Paciencia. Y, sobre todo, jerarquía de sus jugadores para aprovechar lo poco que deparó el partido. Atlético Mar del Plata pudo sobreponerse al cerrado planteo defensivo de San Isidro para imponerse 3-1 y alcanzar a Once Unidos en la punta de la zona B del Torneo Apertura de primera división.
Tres cuartas partes del partido estuvieron marcadas por el éxito del planteo de los locales. Línea de cuatro en el fondo, cinco volantes -con tres “5”- y Parra arriba disfrazado de Llanero Solitario. Todas las armas del rival anuladas y cedida la iniciativa para cualquiera de los tres defensores “decanos”.
Y, además, a los 15′ San Isidro hizo el primero. Centro de Vidal Flores desde la izquierda, reacción tardía defensiva, Parra no llega y Maxi Gómez, cuándo no, conectó al gol en el segundo palo.
Atlético intentó asumir la iniciativa, pero no encontraba la fórmula de perforar el muro. Pero la jerarquía de Collantes para resolver la que tuvo le permitió abrir la primera brecha. Justo en la última jugada del primer tiempo. Los de D’Urso, que tomaron todas las precauciones, se dejaron sorprender en un córner a favor. Quedaron mal parados, Laino escapó por el centro y habilitó a Collantes, quien desairó a Beraiz con un enganche y definió con clase, abajo y contra un palo, cuando achicaba Chiappa.
San Isidro no cambió para el segundo tiempo y siguió sin regalarse. La pulseada, con iniciativa de Atlético, siguió cerrada. Casi sin chances. Apenas un centro pasado de Grande y una volea alta de Romero. Hasta que a los 23? Agüero ingresó en velocidad al área, se animó a gambetear, fue derribado y Mustafá dio el penal, convertido por el propio delantero.
Casi sin oportunidades, los delanteros “decanos” le sacaron jugo a las piedras. Luego, con más espacios, sus compañeros crecieron. Sobre todo Francisco Grande, difícil de contener. El ex Kimberley estuvo cerca un par de veces y generó otra chance muy importante, desperdiciada por Romero.
Después del penal de Agüero, Atlético justificó con creces el resultado. Y llegó al tercero cerca del final con un cabezazo imparable de Ortega Sánchez, quien había ingresado un minuto antes.