente por un lado de la millonaria defraudación cometida por su padre en los noventa y por otro del narcotráfico.