Ricardo Rodríguez (57) fue condenado este mediodía a la pena de prisión perpetua, después de que un tribunal de esta ciudad lo encontraron culpable del femicidio de su ex pareja Claudia Repetto, ocurrido en el mes de marzo de 2020.

El tribunal Oral en lo Criminal N°1 integrado por Mariana Iriani, Juan Galarreta y Ricardo Perdichizzi falló de forma unánime en consonancia con lo solicitado por el fiscal Leandro Arévalo y la familia Repetto.

Rodríguez, al igual que en el resto del juicio, no estuvo presente en la sala y siguió la audiencia de forma remota desde la cárcel de Batán.

Claudia Repetto y Ricardo Rodríguez.

Para los jueces no quedaron dudas de que el 1° de marzo de 2020 Ricardo Rodríguez golpeó a Repetto en el departamento de ella, ubicado en un PH de Don Orione al 1500. En ese domicilio múltiple también tenía su casa Rodríguez, un hombre con el que la víctima había tenido una relación hasta mediados del año anterior. Diversas situaciones de violencia doméstica precipitaron la separación.

En la sentencia el Tribunal  rechazó los argumentos de Rodríguez, quien había dicho que “me pasó porque me superó la emoción, pido perdón, no clemencia, me arrepiento”.
“Esta manifestación sobre su estado de emoción, como también la que efectúa en la primera declaración cuando indica no recordar qué sucede dsde que ‘manotea’ a la vícitma hasta que la ve en el suelo ‘muerta’ no se condice con la clara conducta precedente demostrada, indicativa de real preordenación al hecho, ajena a cualquier circunstancia que pudiera suponerse obstáculo a su comprensión o dirección del mismo”, dice el fallo.

El juez Perdichizzi señaló que “no advierto que pueda tomarse como tal el arrepentimiento mencionado por el causante al inicio del debate, por no surgir una expresión sincera en tal sentido que permita atenuar la sanción a fijar”.

Asimismo, desestimo la propuesta del defensor Cristian Rajuan de presentar el caso como de posible naturaleza culposa  y no dolosa. “Disiento de la valoración defensista sobre la posible existencia de un dolo distinto al homicida de parte del causante. La prueba colectada permite definir ello, sin duda alguna, no siendo sostenible que la única intención del autor fuera la de producir lesiones graves o gravísimas y que tras ello, se hubiera producido la muerte de la víctima por disposición inadecuada de lo que se creía un cuerpo sin vida. Remitiéndome a lo ya tratado al definirse la materialidad ilícita y participación del causante, el hecho de haber dado aviso a al menos tres personas de su intención homicida, en forma previa al hecho, y presentar un antecedente de un ataque a otra persona – su anterior pareja – en iguales condiciones de violencia e incluso similitud de zonas del cuerpo hacia las que dirigió la violencia física – cabeza y cuello – manifestando en ambos casos que si el objeto de dicha violencia – sus parejas – no aceptaban estar con él las iba a matar, permite corroborar sin margen de duda alguno cuál fue el estado mental del autor en forma previa al hecho, tanto como qué voluntad dirigió su actuar durante la ejecución del mismo”.

Al respecto agregó que “lejos de encontrarse ausente el elemento volitivo propio tanto del tipo base – homicidio – como el referido a las agravantes – ya analizadas – es innegable que el desarrollo conductual del imputado se dirigió a producir la muerte de quien fuera anteriormente su pareja, por no aceptar continuar la relación, lo que de por sí resulta un claro despliegue de violencia de género.”

Rodríguez mató a golpes a Repetto y luego desapareció con el cadáver en una motocicleta. Durante 26 días no se supo nada del paradero de Rodríguez, ni tampoco qué había hecho con el cuerpo. Al ser detenido por un amigo de la familia Repetto, Rodríguez admitió el hecho y señaló el lugar en donde había enterrado los restos de la mujer. Esa declaración la efectuó al día siguiente ante el fiscal de instrucción, Fernando Castro, y la policía rescató el cuerpo: estaba sepultado en un gran hormiguero, debajo de un arbusto, en la zona de Acantilados.

“Necesitábamos una reparación desde la justicia”

Los familiares de la víctima siguieron la lectura de la sentencia en el séptimo piso de los tribunales, y su hermano, Jorge, aseguró tras el fallo que “se hizo justicia”.

“Tenemos la tranquilidad de que se hizo justicia, y que esta persona va a pagar por lo que hizo. Necesitábamos una reparación desde la justicia y hemos logrado lo que buscábamos. Lo mas preciado ya no lo tenemos pero espero que esto sirva de antecedente para que no pase de nuevo”, expresó.

El abogado de la familia, Maximiliano Orsini, sostuvo por su parte que “la pena fue la esperada en base a la prueba contundente que se expuso” en las cuatro jornadas del juicio, entre el 17 y 20 de octubre.

El imputado no estuvo presente en el TOC y siguió la audiencia por videoconferencia desde la Unidad Penal 44, donde cumple prisión preventiva desde su detención.

En su fallo, los magistrados pidieron además que se dispusiera una capacitación en materia de género para el personal de la Comisaría 3ra., a cargo de la búsqueda de la mujer tras su desaparición.

Ordenó a su vez que se investiguen las acusaciones realizadas por la ex esposa del imputado durante su declaración como testigo, en la que aseguró que Rodríguez trató de ahorcarla en 2013.