Más allá de que en los días de Semana Santa se produjo un importante movimiento generado fundamentalmente por los numerosos turistas que visitaron la ciudad, transcurrido poco más de un mes desde que empezó el otoño ya comenzaron a sentirse en Mar del Plata las consecuencias de una temporada estival que mereció el calificativo de “floja” y que, en general, transcurrió “con más pena que gloria”.

Con solo recorrer los principales centros comerciales es posible verificar que locales que a esta altura del año habitualmente estaban ocupados se encuentran cerrados luego de que una sensible baja en las ventas, sumada a los altos valores de los alquileres, hicieran que no pocos comerciantes desistieran de la idea de continuar con sus emprendimientos, con lo cual muchas personas se quedaron sin trabajo, pasando a engrosar el número de desocupados.

Acerca de esta problemática, el secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio, Guillermo Bianchi, manifestó que “lo que pasa no nos sorprende ya que hace tiempo dijimos que a raíz de que las clases iban a comenzar el 29 de febrero la temporada de verano se extendería apenas entre 30 y 35 días. Esa circunstancia, sumada a la importante devaluación que sufrió el peso, hizo que concluida la Semana Santa se produjera una reducción del consumo más acentuada que otras veces. Las condiciones económicas, en tanto, hicieron ingresar a la Argentina en una incipiente recesión acompañada por lo que el gobierno llamó sinceramiento de precios y que nosotros calificamos de tarifazo. Ambas cosas se están viendo reflejadas en el mercado laboral ya que la actividad privada no repone a las personas que se jubilan o que dejan de trabajar por cualquier otro motivo. El tema de los alquileres también provoca un impacto negativo con lo cual estamos viviendo una etapa de complejidad económica y de preocupación por el sostenimiento de las fuentes de trabajo. Tal es así, que hace pocos días el presidente de la Nación, Mauricio Macri, convocó a un centenar de importantes empresarios a quienes les pidió que sostengan el empleo. Esto demuestra que el gobierno se dio cuenta de la fragilidad que el nivel de ocupación empezó a tener en la Argentina, no sólo en el sector público, donde los despidos son masivos, sino también en el privado”, señaló.

Alerta

Bianchi dijo luego que “en el caso concreto de Mar del Plata, a raíz de la apertura de las importaciones, la industria textil ya lanzó un alerta. Los empleados de comercio somos parte del problema ya que, desde hace muchos años, nuestra ciudad es una de las que tienen el porcentaje más alto de desocupados. El consumo cayó en todos los rubros aunque no tanto en el alimenticio ya que, como de comer es lo último que una persona se priva, tiene una demanda inelástica. De cualquier manera, sobre todo en los supermercados, las ventas se redujeron y mucha gente empezó a optar por las segundas marcas”, afirmó.

Por último, el secretario gremial del SEC dijo que “a través las cinco centrales obreras y junto a la Iglesia, el movimiento sindical planteó la necesidad de tener una mirada conjunta acerca de cómo sostener el empleo en la Argentina y generar nuevas fuentes de trabajo. Con esa finalidad, y para que baje la inflación, algo que el gobierno parece que no puede dominar, se ha convocado a una marcha para el 29 del corriente. Por otro lado, toda la dirigencia política sacó un dictamen que apunta a la sanción de una norma tendiente a sostener el empleo, a solicitar por la vía judicial la reincorporación de quien hay sido despedido y a gozar de doble indemnización cuando ello no suceda. Como contracara de lo que el presidente les pidió a los empresarios para que sostengan el empleo, el propio Macri acaba de decir que si se aprueba la ley antidespidos la piensa vetar”, se quejó.-

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La problemática en cuestión también mereció el análisis del presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires. En declaraciones que formuló a LU6 Radio Atlántica, Raúl Lamacchia, quien a su vez es titular de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP) expresó que “si bien las Pymes tratan de mantener a su personal ya que cuesta capacitarlo para que desarrolle eficientemente su trabajo, si esto sigue así no sólo va a haber cierre de fábricas sino también de comercios. Da la impresión de que luego de un verano que no fue lo que se esperaba, Mar del Plata va a vivir un invierno muy difícil. Los aumentos salariales y tarifarios, si bien los primeros ayudan a sostener el consumo, representan un incremento de los costos. Hay casos en que, mientras las ventas cayeron, los precios de los alquileres subieron muchísimo.

Los rubros más castigados van a ser los que exceden las necesidades básicas como son los artículos suntuarios, los electrodomésticos y los que requieren de inversiones importantes que se pueden postergar para más adelante”.