El joven de 25 años que era juzgado por el asesinato de un hombre en situación de calle en la Plaza Güemes fue absuelto del crimen ya que los jueces del Tribunal Oral N° 2 entendieron que actuó en un estado de inimputabilidad y le impusieron una medida de seguridad de 8 años.

De esta manera, Braian Alfonso (25) fue considerado inimputable por el crimen de Walter Darío Pérez Santillán, a quien golpeó y prendió fuego para matarlo el 20 de agosto de 2020 en la Plaza Güemes.

El fiscal Leandro Arévalo, en su alegato, había pedido que se condenara a Alfonso a la pena de prisión perpetua por haberse tratado de un homicidio agravado por alevosía y, de manera subsidiaria que se lo condenara por homicidio simple. Por su parte, la defensa, planteó desde un inició que Alfonso era inimputable y que por tal motivo debía quedar absuelto.

En el debate expuso la doctora Mariana Giuliano, quien es médica psiquiatra perteneciente a la Asesoría Pericial Departamental, quien explicó que a su entender, Alfonso presentaba “un desarrollo intelectual disminuido, de grado leve, con escasa capacidad de abstracción”. La profesional explicó que el imputado había padecido anteriormente estados psicóticos transitorios, y presentaba consumo de politóxicos desde temprana edad (nafta, cocaína, marihuana, alcohol, psicofármacos) que le provocaron “un daño neurocognitivo, afectando la corteza prefrontal, lo que lo lleva a no valorar concretamente las situaciones, no teniendo picardía o astucia para simular”.

La psiquiatra expresó que Alfonso tuvo alucinaciones e interpretaciones patológicas, siendo su accionar compatible con un estado psicótico. “La peligrosidad que representa para sí y para terceros es muy importante”, expresó la integrante de la Asesoría Pericial Departamental, algo que también habían concluido los médicos que trataron a Alfonso en su estadía en la Unidad Penal N° 34 de Melchor Romero.

Con las pruebas vertidas en el juicio, los jueces no tuvieron dudas de considerar a Alfonso inimputable del delito de homicidio simple y absolverlo, por entender que actuó en un estado de inimputabilidad que le impidió dirigir sus acciones o comprender su alcance cuando mató a Walter Darío Pérez Santillán.

Y si bien el fiscal había considerado que se trató de un homicidio con alevosía -y solicitó una pena de prisión perpetua-, los magistrados entendieron que al tratarse de un inimputable, el principio subjetivo de alevosía no se puede dar, ya que no está la intención de obrar sobre seguro al matar.

Si bien Alfonso quedó absuelto del homicidio simple, se le impuso una medida de seguridad con un tope máximo de 8 años, ya que, en palabras de la psiquiatra Giuliano, representa una peligrosidad “muy importante” para sí mismo y para terceros. Al ser una medida de seguridad y no una pena, Alfonso no podrá pedir libertad condicional o algún otra morigeración y será evaluado mes a mes para ver si los profesionales consideran si se estabiliza o no.

De estabilizarse dentro de los 8 años que dura la medida de seguridad podría recuperar la libertad. Terminado ese tiempo, cesa la intervención penal y la situación de Alfonso pasará a la órbita de un juzgado de familia.

El caso

El 20 de agosto de 2020, en pleno período de pandemia, cerca de las 2 de la mañana Brian Gabriel Alfonso y Walter Pérez se encontraban en la Plaza Güemes, ubicada en Roca, entre Entre Ríos y Buenos Aires. Según quedó demostrado en el juicio, Alfonso tomó un elemento contundente y golpeó, con la inequívoca finalidad de darle muerte a Pérez. El ataque fue en la cabeza, y le ocasionó una fractura de cráneo, lo que le produjo a la víctima la pérdida de conocimiento, para luego prenderlo fuego, lo que ocasionó que falleciera por asfixia secundaria al incendio.