Piden una “protección absoluta” para los delfines Franciscana
Para el diputado Castello, quien presentó el proyecto de ley, la declaración hará posible sobre la especie "únicamente la realización de investigaciones científicas debidamente autorizadas y la práctica de inspecciones gubernamentales". Los delfines franciscana están amenazados, en gran medida, por la pesca incidental.
Foto archivo.
Como resultado de un trabajo conjunto entre la Fundación Fauna Argentina y el diputado provincial por Cambiemos, Guillermo Castello, ya se encuentra para su estudio en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, el proyecto de ley que busca declarar “monumento natural” a la especie conocida como delfín franciscana o delfín del Plata.
La situación de vulnerabilidad de esta especie se hizo pública en las últimas semanas, primero con la aparición de una foto y un video en el que un grupo de turistas se sacaban fotos con un ejemplar de delfín franciscana fuera del agua. En los días que siguieron, la aparición de más de 20 de estos cetáceos muertos en las playas volvió a llamar la atención. Pero en realidad, la especie se encuentra en serio riesgo de desaparición desde hace años y la Fundación Fauna Argentina está reclamando la declaración como monumento natural, desde la década de los ’90. Ahora, el diputado Castello se interesó por el tema y presentó el proyecto, que implica, si se convierte en ley, que el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires diseñe un plan de preservación de la especie, e inicie gestiones urgentes para concientizar sobre la situación crítica del delfín franciscana.
El diputado marplatense señaló que “ante los numerosos y cada vez más frecuentes casos de aparición sin vida de ejemplares de delfín franciscana en diversas localidades de la costa bonaerense, presenté un proyecto de ley para proteger a esta especie autóctona y exclusiva de América del Sur, que se halla en serio riesgo de extinción. Cada año mueren en la costa bonaerense entre 500 y 800 ejemplares, muchos de los cuales presentan marcas en la piel que pueden deberse a que quedan atrapados en redes de pesca. En este momento sólo quedan vivos 40.000 de ellos. Si esta tendencia no se revierte, podrían extinguirse en 30 años”.
Al declararse la especie como “monumento natural”, la misma gozará de una protección absoluta por parte del Estado provincial, siendo factible sobre ella únicamente la realización de investigaciones científicas debidamente autorizadas y la práctica de inspecciones gubernamentales”.
“La Constitución de la Provincia de Buenos Aires asegura políticas de conservación y resguardo de la flora y la fauna, por lo cual es indelegable el rol de protección que debe ejercer el Estado en casos como éste, en que una especie animal corre serios riesgos de extinción y su tasa de mortalidad es alta”, entendió.
En tanto Juan Lorenzani, presidente de la Fundación Fauna Argentina, destacó que “desde la década de 1990 la fundación toma conocimiento de la problemática sobre la conservación del delfín franciscana que solamente habita la costa atlántica de América del Sur”. Desde entonces, la entidad desarrolló un programa de conservación mediante el cual evaluaron estrategias de manejo, prioridades para la conservación y realizaron actividades de divulgación y participación tendientes a promover el conocimiento de la especie a la población como forma de valoración del patrimonio natural.
“Más allá de este plan, planteamos la necesidad de invocar la ley provincial Nº 10907, la cual establece los mecanismos gubernamentales para proteger los ambientes naturales y las especies animales que se encuentren en peligro de conservación. “Para el caso de estas últimas, y tal como corresponde para el delfín franciscana, se requiere la sanción de una ley específica que declare a la especie “monumento natural”, dando así lugar a que los organismos de aplicación pertinentes de la provincia de Buenos Aires tomen las medidas necesarias para la protección de este hermoso delfín que habita en sus aguas litorales”, recordó.
En ese marco, Lorenzani valoró que Castello se haya “consustanciado con la urgente necesidad de protección de esta especie”.
Amenazas
Debido a que el franciscana es un delfín que habita los sectores marinos costeros y penetra en regiones estuarinas y salobres a lo largo de toda su área de distribución (Argentina, Uruguay y Brasil), está sometida a la captura en redes de enmalle o agalleras, principalmente utilizadas para la captura de la corvina rubia y otras especies costeras de valor comercial. La mortalidad es básicamente accidental, ya que los delfines se encuentran enmallados y ahogados cuando se recogen las redes; no hay evidencia de explotación comercial de los cuerpos, los cuales son descartados en mar abierto.
Como advierte un informe del licenciado Hugo Castello, del laboratorio de mamíferos marinos del MACN (Museo Argentino de Ciencias Naturales) y de la Fundación Félix de Azara: el franciscana es el cetáceo más amenazado del Atlántico sudoccidental. Desde hace más de medio siglo se viene registrando la muerte de ejemplares en redes de pesca costera. En la Argentina se producen enmalles de franciscanas en la bahía de Samborombón, cabo San Antonio, la región entre Quequén y Claromecó, y en la zona de Bahía Blanca. En la actualidad se estima que se enmallan al menos aproximadamente 500 a 800 delfines por año en las costas de la Argentina. Estudios recientes dan cuenta de que en todo el Atlántico sudoccidental mueren en promedio 2.000 franciscanas por año en redes de pesca, con valores máximos cercanos a 3.000. El efecto más alarmante es que entre el 40 y el 90 por ciento de los delfines muertos no superan los 4 años de edad.
Otras amenazas que esta especie enfrenta son: la reducción de presas, la pérdida del hábitat, las molestias humanas, la contaminación química y la contaminación acústica. Algunos trabajos de investigación han confirmado la presencia de contaminantes, como metales pesados y compuestos organoclorados en franciscanas de distintas regiones.
Cerca del 29 por ciento de 106 delfines franciscana capturados accidentalmente en redes de pesca artesanal o varados, y que fueron examinados por los científicos, presentaban residuos de plásticos de distinto tipo en sus estómagos. El estudio, que fue realizado en el estuario del Río de la Plata -entre bahía de Samborombón y cabo San Antonio- identificó entre los elementos más abundantes hallados en el tracto digestivo de los cetáceos: a los plásticos de tipo celofán para envoltorios, restos de otras clases de envases, fragmentos de redes de pesca, monofilamento y plásticos duros, la ingestión de elementos plásticos en los delfines analizados fue mayor en zonas de estuario que en las zonas marinas, los cuales se relacionarían con la proximidad de las grandes ciudades de Buenos Aires, La Plata y Montevideo, así como a la descarga de desechos varios sobre la cuenca del Río de la Plata por más de 14 millones de personas, las industrias y el descarte de la intensa actividad pesquera de la región.
La basura marina afecta de dos maneras principales a los organismos, una de ellas es el efecto mecánico del enredo en las redes de pesca y demás elementos de mediano y gran tamaño. Otra forma es la ingesta accidental de basura marina que a su vez tendría dos maneras de actuar: una es la obstrucción mecánica parcial o total de la cavidad digestiva generando saciedad con la consecuente inanición y muerte, o el efectos químico, producto de la fragmentación de los polímeros de los plásticos, que pueden causar alteraciones en las funciones hormonales de los animales.
Aspectos reglamentarios
“La preocupación respecto al peligro en que se encuentran las franciscanas, una de las especies más destacables que habitan en el territorio de la provincia de Buenos Aires, ha llevado a numerosos especialistas pertenecientes a institutos de investigación, unidades académicas, grupos de biólogos e importantes Fundaciones dedicadas a la conservación de especies de nuestra fauna; a intensificar los estudios y alertar, tanto a las autoridades provinciales como a la comunidad en general, sobre la gravedad de la situación”, señala en sus fundamentos, el proyecto de Castello.
“Ante la evidencia de que la mayor mortandad de ejemplares tiene directa relación con aspectos reglamentarios (artes de pesca, actividades, emisión de contaminantes, etc.) que corresponden a organismos de la provincia, deben ponerse en práctica las normativas previstas por la legislación provincial en materia de medio ambiente; siendo para este caso de aplicación específica la Ley 10907 de Reservas y Monumentos Naturales”, asegura.
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