Preocupación por el mal estado de las calles en Sierra de los Padres
"La tasa vial no llegó acá, hay un Estado ausente", planteó José Luis Martiquet, presidente de la Sociedad de Vecinos. Los baches dificultan el tránsito y las inundaciones son moneda corriente en los caminos sin pavimentar.

El estado de las calles en Sierra de los Padres genera una fuerte preocupación entre los vecinos.
“Es todo un desastre, es muy difícil transitar y, cuando llueve, se inunda enseguida”. La sentencia de Analía, que limpia casas hace 30 años en la zona, resume el estado de las calles en Sierra de los Padres, allí donde la tasa vial, el tributo que se cobra al cargar combustible y cuyos fondos se destinan exclusivamente al arreglo de las calles, parece no tener impacto.
LA CAPITAL hizo un relevamiento por una de las zonas más icónicas de General Pueyrredon. Un atractivo turístico que hace honor al lema oficial “Tenemos todo”, con sierras, vegetaciones y vistas panorámicas que no se encuentran en otra parte del distrito. El mismo lugar donde el municipio no logra cubrir los reclamos de los ciudadanos.
“Lo que pasa en Sierras no escapa de la realidad de todas las zonas que están bajo la órbita de la delegación municipal. Todo lo que es asfalto está abandonado desde hace mucho. En particular, llevamos varios años sin un bacheo general en el barrio Ciudad Jardín”, señaló José Luis Martiquet, presidente de la Sociedad de Vecinos.
El referente subrayó que se enviaron gran cantidad de reclamos al gobierno local para atender la problemática. Pero no hubo resultados, más allá de que diversos funcionarios del Emvial (Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado) y de la primera línea del Ejecutivo han recorrido el barrio y han mantenido múltiples reuniones con los vecinos.
“Hemos llegado incluso a censar los pozos y no pasa nada. En un momento la excusa era que no había fondos. La tasa vial se implementa desde el año pasado y no llegó acá, a pesar de que le exigimos al Emvial un plan integral para la reparación del asfalto”, lamentó Martiquet.
Y añadió: “Con el solo hecho de mirar las redes sociales y las noticias, ves obras de bacheo, asfalto y hormigón en otros barrios. Pero acá no pasa, como si hubiera una intencionalidad para que Sierra de los Padres no tenga una solución”.
La misma tendencia se percibe en las calles sin pavimentar. Por la inclinación del terreno y los temporales del último verano, “todo se deteriora mucho más rápido; todo se rompe antes de que lleguen a arreglar”, advirtió el referente vecinal. Por la lluvia, se barre la granza y se generan grandes zanjas e inundaciones.
“Nosotros vemos que hay un Estado ausente acá, por más que el delegado está activo, nos atiende y escucha. Lo del asfalto es crónico, pero en algún momento hay que empezar, más ahora que está la tasa vial: ya no tenés la excusa de que no hay plata. Por lo menos que proyecten hacer diez cuadras al año”, planteó Martiquet.
Una situación análoga, o peor, se da en barrios aledaños, como Santa Paula, Colinas Verdes o Gloria de la Peregrina. “Sigue todo igual y hay mucha destrucción de calles. Con los temporales se agravó todo”, sostuvo el dirigente vecinal.
Más problemas
Pozos, inundaciones, falta de luminarias y acumulación de basura completan el combo de problemáticas que padecen los vecinos de Sierra de los Padres.
Emanuel, que trabaja hace más de diez años en el barrio Ciudad Jardín y se crió en Gloria de la Peregrina, apuntó que la gran cantidad de tránsito pesado en la zona deteriora más fácilmente los caminos, sobre todo en los accesos.
“Además, falta mantenimiento en las plazas públicas. Con suerte se corta el pasto cada un mes. A eso se suma la escasez de profesionales en el Centro de Atención Primaria de la Salud”, comentó el vecino.
Una vez que se traspasa el tradicional arco de Sierra de los Padres, los baches se multiplican. Incluso en los sectores más turísticos, como el Circuito General San Martín, por donde se ingresa a la Gruta de los Pañuelos y el Paseo de la Cumbre, el centro comercial.
Lo mismo sucede en otros puntos neurálgicos, como en las inmediaciones de la parroquia Nuestra Señora del Pilar, emplazada entre las calles Domingo, Daniela y Eva. A medida que uno se aleja del centro, el panorama empeora.
“Está todo muy venido a menos. Por la cantidad de pozos, tanto andar en auto como caminar es una odisea. Cuando llueve, peor: se inunda a los pocos minutos”, resumió Carla, que tiene su casa a pocos metros de la parroquia.
Claudio y Aníbal viven hace más de 30 años en Ciudad Jardín. Y coincidieron en que el estado de las calles es solo uno de los problemas que se vienen acumulando.
“Está lleno de zanjones por la gran cantidad de agua que se tira de varias piletas, una tendencia que ha crecido en los últimos años en el barrio. Eso facilita las inundaciones”, observó Claudio.
A esto se agrega la recolección de la basura, que no cubre todo el territorio. “Los camiones no entran en todas las calles, entonces muchas veces se acumulan bolsas varias semanas y es todo un problema”, planteó, por su parte, Aníbal. Algo similar ocurre con los almejeros, encargados de recoger los restos de poda en una zona plagada de vegetación.
Las luminarias y la seguridad son otro motivo de quejas. “Yo vivo por la calle Cecilia, donde con otros vecinos pagamos para poner seis luminarias. Así está iluminado y no nos pegan un garrotazo, porque de noche está difícil.
Muchas paradas de colectivos son la boca del lobo. Además, no hay vereda y tenés que andar por la calle para caminar, con todo el peligro que eso conlleva”, remarcó Claudio.
Y sentenció: “Esto parece tierra de nadie por momentos. El barrio combina lo residencial, ‘gente bien’, con problemas de sectores muy carenciados. Es muy difícil así”.
Frente a esta situación, fuentes del Emvial anticiparon que está en carpeta realizar mejoras en las Sierras, con zonas y fechas a definir. Mientras tanto, los vecinos aguardan soluciones a demandas que llevan varios años sin ser atendidas.