Un joven de 20 años que corría “picadas” por la costa de la ciudad fue interceptado por la policía y la fiscalía de Delitos Culposos decidió secuestrarle el vehículo, quitarle la licencia e iniciarla una causa penal.

La extrema determinación judicial se encuadra en la política del Departamento Judicial Mar del Plata de atacar el manejo temerario en la vía pública a un nivel de imprudencia que ya ha provocado muchas víctimas fatales.

Esta vez el personal policial de la comisaría novena que hacía recorridas por la zona de Urquiza y la Costa observó a un vehículo con varios jóvenes en su interior que circulaba a alta velocidad, respondiendo a la típica conducción de “tiradas” o “picadas”.

De inmediato se lo trató de interceptar pero el automovilista no obedeció la orden de los policías y se inició una persecución por distintas calles, hasta que finalmente se lo pudo detener. Lejos de aceptar el procedimiento policial los jóvenes confrontaron, en particular el conductor, por lo que además de lo concerniente a la infracción por la alta velocidad se le iniciaron actuaciones por resistencia a la autoriadad.

Una vez que el fiscal Pablo Cistoldi tomó conocimiento de lo sucedido entendió que se trataba de algo más que de una infracción de tránsito. Dispuso que se le impute la infracción al artículo 193 bis del Código Penal que refiere a que  será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años e inhabilitación especial para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo automotor, realizada sin la debida autorización de la autoridad competente.

Asimismo, además de serle retenido el vehículo, la licencia de conducir fue puesta a disposición de la Agencia Nacional de Seguridad Vial para que sea revaluado para saber si corresponde si esa persona puede volver a manejar.