“Pido perdón a la familia de Cristian pero yo no soy culpable de su muerte”
Alejandro Salaberry tiene la casa rodeada. Es el hombre que durante 16 años estuvo prófugo acusado del asesinato del policía Cristian Agusti. Había sido sobreseído por prescripción de la causa y ahora la Cámara de Apelaciones anuló ese fallo.
“Quiero pedir perdón a la familia de Cristian por su muerte, por la situación, pero yo no fui el que lo mató. Estuve escondido tanto tiempo por miedo. Yo no soy culpable de lo que se me acusa”, dijo Alejandro Salaberry, quien durante más de una década y media fue el prófugo más buscado de Mar del Plata por el asesinato del policía Cristian Agusti en 2003.
Salaberry habló esta mañana con LA CAPITAL desde la casa del barrio Pueyrredon en donde cumple arresto domiciliario por otra causa judicial y que está rodeada por un gran despliegue de patrulleros después de que se conociera el fallo de la Justicia que revoca su sobreseimiento en el caso Agusti.
La Cámara de Apelaciones de Mar del Plata revocó el fallo de la jueza Rosa Frende que había sobreseído a Salaberry por prescripción de la acción penal, ya que se había superado el plazo previsto para sostener la imputación contra él. Es que Salaberry desapareció en 2003 y recién regresó a Mar del Plata en el invierno de 2019. Al día siguiente de cumplirse los tiempos de prescripción, Salaberry se presentó en Tribunales para notificarse de que ya no se lo podía acusar más del asesinato.
Ante esa situación, la familia de Agusti apeló el fallo al conocerse que, bajo otra identidad, Salaberry estaba procesado por una tentativa de homicidio en los tribunales de Morón. Vale decir que uno de los causales de suspensión del tiempo de prescripción es que el imputado cometa algún nuevo delito. Pero la Justicia al desconocer esa identidad de Salaberry, procedió a sobreseerlo.
Salaberry en la mañana de este lunes, en una foto enviada por su familia a LA CAPITAL.
En forma exclusiva, LA CAPITAL publicó en la noche del domingo la resolución y tras eso la policía se dispuso a colocar consignas de vigilancia cerca de la casa de Salaberry ante el temor de una nueva fuga. Sin embargo, Salaberry negó esta mañana esa posibilidad.
“Estoy a derecho, tengo pulsera colocada porque estoy con arresto domiciliario, así que si me tengo que entregar me entrego. Pero yo no soy culpable del asesinato de Cristian”, señaló a este medio.
Por primera vez Salaberry entró en contacto con la prensa y lo hizo con LA CAPITAL porque “me enteré por el diario sobre esta decisión de la Justicia y quiero que ustedes sean la garantía de que yo me quiero entregar, pero que no lastimen a mi familia”. Al ser consultada sobre el porqué de su cambio de identidad si era inocente dijo que “yo me escondí por temor a mi vida. Sé cómo actúa la policía en estos casos, tengo amigos muertos y temía por mi vida. Le pido perdón a la familia de Cristian por la situación, pero yo no lo maté”.
“Si tienen alguna orden yo no me voy a resistir. Tengo a mi mujer recién operada, yo soy paciente oncológico. Voy a salir tranquilo, eso es lo que quiero. Si tienen que llevarme, que me lleven. A mí me golpean la ventana y me entrego. No tengo nada para resistirme”, agregó.
El caso
En octubre de 2003 cuatro delincuentes asaltaron una distribuidora de insumos de computación en 20 de septiembre entre Castelli y Alvarado. La banda estaba integrada por Claudio López, Alejandro Salaberry, Fernando Palomino y Carlos Marcelo De los Santos.
Tras cometer el hecho los asaltantes huyeron pero en la fuga se cruzaron con los policías de la DDI Mar del Plata, Cristian Agusti y Cristian Fournier. Fue este último quien reconoció a Salaberry, quien también lo reconoció a él. Entonces se inició un forcejeo. Agusti, que recibió tres disparos, murió en el acto, mientras que Fournier sobrevivió pese a los dos impactos de bala que sufrió. Salaberry aseguró por primera vez hoy a LA CAPITAL que él no fue el que disparó.
El policía Cristian Agusti fue asesinado de tres tiros en octubre de 2003.
En la huida fueron detenidos Palomino y López, quienes recibieron en 2005 prisión perpetua. Palomino también fue condenado por el asesinato de la docente Marcela Campana a 20 años de prisión.
Salaberry y Dos Santos desaparecieron por varios años. A Dos Santos la policía lo atrapó en 2012. Usaba la identidad de Roberto Percia. Tras un nuevo juicio fue condenado a prisión perpetua.
Solo restaba ser capturado Salaberry pero de él nunca se supo nada. La familia Agusti sospechó de alguna protección policial, aunque esto jamás pudo probarse, además de entenderse casi como ilógico por estar acusado Salaberry de matar a un policía.
Lo cierto es que en 2019, Salaberry (que había vivido en Merlo bajo la identidad de Lucas Lamas) regresó a Mar del Plata para firmar su sobreseimiento por prescripción. Fue otra nota de LA CAPITAL la que alertó a la Justicia de Morón sobre la similitud entre Lucas Lamas y Alejandro Salaberry, de manera que una breve investigación determinó que eran la misma persona.
Por eso fue que la familia Agusti pidió anular su sobreseimiento, algo que primero fue rechazado por la jueza Rosa Frende y ahora fue admitido por la Cámara de Apelaciones, en fallo de los camaristas Pablo Poggeto y Jorge Paolini.
La casa de Salaberry está rodeada de policías y Salaberry dice que se va a entregar. Aunque para eso espera una orden judicial que reactive la orden de detención y eso debe ser solicitado por el fiscal Leandro Arévalo en el inicio de un trámite que puede demorarse incluso algunos días.
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